La «Paloma de la Paz» de Néstor Basterretxea se ubicará en la parte final del paseo de Sagüés después del verano. El proyecto de instalación de la escultura incluirá la regeneración urbana de la zona, con un presupuesto de 800.000 euros. «Junto con llevar la Paloma de la Paz a Sagüés, vamos a regenerar la zona, con una solución que le dará vida, color y valor paisajístico y artístico. Se reordenarán equipamientos, se creará un entorno para disfrutar de la escultura y del paisaje de la ciudad, creando un entorno idílico», explicó Izagirre.

El Ayuntamiento ha analizado cinco ubicaciones, todas ellas en el entorno de la Zurriola, y cuenta con el visto bueno de la familia del artista.

Un estudio encargado por el Consistorio ha determinado que la de Sagüés es la «mejor opción técnicamente, urbanísticamente y artísticamente». La familia del escultor ha mostrado su acuerdo con esta alternativa en una carta en la que destaca que el deseo del artista siempre fue que la obra -que en un principio estaba en la Zurriola y se trasladó provisionalmente a Amara durante las obras del Kursaal- «volviera a su ubicación junto al mar».

La familia ha manifestado su deseo de que la «Paloma de la Paz» no se convierta ahora en un elemento «de discordia y enfrentamiento». Los allegados de Basterretxea destacan que, con esta ubicación «se cerraría un itinerario que comienza en el Peine del Viento, continúa con la escultura de Oteiza en el Paseo Nuevo y termina en Sagüés con la obra de Basterretxea».

Por su parte, desde la oposición, el portavoz del PSOE Ernesto Gasco ha acusado al alcalde de convertir la escultura de Basterretxea en «una escultura de división y confrontación».