UNICAJA 86

BILBAO BASKET 78

Lo peleó Bilbao Basket, pero Unicaja hizo valer su fuerza. Los hombres de negro no fueron tan escurridizos como pretendía su entrenador, en parte porque Kuzminskas y Granger, los más destacados de Unicaja, fueron aún más veloces, mientras que los Suárez, Markovic y Vázquez dieron el apoyo preciso para evitar la reacción bilbaina.

Pero era Bilbao Basket quien llevaba la iniciativa en ese arranque. No solo porque Colom, Bertans y Mumbrú las fueran metiendo desde lejos, sino porque Marko Todorovic era el amo del rebote. Sin un dominador, durante varios minutos ambos conjuntos acusaron la tensión corriendo como pollos sin cabeza, y en el que solo Granger extraía algo de claridad -dos triples y un alley oop para Fran Vázquez-.

De la mano del uruguayo Unicaja terminó el primer cuarto con una breve renta, 21-17, y la evidencia de que Raül López no atraviesa por su mejor momento, ya que el juego bilbaino decayó desde el momento en que Colom se tomó un respiro.

Llegaba el momento de que las jóvenes rotaciones de los hombres de negro respondieran a la confianza depositaba por Sito Alonso, aunque el primer balón que tocaba Dejan Todorovic en el segundo asalto fue un «melonazo» que envió fuera de banda cuando debía pasar a Raül López. Quizá por esa clase de errores, el de Monzón acortó la rotación a ocho jugadores -contando solo a los que jugaron 10 minutos o más-.

Demasiadas prisas

Bilbao Basket seguía obsesionado con el triple, pero el acierto le era esquivo -10 de 31 al final contra 13 de 27-, y si Unicaja no se iba más que por 29-21 fue por el taponazo de Williams sobre Germán Gabriel.

Visto el desbarajuste sobre el parqué, el técnico vizcaino volvió a meter a Marko Todorovic y Colom, algo que los hombres de negro agradecieron. De la mano de Colom y unas «trampas», como sendas zonas 1-2-2 y 1-3-1, los de Sito Alonso empataban a 33, cosa para nada baladí vistas las prisas con las que jugaban. Al descanso, en fin, lo preocupante no era el 41-37 adverso, fruto del sprint de Kuzminskas, sino la tercera falta -evitable- de Mumbrú a tres egundos del final.

Alarma roja

Las alarmas sonaron nada más arrancar la segunda mitad, porque Unicaja se escapó con un parcial de 8-0: tiempo muerto de Sito Alonso con 49-37. «Debemos defender más duro... y mejor», ordenaba.

Sito Alonso se la jugó jugando con sus dos bases -no sacó a Borg- y Bertans. Su equipo aún se mantuvo vivo al final del tercer cuarto, 68-59, con la buena noticia de la cuarta falta de Markovic, pero a costa de encajar 27 tantos, incapaces de parar a Kuzminskas y Stefansson.

Bertans y Raül López sacaron garra y tiro exterior, pero es que los de Plaza respondían cada vez, incluso cuando un triple de Colom ponía el marcador 75-70. Durante varios minutos los hombres de negro se mantuvieron a cinco puntos, pero nunca lograron arrimarse. Unicaja aguantó la presión desde la línea de tiros libres y entre Markovic y Granger la eliminación bilbaina fue un hecho.