«Estoy imputada por denunciar la política de dispersión y por mostrar solidaridad a los presos del barrio». Así lo denunció ayer Nagore Lazkano, responsable del bar Txapelarri, que el próximo 18 de marzo será juzgada en la Audiencia Nacional por colocar fotos de los represaliados en las paredes de la taberna, situada en la calle Cuchillería de Gasteiz. El tribunal de excepción le acusa de un presunto delito de «enaltecimiento del terrorismo», por el que se expone a una pena de dos años de prisión y diez de inhabilitación.

Ante esta situación, decenas de personas tomaron ayer las calles de Alde Zaharra para participar en una kalejira solidaria organizada por los taberneros y por Gasteizko Harresia. Tal como recordaron ambos colectivos hace un par de semanas, «el ataque a Nagore es un ataque a todas nosotras, porque queremos a las tasqueras trabajando y libres, y porque la solidaridad no es delito».

El proceso legal contra la joven comenzó el 27 de marzo de 2014, cuando tuvo lugar una huelga estudiantil. Al finalizar la movilización de la mañana, agentes de la Ertzaintza irrumpieron en el Txapelarri para identificar a un joven. Al ver las fotografías de los presos vascos los ertzainas identificaron a la camarera y reclamaron la presencia de la responsable del bar, que también fue identificada.

«Quieren acabar con la solidaridad quitándonos la libertad de expresión. Y a pesar de que los tribunales echen para atrás todos los casos como este una y otra vez, la Ertzaintza sigue empeñada en criminalizar la denuncia de la dispersión y la solidaridad con las personas presas», destacó Gasteizko Harresiak.

Cabe señalar el 18 de marzo las personas que así lo deseen podrán acompañar a Lazkano en autobús a Madrid. Además, a las 19.00 tendrá lugar una concentración en la plaza de la Virgen Blanca para denunciar este proceso judicial.