Los diez puntos muy genéricos que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentaron apenas dos días después de las elecciones del pasado 10 de noviembre se transformaron ayer en un programa de 50 folios, que sigue manteniendo ambigüedades y no tiene contenidos concretos para Euskal Herria.

Los líderes de PSOE y Unidas Podemos lo presentaron muy sonrientes en una comparecencia en el Congreso, en una jornada de lunes en la que se movieron fichas de dominó en cascada hacia la investidura de Pedro Sánchez.

En su intervención, Iglesias concedió alcance «histórico» al documento, afirmando que pone fin a una «década perdida» para los derechos sociales o la situación en Catalunya. Situó el embrión de este programa en la pujanza del movimiento feminista o las mareas en favor de los servicios públicos, y consideró que puede convertir al Estado español «en un referente de modernidad» frente al «crecimiento de la extrema derecha en Europa». Además de alabar la «generosidad» de Sánchez, añadió que «será un honor que sea nuestro presidente», pasando así totalmente la página de desencuentros pasados.

El líder del PSOE cogió el guante para dar las gracias a los negociadores morados. Le devolvió a Iglesias el elogio a la «generosidad» y añadió otro por la «responsabilidad» de su interlocutor y ahora socio.

Pedro Sánchez destacó elementos como la «cohesión territorial» (el programa tiene un apartado sobre la llamada España vaciada), la digitalización de la economía, la transición ecológica o el empleo digno. La idea central del programa es, en su opinión, «la idea de progreso» porque «este país tiene condiciones para ser referencia en muchos ámbitos».

Lo más reseñable políticamente de su comparecencia fue la afirmación de que no resulta imposible garantizar la gobernabilidad, más allá de la investidura, y que incluso ello supone un acicate: «Es una gran oportunidad para hacer las reformas que necesita nuestro país», dijo, antes de añadir que «la gente exige soluciones».

No hubo margen para preguntas (ni siquiera se permitió la presencia de redactores en la sala, solo cámaras), por lo que cuestiones como la fecha del intento de investidura siguen sin aclararse.

Pensiones, Catalunya...

En las 50 páginas del documento presentado ayer, algunos de cuyos principales puntos aparecen entresacados junto a estas líneas, destaca el prisma progresista en materia fiscal, el compromiso de actualizar las pensiones en función del IPC real, el anuncio de que ahora sí habrá regulación legal de la eutanasia o la intención de tratar de recuperar bienes inmatriculados «indebidamente» por la Iglesia.

La cuestión catalana, por contra, se despacha en apenas dos líneas, las cuales no son, además, mucho más explícitas que las extremadamente ambiguas del 12 de noviembre, que hacían incluso un guiño a Ciudadanos ahora ya superado: «Abordaremos el conflicto catalán impulsando la vía política a través del diálogo, la negociación y el acuerdo que permitan superar la situación actual».

PROGRAMA

Catalunya

«Abordaremos el conflicto catalán impulsando la vía política a través del diálogo, la negociación y el acuerdo que permitan superar la situación actual».

Pensiones

Actualizar las pensiones conforme al IPC real mediante una ley y de forma permanente.

R. Laboral

«Recuperaremos los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012».

Juego

«Regulación urgente de los juegos de azar para prevenir y frenar la ludopatía».

Mordaza

Aprobar «a la mayor brevedad» una nueva Ley de Seguridad Ciudadana que sustituya a la «Ley Mordaza» para «garantizar el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y reunión pacífica».

Eutanasia

Una ley de muerte digna y otra de eutanasia, e incluirlas en la cartera común de servicios del Sistema de Salud.

El PNV votará a favor tras un acuerdo que habla de completar el Estatuto en 2020

Los seis diputados del PNV apoyarán la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno español tras el acuerdo suscrito ayer por Andoni Ortuzar, presidente del EBB, y el aspirante del PSOE.

El acuerdo consta de doce puntos, entre los cuales el cuarto contempla «impulsar, a través del diálogo entre partidos e instituciones, las reformas necesarias para adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales». Y también reclama las «las modificaciones legales necesarias, a fin de encontrar una solución tanto al contencioso en Cataluña como en la negociación y acuerdo del nuevo Estatuto de la CAV, atendiendo a los sentimientos nacionales de pertenencia».

Según Ortuzar, ese planteamiento se tiene que traducir en «derechos políticos» para Catalunya y la CAV. «Hay margen y campo de juego suficiente para hablar y buscar soluciones», aseguró en una comparecencia posterior.

En el pacto también se incluye el traspaso de las competencias pendientes del Estatuto de Gernika. El presidente del PNV incluyó ahí las de Prisiones y de Seguridad Social.

Otro de los puntos del acuerdo prevé proceder, en el plazo de seis meses, al traspaso de las competencias de tráfico a Nafarroa, «con el mismo contenido y extensión que las realizadas en su momento a Euskadi».

En el texto, el PSOE se compromete a modificar el contenido de los conocidos como decretos digitales (que permiten cerrar servicios digitales si amenazan el orden público) «de manera que las discrepancias manifestadas en el ámbito parlamentario» sean resueltas.

También apuesta de forma «urgente, firme y decidida» por las infraestructuras correspondientes al Estado en la CAV, especialmente lo relativo al Tren de Alta Velocidad (TAV), incluido el cronograma de trabajos y los compromisos complementarios ya cerrados con el Gobierno español.

Sobre las medidas fiscales que Madrid quiera proponer, el acuerdo contempla una interlocución previa con el PNV y garantías para «encauzar las discrepancias que puedan producirse en las relaciones en el ámbito fiscal o el financiero establecidas por el Concierto».

Asimismo, recoge la voluntad de mantener una «comunicación fluida y constante» con el Gobierno de Lakua para evitar la «judicialización de las discrepancias, que debe ser sustituida por el acuerdo político».

Ortuzar destacó que Sánchez «logra seis votos imprescindibles» y los jeltzales obtienen «garantías para desarrollar la agenda vasca». GARA

EH Bildu propondrá a sus bases abstenerse en una votación entre el jueves 2 y el viernes 3

«¿Estás de acuerdo con que las y los cinco diputados y diputadas de EH Bildu en el Congreso español faciliten mediante la abstención activa la investidura del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno español, para que conforme gobierno con Unidas Podemos?». Esa será la pregunta a la que, según pudo saber GARA, deberán responder las bases de EH Bildu entre el jueves y el mediodía del viernes, día 3.

La propuesta de abstención cuenta con el respaldo no solo de la Mesa Política, sino también de los partidos que conforman la coalición.

Como ayer adelantó NAIZ, el pasado 23 de diciembre, con anterioridad al inicio de las vacaciones navideñas y en un contexto de negociaciones abiertas por parte de PSOE y ERC, la Mesa Política de EH Bildu acordó someter a la consideración de sus bases una propuesta política que aboga por dar paso a un Gobierno de PSOE y Unidas Podemos mediante la abstención de sus cinco representantes.

EH Bildu avanzó en noviembre que las bases tendrán la última palabra ante una sesión de investidura de Pedro Sánchez aún hipotética, y siempre sobre una propuesta razonada de la dirección. Sobre el sentido de la misma, entiende que dando paso al citado gobierno de coalición cumple otra vez con la palabra dada en la campaña electoral de impedir el acceso de la extrema derecha al Ejecutivo español, además de abrir «una ventana de oportunidad» para la resolución de los graves problemas estructurales que se desprenden del «Régimen monárquico del 78».

Sin perder la consciencia de las dificultades, desde una perspectiva realista, EH Bildu considera que un Gobierno de esta naturaleza «es la última oportunidad» del Estado español para demostrar por la vía de los hechos, y no de las declaraciones, que existen condiciones para una democratización real.

La Mesa Política opina que esta democratización exige una agenda y una voluntad claras de resolver los problemas políticos mediante el diálogo, la negociación y el acuerdo. Fija esta posición para «dar una oportunidad para superarlos en términos democráticos y acordados».

«Sin prisas y sin ansiedades pero sin complejos», la dirección de la coalición soberanista de izquierdas considera que una agenda democratizadora real exige «un diálogo sincero, honesto y constructivo en torno a los temas que tuvimos ocasión de defender durante la campaña electoral y que también pusimos encima de la mesa durante nuestro encuentro con la delegación del PSOE el pasado 17 de diciembre».GARA