Alberto PRADILLA
MADRID
Elkarrizketa
MAITANE DE ANITUA
AI LAKET!

Maitane de Anitua: «La mujer está más estigmatizada por usar sustancias ilegales»

Nacida en Gasteiz en 1983, Maitane de Anitua es la autora de una guía sobre pautas de consumo de drogas y mujeres desarrollada entre la asociación Ai Laket! y el área de Igualdad del Ayuntamiento de Gasteiz.

Han publicado una guía específica sobre uso de drogas y mujer. ¿Cuál es el objetivo?

Ofrecer pautas específicas de uso de drogas para mujeres, ya que casi todo el material está basado en el hombre usuario. Es necesario poner en marcha pautas específicas para las mujeres. No hay mucha bibliografía, y menos en Euskal Herria.

Menciona las pautas de consumo específicas en el caso de las mujeres, ¿cuáles son?

Son muchas. Por ejemplo, metabolizamos el alcohol de forma diferente. También están las costumbres. Una de ellas es el rol de conductoras las noches de fiesta o la tendencia a portar sustancias que no son para consumo propio sino para otras personas. También la atención hacia las invitaciones, que pueden tener una segunda intención, o no beber de otros vasos. Otro elemento distintivo es que ahora las personas jóvenes se reúnen en lonjas, donde existen diversos roles según el género. Obviamente, también existe un protocolo ante las agresiones que es imporante consultar. Además, hemos añadido la cuestión de la prostitución. Al margen de ser usuaria, la mujer suele ser más estigmatizada y, debido a esta cuestión, tenemos consumos diferentes. O bien consumimos menos o tendemos a silenciar u ocultar los consumos. En nuestro servicio tenemos menos usuarias.

Ha hecho mención a la estigmatización. ¿Cómo afecta al consumo y la reducción de riesgos en las mujeres?

El espacio público sigue estando más dirigido al hombre. Puede ser porque las mujeres consumen menos sustancias ilegales, pero también porque tienen otra actitud. En términos generales, las mujeres son más respetuosas o tienen una actitud más de escucha. Utilizan más el recinto de información y menos el de análisis. Son menos ruidosas, alardean menos de sus consumos, están más interesadas en las pautas de reducción de riesgos que en los análisis. Esto puede ser debido a los roles asignados. A las mujeres se nos exige más los cuidados, tanto hacia nosotras mismas como hacia el resto. Por eso somos más receptivas en relación con las pautas de reducción de riesgos. En el caso de los hombres, posiblemente están más expuestos a pautas de policonsumo o de liderazgo. En este caso vemos que son más ruidosos, que les cuesta menos llegar, mientras que ellas están más calmadas. Ellas, por el contrario, vienen solas en pocas ocasiones, siempre es habitual que se acerquen con amigas o con la pareja. De hecho, en nuestro servicio de análisis no pedimos nombres ni DNI sino solo el género, y ellas suelen ser más reacias. En términos de ocio, creo que las mujeres han entrado menos. Lo vemos todos los fines de semana. Por la tarde están en misma proporcion chicos y chicas, y a primera hora de la mañana se le puede llamar «la hora del Ñu», porque hay dos mujeres y todo chicos. También ocurre en las lonjas. O en las personas que se acercan a nuestros servicios, que suelen ser mujeres por el rol de los cuidados.

Ha hecho referencia a los cuidados. ¿En qué se materializa ese rol en los ámbitos de ocio?

Muchas veces vemos en la pareja casos en los que ellas llevan la sustancia, argumentando que así les controlan. Teniendo en cuenta que son sustancias ilegales, parece que no nos damos cuenta de las consecuencias.

Últimamente se han escuchado noticias sobre el uso de la «burundanga» o sustancias utilizadas para perpetrar una agresión sexual. ¿Qué habéis detectado en vuestra labor?

Nosotros no la hemos analizado nunca. No hay análisis toxicológicos que hayan dado con ello. Quizás porque tampoco pueden dar con ella. El relato se ha basado en las conversaciones sobre los efectos. Nosotros no podemos decir que sea falso, pero lo cierto es que más que generar discursos alarmistas, tenemos que dar pautas como, por ejemplo, tener cuidado con los vasos. Creo que es importante dejar clara una cosa: la mayor parte de las agresiones, o no están relacionadas con ninguna sustancia o lo están con el alcohol. Es difícil disponer de sustancias para modificar la conducta o de suministralas, puede ocurrir y hay que estar atento, pero la realidad nos dice que el peligro está más relacionado con el alcohol. A veces, en esos casos, la percepción del riesgo es mínima. Con sustancias legales podemos estar todo el rato pensando en que no me echen nada en el vaso pero luego estar expuestas a otros riesgos. No digo que sea falso, sino que no lo hemos analizado. Tampoco niego que se usen sustancias para fines delictivos, pero sí aseguro que son casos minoritarios. No hay que crear alarmas y provocar que todo el mundo esté hablando de «burundanga», «flakka» o «kokodrile». De lo que se trata es que luego no salga el telediario diciendo que hay un caníbal por Bilbo. Hay que andarse con cuidado, porque este tipo de noticias restan imporancia a otras más relevantes.

Al hablar sobre pautas en las mujeres para evitar una agresión, ¿no existe el riesgo de culpabilizar a la víctima?

Hay muchas personas que van borrachas y no cometen ese delitos. La sustancia no tiene que ver con la violencia. Es el agresor el que agrede. Hay sustancias que pueden potenciarla pero la clave es el triángulo entre sustancia, persona y contexto. Nosotros vemos muy bien el trabajo que está desarrollando el movimiento feminista, todavía hay mucho más que hacer porque siguen habiendo casos, pero hacer trabajo de concienciación es imprescindible. El ideal sería una sociedad igualitaria y sin agresiones, pero mientras tanto, al igual que puede ser de utilidad tener conocimientos de autodefensa, también es una pauta de reducción de riesgos informarse.

¿Qué recomiendan a las usuarias de sustancias en su guía?

Por ejemplo, como metabilizamos diferente, tener cuidado. También, cuando tenemos la regla, a algunas mujeres nos afecta diferente. Durante el embarazo y lactancia es recomendable no consumir. Las mujeres consumimos menos drogas salvo en el caso de psicofármacos. No deben verse como una sustancia exenta de riesgos ni consumirse sin receta, hay que ver las interacciones. A los hombres es como si les diese más vergüeza. El caso de la pastilla anticonceptiva es importante. Hay que tener en cuenta que si consumes alcohol u otras sustancias puedes llegar a vomitar.