Joseba VIVANCO

Empate in extremis (1-1)

Un Athletic más pendiente del Betis deja los deberes a medias y a la espera que el Genk pierda en el partido aplazado por la niebla.

RAPID VIENA 1

ATHLETIC 1

 

Ernesto Valverde afrontó el último partido de la liguilla continental con un ojo en Viena y el otro en el Benito Villamarín. Vamos, como si la alineación la hubiera hecho el ‘Dioni’. Lo reconoció tal cual el entrenador en la previa y en buena lógica al final los deberes se quedaron a medio hacer. Tan a mitad de camino que deberá esperar a hoy, al partido aplazado entre Sassuolo y Genk, para saber si en el bombo del lunes estará presente como primero o segundo de grupo, que no es baladí viendo los potenciales rivales en caso de no ser cabeza de serie. Empate final en una gélida noche vienesa, en la que los rojiblancos es verdad que mandaron sobre el césped, llevaron la iniciativa, pero les faltó contundencia en el área rival, tanto que tuvo que ser un defensa, Saborit, el que rescatara esa igualada final que mantiene vivas esas esperanzas de ser primeros de grupo.

El gol del catalán, primero que consigue con la camiseta rojiblanca, quizá fue una de las pocas notas a rescatar en un duelo en el que sobró por anodino el primer acto y estuvo más animado el segundo. Porque a título individual algunas actuaciones dejaron que desear, sobre todo entre los menos habituales, y es que al final de los 90 minutos lo más rescatable fueron las actuaciones particulares de Yeray y Muniain, dos de los jugadores ahora mismo on fire, además de esa nueva asistencia del chaval Asier Villalibre, que ha aprovechado sus minutos.

Lo cierto es que a falta de cinco minutos para el final del partido el devenir del choque iba por los mismos derroteros de la hoja de ruta trazada por el Athletic lejos de San Mamés. El técnico rojiblanco lo resumió con acierto y deslizando una velada crítica hacia sus hombres. «Nos ha faltado profundidad, tenemos el balón pero hay que conseguir ocasiones para ganar. Hay que hacer juego para ganar, construyes, construyes, cedes espacio y si no encuentras nada... parecía el mismo partido de Sassuolo o del Genk, se trata de hacer ocasiones y obtener un resultado», fue su balance de, sobre todo, una primera mitad en la que no pasó absolutamente nada. O como alguien describió una vez lo que debió de ser algo parecido, «un partido infame, por lo que podríamos denominar ausencia de delicadeza geométrica en la transición interlinear de la pelota». Por dar un detalle, el primer córner no llegó hasta el minuto 48.

Txingurri ponía en escena un once con hasta tres jugadores sin minutos en Europa League, el Rapid lo encaraba, al margen de sin más aspiraciones que la honrilla, con uno donde solo repetían tres titulares respecto a la última jornada liguera. Por delante, cuarenta y cinco primeros minutos en los que los bilbainos llevaron la iniciativa y el Rapid, con defensa de tres y un caos de piernas por delante de su meta, se limitaba a cerrar espacios y esperar que algún error de los leones les sonriera. Muniain intentaba revolotear en la media punta y filtrar pases, pero el bosque era demasiado espeso en esa zona, con lo que los de Valverde se obcecaron en un recital de pases horizontales o atrás a ninguna parte. Contadas llegadas que acababan en nada, un par de disparos desviados, y la convicción de que si el Athletic quería ir a por la victoria debería redoblar su ambición y arriesgar. Con lo visto, imposible pensar en botín mayor.

Es lo que hizo el joven Yeray, al que no le asusta progresar en cuanto ve luz al final del túnel, y nada más volver de vestuarios, dio una asistencia de gol a Eraso que este desaprovechó de manera insultante. Como si fuera el aviso de que los dos equipos podían hacerse daño mutuamente, replicó el Rapid con un doble disparo que no acabó en la red porque Lekue hizo las veces de muñeco y el rematador lo hizo peor que Eraso. Apuros iniciales para la meta de Iraizoz a los que, metidos ya de lleno en esa liberación de corsés, respondió con una diagonal salpicada de amagos Muniain, cuyo disparo desde la frontal lo sacó acrobático a córner el portero.

De la guerra de trincheras se pasó a las transiciones vertiginosas de un área a otra, con espacios que cabalgar, donde el Athletic encontró lo que buscaba para hacer daño en la hasta entonces poblada y encastillada defensa vienesa. Ambos técnicos apostaron por unos cambios más ofensivos dando entrada a Schub y Beñat, y fue justo ahí cuando a los leones se les aparicieron los fantasmas de Sassuolo y Genk. Balón en largo desde la zaga local, lo ganan, Lekue permite al brasileño Joelinton progresar cuando debiera haberle derribado en su carrera, y el propio jugador empuja a la red tras un remate previo que Etxeita había evitado en primera instancia. Una jugada aislada que ponía al Athletic contra las cuerdas. Susaeta y Villalibre al césped, su presencia fue decisiva para que a falta de cinco minutos llegara la igualada. Falta que saca el eibartarra, peina Williams, el de Gernika centra atrás sobresapado el segundo palo y Saborit solo tiene que empujar a la red. Se hacía justicia con los leones. Incluso si Beñat hubiera acertado con su falta directa, sobre la bocina, y que sacó el guardameta, nadie hubiera cuestionado el triunfo.

«Nuestra intención era ganar, hemos sacado un empate, ya no tenemos nada de qué preocuparnos», fue la síntesis que hizo al final Ernesto Valverde, deseoso de dejar por fin atrás esta liguilla de grupos que más allá de la calidad de los equipos rivales obliga a destinar muchas energías tanto físicas como mentales por parte de los jugadores. No cabe duda de que los leones tenían muchas ganas de olvidarse hasta el año que viene de esta competición y centrarse de verdad en la Liga. Si el técnico respiró y se desahogó tras la victoria que certificaba el pase a la siguiente ronda, ayer dio la impresión de conformarse con lo hecho, incluido el empate, y que en el bombo del lunes sea lo que la suerte depare. Pero eso será hasta el año que viene, ahora toca lo importante, la Liga.

 

Villalibre, otra asistencia de gol, volverá al filial

Asier Villalibre se ha estrenado con el primer equipo tocado con una varita mágica. Si ante el Eibar saltó unos minutos y dio la asistencia de gol a Muniain, ayer hizo lo propio en los momentos finales del partido para darle el gol a Saborit. Después, en sala de prensa, Ernesto Valverde se refirió al chaval de Gernika para dejar claro que «no sé todavía, dije que lo pensaría después del partido. Veremos cómo está el equipo, pero recuperando a Aduriz la situación de Villalibre es el segundo equipo. Volverá a su equipo», zanjó de momento el técnico su inmediato futuro.J.V.

 

El Sassuolo y el bombo repartirán suerte

El Athletic estará muy pendiente hoy del partido que jueguen Sassuolo y Genk, que hubo de ser aplazado ayer por la intensa niebla. La UEFA decidió que se dispute a las 12.30, en un duelo en el que a los rojiblancos les interesa que los belgas pierdan. Solo así serán cabezas de serie en el sorteo del lunes. Por lo demás, tras los partidos del jueves, Ajax, Roma, Shakthar Donetsk, Schalke, Sparta de Praga, Zenit de San Petersburgo, Fiorentina, Osmanlinspor, Fenerbahce, Apoel Nicosia, Saint Etienne, Copenhague, Lyon, Tottenham y Besiktas son los clubes presentes en el primer bombo, ese en el que quiere estar el Athletic para así evitarlos. En el otro, y potenciales rivales –salvo los de la Liga– en caso de no perder hoy el Genk, estarán Villarreal, PAOK Salónica, Gante, Krasnodar, Manchester United, Olympiacos, Anderlecht, AZ Alkmaar, Astra, Celta, Hapoel Beer Sheva, Rostov, Borussia Mönchengladbach, Legia y Ludogorets.J.V.