Dabid LAZKANOITURBURU

Otro misil norcoreano sobrevuela Japón y amenaza a la isla de Guam

Pyongyang reeditó ayer su desafío y, sin apuntar directamente a la amenazada isla de Guam (EEUU), lanzó un misil intermedio que sobrevoló Japón y atemorizó a los vecinos de Hokkaido. Trump reiteró su amenaza militar y convocó el Consejo de Seguridad de la ONU junto a su aliado nipón. China y Rusia rechazan las amenazas y nuevas sanciones.

El misil sobrevoló la isla de Hokkaido, en el norte del archipiélago nipón y cayó en aguas del océano Pacífico, a unos 1.180 kilómetros de la costa japonesa.

La última vez que un misil norcoreano sobrevoló Japón fue en 2009. Pyongyang aseguró entonces que se trató del lanzamiento de un satélite. Tokio y EEUU denunciaron el lanzamiento encubierto de un misil balístico intercontinental.

Esta vez el misil recorrió 2.700 kilómetros a una altitud máxima de 550 kilómetros antes de caer. Fue lanzado hacia el este y no en dirección a Guam, puesto de avanzada del Ejército estadounidense a 3.500 kilómetros de Corea del Norte.

«Lanzamiento de misil. Busque refugio». Millones de habitantes del norte de Japón recibieron mensajes en su móviles mientras la sirenas sonaban al paso del misil en su trayectoria sobre Hokkaido. El tráfico ferroviario fue temporalmente suspendido y no solo en Sapporo, capital de la isla. En Tokio, 700 kilómetros al sur, la circulación de trenes, incluido el TAV Shinkansen, fue paralizada.

Los pesqueros que habían salido de madrugada de Erimo, al sur de Hokkaido, no tenían dónde refugiarse y vieron cómo el misil pasaba sobre sus cabezas. «Nunca pensé que iba a ver algo así», confesaba Hiroyuki Iwafune, de la cooperativa de pesca.

Todas las opciones de Trump

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, denunció una «amenaza grave y sin precedentes» y Tokio y Washington convocaron de urgencia al Consejo de Seguridad de la ONU.

Abe, quien denunció un lanzamiento «inaceptable que socava considerablemente la paz y la seguridad de la región, conversó durante 40 minutos por teléfono con el presidente de EEUU, Donald Trump, quien reiteró que «todas las opciones están sobre la mesa». Ambos acordaron incrementar la presión sobre Pyongyang, mientras que Corea del Sur prometió responder en el marco de la alianza establecida con Washington, si Pyongyang continúa con sus provocaciones».

Así, mientras el Consejo de Seguridad tenía previsto en la tarde de ayer debatir nuevas sanciones, principalmente en el sector petrolero, China coligió que «los hechos han demostrado que la presión y las sanciones no pueden solucionar el fondo de la cuestión» y abogó por el «diálogo».

Un informe de la ONU que verá la luz los próximos días advierte de que Pyongyang sigue logrando sortear buena parte de las consecuencias de las sanciones, incluido el nuevo paquete aprobado el 5 de agosto, referentes a sus exportaciones de hierro y de carbón. Para ello, contaría con la complicidad de países del este de Asia.

Posición equidistante rusa

El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabko, advirtió de que nuevas &dcThree;sanciones o el uso de la fuerza sería «un camino hacia la catástrofe» y reiteró la apuesta chino-rusa por la doble congelación, tanto del lanzamiento de misiles como de las maniobras de EEUU en Corea del Sur. El jefe de internacional del Senado ruso, Konstantin Kosachev, señaló que la amenaza norcoreana a Guam «no es un bluff». El líder comunista, Guennadi Ziugánov, señaló que «basta una cerilla para incendiar la región» y exigió a EEUU dejar en paz a Pyongyang y su propia «vía de desarrollo».