El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha iniciado este lunes un viaje oficial a Quebec en lo que es una visita de carácter político, económico y cultural. David Heurtel, ministro quebequés de Inmigración, Diversidad e Inclusión, ha sido el primer representante político en recibir al lehendakari. Ambos mandatarios se han reunido en Montreal en el Centro para la Prevención de la Radicalización que conduce a la Violencia. Tras la reunión, Urkullu ha realizado una visita acompañado del director del mismo, Herman Deparice-Okomba.

En declaraciones a los periodistas, el lehendakari se ha referido a la situación en Catalunya. Ha afirmado que la convocatoria por parte del Gobierno español de elecciones para el próximo 21 de diciembre «puede ayudar a la necesidad de distensión y diálogo» que, en opinión de Urkullu, hacen falta en Catalunya. 

«Desde hace muchos años viene fallando en el conjunto del Estado español la necesidad de una asunción de que estamos ante un modelo de Estado que necesita una reformulación», ha opinado, para añadir que el conflicto catalán ha de ser resuelto «desde la política. «Hay otro problema en el Estado español –ha continuado–, que es el de la judicialización de la política». Pero también ha lanzado un dardo hacia el Govern, al considerar que las consecuencias de la gestión de emociones y aspiraciones «pueden provocar incluso una frustración social». 

Con todo, y «habiendo llegado al punto que se ha llegado, es bueno que todas las formaciones políticas se puedan presentar a las elecciones convocadas para el 21 de diciembre».

Sobre el hecho de que el president, Carles Puigdemont, y algunos miembros del Govern se encuentran en Bélgica, ha señalado que, aunque es conocedor de la situación a través de lo que ha podido leer en los medios de comunicación, es pronto para hacer una valoración al respecto.