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WASHINGTON

EEUU se retira del Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Estados Unidos se ha retirado del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, un órgano muy cuestionado por el Gobierno de Donald Trump, en una decisión que ha sido calificada de «decepcionante, pero no sorprendente» desde la ONU. La embajadora estadounidense, Nikki Haley, ha denunciado la «hostilidad interminable» contra Israel y Benjamin Netanyahu ha agradecido el gesto.

La embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, en la rueda de prensa junto a Mike Pompeo. (Andrew CABALLERO-REYNOLDS/AFP)
La embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, en la rueda de prensa junto a Mike Pompeo. (Andrew CABALLERO-REYNOLDS/AFP)

En una rueda de prensa sin preguntas en Washington, la embajadora de este país ante la ONU, Nikki Haley, ha anunciado que «Estados Unidos se retira oficialmente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU».

«Este año, al igual que en años previos, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha aprobado cinco resoluciones contra Israel, más que las aprobadas contra Corea del Norte, Irán y Siria en conjunto», ha lamentado.

Así, ha recalcado que «este foco desproporcionado y esta hostilidad interminable hacia Israel es una prueba clara de que el consejo está motivado por un sesgo político y no por los derechos humanos», según ha informado.

«Si el Consejo de Derechos Humanos va a atacar a países que cumplen con los derechos humanos y a proteger a países que los violan, Estados Unidos no debe darle ninguna credibilidad», ha manifestado.

La representante ha justificado esta decisión por las posturas en el organismo de países como China, Venezuela, Cuba o la República Democrática del Congo, ya que, a su juicio, «no respetan» los derechos humanos.

Por este motivo y por el «prejuicio crónico» del Consejo contra Israel, de acuerdo con palabras de Haley, este órgano «no es digno de su nombre».

La embajadora, que ya amenazó el año pasado con retirar a Estados Unidos del Consejo con sede en Ginebra, ha explicado que durante los últimos meses ha tratado de resolver «de buena fe» los problemas de ese organismo reuniéndose con representantes de más de 125 países miembros.

Este anuncio llega un día después de que la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos denunciara la separación de cientos de niños inmigrantes de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos en los últimos meses.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, que también ha estado presente en esta declaración a los medios, ha aplaudido la figura de Haley como embajadora frente a la ONU y ha tildado al Consejo de órgano «hipócrita».

«No dudamos de que su creación fue con buena fe, pero tenemos que ser honestos: el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es un pobre defensor de los derechos humanos», ha apuntado Pompeo.

La retirada de Washington es el último rechazo de Estados Unidos a sus compromisos multilaterales después de que en los últimos meses haya abandonado la Unesco, el Acuerdo Climático de París y el pacto nuclear con Irán.

Pompeo ha asegurado que el Ejecutivo de Trump no se opone a trabajar con instituciones multilaterales, aunque, ha advertido, «no será cómplice» del Consejo de Derechos Humanos.

«Estados Unidos lidera el mundo en asistencia humanitaria; no tomará lecciones de hipócritas», ha añadido Pompeo.

«Decepcionante, pero no sorprendente»

Desde la ONU, las reacciones no se han hecho esperar y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, ha calificado la decisión de «decepcionante, aunque no realmente sorprendente».

«Dado el estado de los derechos humanos en el mundo actual, Estados Unidos debería estar dando un paso al frente, no un paso atrás», ha dicho, en un mensaje publicado en Twitter por su oficina.

Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, «hubiera preferido que Estados Unidos permaneciera el Consejo de Derechos Humanos», ha subrayado su portavoz, Stéphane Dujarric.

La Administración de Donald Trump ya había avisado el pasado año de que iba a tratar de impulsar reformas en el funcionamiento del Consejo y que, si no se aceptaban, no dudaría en retirarse.

Entre otras cosas, Estados Unidos critica que ese organismo sirva «de plataforma» a países como China, Venezuela y Cuba, y denuncia que tiene un «sesgo» contra Israel.

Aplausos de Israel

El Gobierno israelí, precisamente, no ha tardado en dar la bienvenida a la decisión de Washington y ha defendido que el Consejo es «enemigo de quienes realmente se preocupan por los derechos humanos».

«Estados Unidos ha demostrado, una vez más, su compromiso con la verdad y la justicia y su negativa a permitir que el odio ciego contra Israel en instituciones internacionales continúe sin contestación», ha remarcado en un comunicado el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha felicitado y ha agradecido a la Administración de Donald Trump su anuncio.

«Israel agradece al presidente Trump, al secretario (Mike) Pompeo y a la embajadora (Nikki) Haley por su valiente decisión contra la hipocresía y mentiras de llamado Consejo de Derechos Humanos de la ONU», ha dicho el mandatario israelí en un comunicado enviado por su oficina.

Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) ha lamentado la retirada de Estados Unidos del Consejo y ha destacado que supone dar la espalda a las víctimas de abusos en todo el mundo.

«El presidente Trump ha decidido que ‘Estados Unidos primero’ significa ignorar en las Naciones Unidas el sufrimiento de civiles en Siria y de minorías étnicas en Birmania», ha dicho, en un comunicado el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.

El ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, ha calificado la decisión de Washington de «lamentable» a pesar de que Gran Bretaña espera ver cambios en el Consejo de Derechos Humanos de la organización.

«No es un secreto el hecho de que Reino Unido quiere ver reformas en el Consejo de Derechos Humanos, pero nos hemos comprometido a trabajar a fondo para mejorar el consejo desde dentro», ha asegurado en un comunicado.

Varias ONG han criticado la decisión de la Administración Trump y han advertido de que el «aislamiento» de Estados Unidos sólo perjudicará a los propios estadounidenses.

Activistas de derechos humanos temen que una retirada de Estados Unidos afecte a los fondos del Consejo, dado que Washington hace aportaciones para que sus mecanismos de investigación y supervisión en el mundo puedan operar.