Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Reclaman que el «destierro» de Gargantúa en Txikigune acabe

Txikigune es uno de los epicentros de la programación festiva infantil. A él, ubicado en el parque de Doña Casilda Iturrizar, enviaron los responsables municipales a Gargantúa. La compañía que ensalza su figura ha vuelto a reclamar que el «destierro» del personaje acabe.

Ya hubo quejas cuando Gargantúa dejó de bajar en kalejira desde la plaza Elíptica al recinto festivo acompañado de la comparsa de gigantes y cabezudos. Al ser alejado del Arenal, se produjeron protestas aunque los responsables municipales respondieron que Txikigune era una ubicación mejor.

No piensan lo mismo desde la Compañía de Gargantúa, congregación lúdica de fieles botxeros. Su rector, Marino Montero, lo ha vuelto a plantear en la ‘‘Guía Pirata’’, una publicación editada con motivo de Aste Nagusia. «¿Por qué consentimos el desafuero en el que se viene incurriendo en las últimas ediciones de Aste Nagusia con la extradición de Gargantúa del espacio festivo del Arenal?», se pregunta.

Montero llega a calificar la «forzosa» ausencia de este icono de la villa como un «crimen de lesa bilbainía». «A buen seguro que está haciendo removerse en sus tumbas –añade el rector de la Compañía– a la pléyade de pintores y escritores, de la talla de José Arrue, Indalecio Prieto y Miguel Unamuno, que siempre lo presentaron como el personaje central de nuestro olimpo mitológico festivo, rodeado de los gigantes y cabezudos de la villa en la plaza del Arriaga».

El primer Gargantúa de Bilbo data de 1854, obra de Bombero Etxaniz, y fue destruido por una bomba de la guerra carlista en 1874. El actual –aunque hay otro de 1979 que acude a fiestas de los barrios y eventos que venera la Compañía– lo construyó Vicente Luna en su taller de Valencia en 1988. No tuvo buena acogida entre la ciudadanía por su perfil caricaturesco, además de detalles como el hecho de no cerrar la boca como si hacía el anterior, que les llevó a calificarlo de «ninot de Disneylandia».

Ajenos a la polémica, niñas y niños siguen teniendo a Gargantúa como una de las citas inexcusables en su visita al Txikigune entre las más de 24 actividades disponibles. Su área se denomina «Bilboko Izarra». El espacio infantil está caracterizado como una «ciudad txiki de los valores» donde los pequeños, de 0 a 12 años, puede disfrutar y pasarlo bien al tiempo que aprenden y se forman en aspectos como la ilusión, el esfuerzo y la convivencia.

En busca de la sombra

Ayer, por ejemplo, fue el lugar ideal donde pasar la mañana o la tarde a la sombra. Está dividido en cuatro áreas con hinchables, ludoteca, pesca, piscina de bolas, multiples juegos, rocódromo, magia, talleres de maquillaje, reciclaje y radio, donde pueden jugar aprendiendo.

Además, hay una zona dedicada a la lactancia, que sirve también de parking de cochecitos. Para que los mayores estén más tranquilos, se facilitan pulseras identificativas con datos de los menores.

Para los más txikis, en la zona más próxima a la fuente del parque, junto al museo, hay diferentes areneros donde los y las niñas hasta 4 años pueden desarrollar su creatividad jugando con rastrillos, cubos... pudiendo encontrar «fósiles de estrellas». Otra actividad atractiva es una piscina gigante de bolas, donde pueden saltar a su antojo.

Otro de los puntos de interés es donde se encuentra la réplica de Marijaia, con la que todo el mundo quiere sacarse una foto, al ser imposible que la «real» permanezca siempre en el parque de los patos.

Mañana a partir de las 18.00, para celebrar los 40 años de Aste Nagusi,a habrá una fiesta de aniversario muy especial en el Txikigune, donde las y los niños podrán disfrutar de una chocolatada y bailar al ritmo de la música en una diskofesta.