El Comité de Empresa de la fábrica de Mercedes-Benz en Gasteiz, en la que trabajan más de 5.000 personas, ha exigido parar la producción de furgonetas como medida de prevención ante el avance del coronavirus.

«Desde la empresa se nos han propuesto medidas por si la situación va ampliando el absentismo, para ir desactivando la producción paulatinamente. Desde el Comité entendemos que esta propuesta no busca proteger a las personas, sino proteger una producción mínima dependiendo de la situación que se tenga en cada momento», ha aseverado.

Y ha instado a las instituciones «y a la propia empresa a que, siguiendo las indicaciones de los expertos, se impliquen y adopten las medidas necesarias para garantizar en primer lugar el cuidado de la salud de los y las trabajadoras, y por extensión de todo Gasteiz». «No entenderíamos que se priorice otra cosa que no sea la salud de todas las personas en una situación como esta», ha añadido.

En este sentido, ha señalado que los trabajadores «no entendemos que que se esté llamado a las ciudadanía a recluirse en casa, se declare la emergencia sanitaria y en la empresa más grande de Euskadi se deje en manos de la suerte que podamos contribuir a una situación desastrosa en esta crisis».

«Pese a que somos una plantilla relativamente joven y la mayoría no estamos en grupo de riesgo, sí podemos ser transmisores potenciales a grupos de riesgo en nuestra familia, entre otras cosas porque muchos de nosotros y nosotras, en muchos casos, tenemos que cuidar de nuestros madres y padres o estos tienen que cuidar de nuestros hijos», ha manifestado.

Además, ha denunciado que, «pese a que la empresa supuestamente está haciendo lo que desde los servicios sanitarios supuestamente le dicen, hemos detectado que no da abasto con las medidas de prevención: dispensadores de gel con alcohol vacíos, dispensadores de gel de baño vacíos, papel de manos vacíos... por no hablar de la frecuencia de desinfección de las zonas comunes».

Por último, ha incidido en que «los casos de cuarentena van subiendo día a día», y ha indicado que, por las características del trabajo en cadena, «el contacto entre trabajadores y trabajadoras es inevitable, al igual que el contacto en vestuarios y zonas comunes».