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Londres

El Gobierno británico aplaza las medidas drásticas porque cree que tienen poco impacto

El Gobierno de Boris Johnson ha decidido seguir un ritmo más lento que el que están marcando la mayoría de los estados europeos para intentar frenar la epidemia del coronavirus. Aunque asumen que las cifras de contagios crean «alarma», en Downing Street no tienen prisa para tomar medidas drásticas que, afirman, tienen poco impacto real.

Un turista con una mascarilla frente al Palacio de Buckingham. (Glyn KIRK|AFP)
Un turista con una mascarilla frente al Palacio de Buckingham. (Glyn KIRK|AFP)

Las muertes por la enfermedad del coronavirus se han doblado en las últimas 24 horas en Gran Bretaña hasta un total de 21, según ha informado este sábado el principal asesor médico del Gobierno de Londres, Chris Whitty.

Diez personas han fallecido desde el viernes en diferentes hospitales de Inglaterra, todas de más de 60 años y con patologías previas, es decir, que todos los pacientes estaban dentro de «grupos de riesgo».

Whitty ofreció sus condolencias a los familiares de los fallecidos y reconoció que el rápido incremento de las muertes causará «alarma», pero afirmó que el Gobierno está tomando las medidas adecuadas para frenar la propagación del virus.

Además de las medidas higiénicas y de aislamiento de personas con síntomas, el Gobierno británico se prepara para prohibir los eventos multitudinarios a partir de la próxima semana, después de haber vetado también las excursiones escolares al extranjero y desaconsejado los viajes a las zonas más afectadas.

Muchas organizaciones y empresas han tomado además sus propias medidas preventivas y, por ejemplo, la Premier League inglesa (EPL) ha suspendido todos sus partidos al menos hasta el 4 de abril.

Retrasar en lugar de contener

El Ejecutivo del primer ministro conservador, Boris Johnson, ha sido criticado por no imponer el mismo tipo de medidas drásticas contra el coronavirus aplicadas en otros países, como prohibir eventos masivos y cerrar escuelas.

El asesor científico del Estado, Patrick Vallance, argumenta que, aunque medidas como esas «llaman la atención», tienen relativamente poco impacto en primera instancia frente a otras más eficaces, como lavarse bien las manos y aislar a las personas contagiadas, y solo deben aplicarse en el momento adecuado.

Según el Gobierno británico, la decisión de introducir la prohibición de grandes eventos a partir de la semana que viene responde a la necesidad de aliviar la carga de trabajo a la Policía que normalmente atiende esos actos y de los servicios sanitarios, para que puedan centrarse en afrontar los casos de Covid-19.

El pasado jueves, el Ejecutivo pasó a la segunda fase de su plan contra el coronavirus, en que trata de «retrasar» su propagación, en lugar de contenerla, lo que justifica con el fin de optimizar los servicios públicos. Estima que el pico de contagios se producirá dentro de diez a catorce semanas.