
El oso pardo se sigue recuperando en el Pirineo, alcanzando ya los 52 ejemplares, 12 más de los identificados a hace dos años. Algunos de ellos, en Euskal Herria. En el Pirineo atlántico se ha localizado a las hembras Sorita y Claverina, y a los machos Nere, Cannellito y Rodi, sobre todo en el noreste de Nafarroa y las inmediaciones de la muga.
Según el balance llevado a cabo por el Grupo de Seguimiento Transfronterizo del oso pardo en los Pirineos, se han registrado en total 10 nuevas crías de hasta cinco hembras diferentes, una «cifra récord» sólo conseguida antes de los años 2016 y 2017.
Por ello, celebran que se haya vuelto a los índices de natalidad más elevados de los últimos años gracias a la reproducción de varias de las hembras. Una de ellas, la nombrada Sorita. Sin embargo, dos cachorros de este ejemplar, además de otros cuatro osos, se han dado por muertos.
De hecho, la entidad WWF ha exigido documentación como los análisis microbiológicos y patológicos sobre lesiones de órganos para así «descartar el uso de veneno» en el fallecimiento de uno de ellos en la Val d'Aran.
Otra de las novedades es la ampliación del área geográfica en la cual se han encontrado en algún momento indicios de la presencia del oso pardo en los Pirineos. Concretamente, en 2019 el área de amplió en 3.000 km2 respecto al 2018 y representa ya en una superficie de 10.400 km2.

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