
«Tema de inspiración: el templo de la guerra». Bajo este impactante titular, el ‘Diario de Navarra’ de aquel 19 de julio de 1937 incluía una fotografía a cuatro columnas de la iglesia de Santa María de Eunate, considerada una de las más curiosas y hermosas de la ruta jacobea.
El pie de foto de esa imagen decía textualmente lo siguiente: «Publicamos esta preciosa fotografía de ‘Eunate’ cuya línea arquitectónica brindamos como tema de inspiración para el posible templo que guarde la memoria de nuestros caídos en la guerra». La fotografía iba firmada por F.J. E Uranga.
Situada en Izarbeibar (Valdizarbe), en el término municipal de Muruzabal, la iglesia de Eunate fue construida en torno al año 1170 y es un raro ejemplo de arquitectura románica.
Son varias las hipótesis sobre el origen de este templo. Algunos historiadores consideran que fue obra de los templarios, por ser de planta octogonal, si bien está cubierta por una cúpula peraltada de ocho nervios, al estilo musulmán.
Otros autores la relacionan con la Cofradía de Santa María de Onat, pero también hay quien sostiene que fue lugar de acogida-hospital levantado por la Orden Sanjuanista, capilla funeraria, cementerio, lucernario...
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El nombre Eunate se ha traducido como ‘cien puertas’, pero en realidad se trata del topónimo ‘Onat-Onate’, palabra vasca que significa ‘Buena puerta’, probablemente en referencia al paso de montaña que comunica la zona de Muruzabal con las tierras situadas más al sur.
Las razones para proponer esta iglesia como posible templo que sirviera en un futuro para recordar a los caídos del bando sublevado en 1936 no venían explicadas por ‘Diario de Navarra’, pero la propuesta en sí refleja que este rotativo ya daba por hecha la victoria del nacional-catolicismo tan solo un año después de comenzar la guerra. Esa era precisamente la ideología que defendía este diario, aunque en su cabecera figurase que era un «periódico independiente».
La ligazón entre guerra y religión
Guerra y religión católica aparecen ligadas, como si fueran una misma cosa, en el modelo propuesto por ‘Diario de Navarra’ para recordar a los caídos de su bando.
Esta ligazón también quedaba reflejaba en la portada de aquel 19 de julio de 1937 dedicada a Franco, con el siguiente texto: «En el comienzo del Segundo Año Triunfal pedimos fervorosamente al Señor, proteja la vida de nuestro Caudillo, de toda asechanza, de toda traición, de todo peligro, para que con su mano firme de estratega corone con la victoria las tremendas batallas y su mano delicada de político, oriente con sabiduría y acierto los destinos gloriosos de la Patria. Pedimos también al Señor, que con su Providencia rige la Historia Universal, inspira los pensamientos, las palabras y las obras de nuestro Generalísimo y Caudillo para que España, bajo su égida de epopeya, recobre la conciencia de su ser histórico y la expresión maravillosa, adecuada a su conciencia, culminada en el siglo feliz de nuestros Reyes Católicos. Y sea esa la recompensa que Dios asigne al esfuerzo del Caudillo y la corona que merecen nuestros Mártires».

La propuesta de ‘Diario de Navarra’ para que la iglesia de Eunate inspirase «el templo de la guerra» finalmente no prosperó. El Monumento a los Caídos del bando franquista, levantado en Iruñea en 1942, no tomó esa iglesia como modelo, aunque sí dejó claro su carácter nacional-católico con la inscripción que da nombre al monumento y que está grabada en su frontispicio: «Navarra a sus muertos en la Cruzada».
En la actualidad, esta inscripción está ocultada por el nuevo uso que se le da al monumento: Sala de Exposiciones.

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