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La sonda china Chang'e 5 regresa a la Tierra con nuevas muestras de roca lunar

China se ha convertido en el tercer país que logra muestras de roca lunar después de que la sonda Chang'e 5 aterrizara con éxito en la zona prevista del área de Siziwang, en Mongolia. Los dos kilos de muestra recolectados serán puestos a disposición de científicos chinos e internacionales.

La sonda Chang'e 5 ha aterrizado esta pasada madrugada, hora de Pekín, en la zona prevista de Mongolia. (STR/AFP)
La sonda Chang'e 5 ha aterrizado esta pasada madrugada, hora de Pekín, en la zona prevista de Mongolia. (STR/AFP)

Por primera vez en más de 44 años, una misión espacial ha traído a la Tierra nuevas muestras de roca lunar: la sonda china Chang'e 5 ha aterrizado hoy en el norte del país asiático, convirtiéndolo así en el tercero, tras Estados Unidos y la Unión Soviética, en lograrlo.

«La cápsula de regreso del proyecto de exploración lunar Chang'e 5 ha aterrizado con éxito a las 1.59, hora de Pekín, del 17 de diciembre (17.59 del 16 de diciembre en Euskal Herria) en la zona prevista del área de Siziwang, en (la provincia septentrional de) Mongolia Interior», ha anunciado en un comunicado la Administración Nacional del Espacio de China (ANEC).

La fuente ha precisado que, en torno a la 1.00 (17.00 del miércoles en Euskal Herria), el módulo de órbita de la Chang'e 5 y el de regreso se han desacoplado a unos 5.000 kilómetros sobre la franja sur del océano Atlántico.

«A las 1.33 (17.33 GMT del miércoles en Euskal Herria), el módulo de retorno de la Chang'e 5 ha entrado en la atmósfera a una velocidad en torno a los 11,2 kilómetros por segundo a una altitud de 120 kilómetros sobre la superficie terrestre», prosigue el texto de la ANEC. En ese momento, el aparato ha comenzado las maniobras de desaceleración, que han incluido una breve salida y reentrada en la atmósfera.

Cuando distaba unos 10 kilómetros de la superficie, la Chang'e 5 ha abierto el paracaídas, último paso de la maniobra de reducción de la velocidad, y que le ha servido para aterrizar de manera suave en el citado área de Siziwang.

Allí, según muestran las imágenes de la televisión estatal CCTV, el personal de la misión ha recogido el módulo para enviarlo después por vía aérea a Pekín, donde se extraerán los dos kilogramos de muestras lunares recolectados.

El principal desafío de esta misión era «conseguir despegar de vuelta desde la Luna», ha asegurado en rueda de prensa el subdirector de la ANEC, Wu Yanhua. «Algo sin precedentes para nosotros porque la órbita lunar es muy diferente a lo que conocemos», ha declarado.

Wu, también jefe adjunto del Programa de exploración lunar, ha afirmado que China pondrá algunas muestras lunares «a disposición de científicos en otros países», y que otras se mostrarán en una exposición en el Museo Nacional, en Pekín.

Asimismo, el científico se ha mostrado partidario de «cooperar con otros países para construir una base internacional de investigación científica lunar», uno de los objetivos del programa espacial chino y que de momento no tiene fecha.

A esa futura misión de construcción de una base le esperará, sobre la superficie del satélite, el módulo de despegue lunar de la Chang'e 5, ya que, según la ANEC, este regresó sobre la Luna «para evitar convertirse en basura espacial».

Zona inexplorada

Los expertos podrán estudiar los nuevos ejemplares de roca lunar ya que, según sostiene la agencia estatal de noticias Xinhua, a pesar de que Estados Unidos y la URSS obtuvieron muestras, «los científicos necesitan más y de distintas épocas para lograr encajar la historia completa de la Luna».

Las obtenidas por la sonda china serán de una zona inexplorada hasta la fecha: el pasado 1 de diciembre, alunizó con éxito en área al norte del Mons Rümker, en el Oceanus Procellarum, en la cara visible de la Luna, una zona la que no habían llegado antes ni astronautas ni misiones espaciales no tripuladas.

Las muestras se recopilaron de dos formas diferentes: en la superficie de la Luna, gracias a un brazo robótico, y bajo tierra, a través de un taladro que perforó dos metros el satélite para obtener muestras variadas que podrían datar de periodos muy anteriores.

«Los científicos podrán desentrañar los misterios de la actividad volcánica y los impactos de meteoritos (sobre la Luna) de los últimos mil millones de años», afirmó Xinhua.

Los dos kilos recolectados por China no solo la convierten en el tercer país en obtenerlos, sino que, por peso, será el segundo: las misiones estadounidenses lograron en total 382 kilos, mientras que las de la URSS, unos 300 gramos.