Ramon Sola
Aktualitateko erredaktore burua / redactor jefe de actualidad

El independentismo supera tres nuevas barreras: el 50% de voto, la abstención e Illa

El independentismo confirma y amplía su mayoría en el Parlament en unas elecciones marcadas por la pandemia y la bajísima participación consiguiente. Sumará más diputados que en 2017 y supera por vez primera el 50% del voto. El PSC releva a Cs en el campo unionista, pero para nada.

Junqueras y Aragonès, president salvo giros inesperados. (Albert ESTEVEZ | POOL AFP)
Junqueras y Aragonès, president salvo giros inesperados. (Albert ESTEVEZ | POOL AFP)

Pasó antes del «procés», durante y también después; ha ocurrido con alta participación y también en una jornada de desplome por la pandemia. El independentismo mantiene su liderazgo claro en Catalunya sin que la apuesta española, focalizada este vez en el PSC y más «blanda», le haga mella. Es más, lo amplía con nuevos objetivos cumplidos.

En la recta final del escrutinio se ha confirmado la superación del 50% del voto emitido entre las cuatro listas independentistas principales: ERC, JxCat, CUP y PDeCat alcanzan casi el 51%, que se supera con otras candidaturas menores.

En cuanto a electos, sumará cuatro escaños más escaños que en 2019, sobre todo gracias al avance de la CUP, que más que dobla su representación actual(de 4 a 9).

Con el 100% del escrutinio cerrado esta mañana de lunes, los y las diputadas independentistas suman 74 frente a 53 escaños netamente unionistas, con los 8 escaños de los comunes como bisagra. Hasta ahora, la mayor representación independentista había sido la de 2015 con la coalición Junts pel Sí, que fue la que lanzó el referéndum del 1-0, y la CUP, que totalizaron 72 (ahora son dos más y la mayoría absoluta está en 68).

El PSC suma 33 diputados al igual que ERC, por 32 de JxCat, Vox 11, CUP 9, En Comú Podem 9, Cs 6 y PP 3. Aunque el más votado es el primero e Illa anuncie que se postulará, no se le atisban opciones reales de llegar a la presidencia de la Generalitat.

La distancia entre los dos bloques no varía lo suficiente como para provocar un giro radical de guión, pero confirma que cada elección da un impulso nuevo al independentismo, sea cual sea el contexto y sin olvidar la falta de acuerdo estratégico que supone un lastre en este momento para el soberanismo.

También la relación interna en ambos campos se modifica y puede tener sus efectos. JxCat ganó por sorpresa en el campo independentista en 2017 con la tracción emocional del exilio de Carles Puigdemont y ahora acaba por delante la ERC del aquel año vicepresident y hoy preso político Oriol Junqueras. Pere Aragonès será president, ahora electo y antes eventual por la inhabilitación de Quim Torra, salvo acontecimientos nuevos en el proceso postelectoral. La llave final vuelve a tenerla la CUP con su reforzado grupo; le bastaría abstenerse, como en 2017 con Torra tras una compleja y tensa sucesión de candidaturas.

Las dos sensibilidades mayoritarias del independentismo de este último lustro van, en cualquier caso, codo con codo. Si JxCat tuvo hace cuatro años solo dos escaños más, ahora tiene apenas uno menos. No hay más que 35.000 votos de diferencia entre ambas opciones. Mientras, la CUP ha repuntado con fuerza alcanzando casi 200.000 apoyos.

Apenas 35.000 votos de diferencia hay entre ERC y JxCat, lo que complica la negociación postelectoral ya tensada por la discrepancia estratégica

En el bloque unionista gana más Vox que el PSC

En el bloque unionista la implosión de Ciudadanos, que entonces aglutinó voto de todo tipo, tiene un doble efecto paradójico: devuelve el dominio al PSC pero deja también en el Parlament la corrosiva entrada de Vox.

El resultado tendrá repercusión a nivel estatal por el sorpaso -mejor dicho, zarpazo en toda regla– de Vox al PP. Pone en entredicho la posición del partido hasta ahora mayoritario en la derecha y quizás comprometa el liderazgo de Pablo Casado. Por encima de ello, que Vox haya amasado más de 220.000 votos en Catalunya es un factor de análisis inquietante.

El PSOE no puede estar satisfecho con el rédito obtenido si se recuerda que había jugado muy duro sacrificando a un ministro de Sanidad en plena pandemia para intentar laminar el voto independentista con un discurso de diálogo y puentes tendidos. Salvador Illa no solo no lo ha conseguido, sino que tampoco ha alcanzado el porcentaje que amasó la anterior gran apuesta española con Inés Arrimadas: Cs tuvo el 25% de voto e Illa se ha quedado en el 23%.

Illa no ha conseguido laminar el voto independentista ni alcanzado el porcentaje que aglutinó Arrimadas hace tres años

PDeCat, la fracción de la antigua CiU que ha contado con el apoyo del PNV en campaña, no ha llegado al Parlament, aunque aporta un 2,6% del sufragio al histórico 50% independentista.

En Comú Podem ha mantenido su representación en el Parlament pero no tendrá relevancia en principio. En un escenario de tanta abstención (del 21% al 46%) ha perdido casi la mitad del voto. Aunque en realidad solo al PSC le ha votado este domingo, en unos colegios electorales que más parecían unidades sanitarias, más gente que en diciembre de 2017.

Resultados al 100%

Así han quedado las fuerzas que han obtenido representación parlamentaria, con el escrutinio completado (entre paréntesis, el número de parlamentarios, votos y porcentaje en 2017, sin referencia comparativa en el caso de Vox):

PSC 33 escaños, 625.858 votos, 23,04% (17, 606.659. 13,86%)

ERC 33, 603.607, 21,3% (32, 935.861, 21,38%)

JxCat 32, 568.002, 20,04% (34, 948.233, 21,66%)

Vox11, 217.883, 7,69%

CUP 9, 189.087, 6,67% (4, 195.246, 4,46%)

ECP 8, 194.626, 6,87% (8, 326.630, 7,46%)

Ciudadanos 6, 157.903, 5,57% (36, 1.169.732, 25,9%)

PP 3 109.067, 3,85% (4, 185.670, 4,24%).