Manex Altuna
Elkarrizketa
Toni Mejías
Los Chikos del Maíz

«El Levante es como remar contra corriente y pelear siendo el equipo pequeño de Valencia»

Además de escribir canciones de rap con los Chikos del Maíz, Toni Mejías (Valencia, 1984) es también un apasionado del fútbol y seguidor del Levante, rival del Athletic en las semifinales de Copa.

Toni Mejías, de Los Chikos del Maíz, con camiseta del Levante. (Adolf Boluda)
Toni Mejías, de Los Chikos del Maíz, con camiseta del Levante. (Adolf Boluda)

A finales de marzo los Chikos del Maíz van a sacar un nuevo EP con cinco temas compuestos hace ahora un año en la parte más dura del confinamiento. El pasado viernes publicaron el segundo adelanto que lleva el título de ‘David Simon’, una canción con un toque melancólico. Según admite Toni Mejías, la escribieron entre finales de marzo y principios de abril y «es hija de su tiempo». «Queríamos que fueran más atemporales, pero reflejan nuestro estado de ánimo, la incertidumbre y el miedo». Recuerda que en ese momento pasaron de «la euforia tras varios meses de gira al encierro». «Iba a ser el mejor año de nuestra carrera con proyectos en Latinoamérica o el concierto en el Wizink Center de Madrid», rememora.

 

Los Chikos del Maíz no se rinden y han conseguido hacer algunas actuaciones durante el último año, aunque reconoce que es complicado con las restricciones por la pandemia. Por eso, reclama el mismo apoyo para la cultura como el que reciben otros sectores como la hostelería o el turismo.

Licenciado en periodismo y colaborador en medios como ‘El Salto’ o ‘Público’, Toni Mejías es también «muy futbolero» y socio del Levante desde hace más de una década. Hablamos con él con motivo de la vuelta de las semifinales de Copa ante el Athletic, equipo por el cual también siente simpatía y ha estado viendo en San Mamés.

¿Quizá sorprenda un poco, pero cómo se engancha a esto del fútbol?

Tampoco es tan extraño porque cuando eres niño es lo que hacemos casi todos, por los padres, la televisión o el colegio. Es algo muy normal y casi todos acabamos haciéndonos seguidores de un equipo o de otro, aunque con el tiempo te distancias un poco. No voy a decir que soy del Levante desde que nací, ya que nadie de mi familia lo era, y tampoco es que tuviera conocimiento hasta ser más mayor.

Durante unos años, en la adolescencia, pase un poco del fútbol y cuando volví me hice socio con unos cuantos amigos cuando estaban en Segunda. Llevo más de 10 años y lo disfruto mucho, pero por suerte me he quitado de que me afecte personalmente. Si pierde no estoy triste ni enfadado. En ese momento te jode, pero no es como antes que estaba con la depresión tres días. He tomado cierta distancia y he aprendido a vivir con ello, aunque a veces con las pasiones es difícil. Asi vives asumiendo esa contradicción y, al mismo tiempo, apoyando iniciativas en favor del fútbol popular porque pienso que hay que devolvérselo al socio.

¿Y por qué del Levante?

Lo primero por el tema de comunidad. Empecé a ir con varios amigos al campo, entre ellos Pantxo, cantante del grupo Zoo. Estaba algo desconectado y volví a aficionarme con esa idea de vivir el fútbol entre amigos, como algo de diversión, hermandad y entretenimiento. Luego estaba también la historia de que el Levante es el pequeño de la ciudad de Valencia y a la vez un equipo pequeño de la Liga española. También estaba el eslogan del Levante ‘que grande es ser pequeño’. Llevo más de diez años de socio y puedo decir que es mi equipo.

Vamos por delante del Valencia en Liga y en semifinales de Copa, así que no lo estaremos haciendo tan mal

Aparte de la Copa de la República ganada en 1937, ¿el Levante tiene alguna connotación más ideológica?

No es para nada como otros clubes como puede ser el Rayo o equipos del fútbol popular. Ha tenido algunas peñas marcadas de izquierda, pero ahora está todo más disperso con esas gradas de animación en la que mezclan de todo. Tampoco tiene ninguna historia detrás, más allá de ganar la Copa de la República en 1937, y parece que hay una negativa a que sea reconocida por ese nombre. De hecho el presidente es del Opus Dei, pero bueno ha gestionado bien la deuda del club. Más allá de eso no tiene ninguna característica especial. Es verdad que el campo de fútbol está cerca de Benimaclet, que es un poco el barrio más alternativo de Valencia, donde se ha juntado durante mucho tiempo la izquierda independentista. A raíz de eso se le ve desde otro prisma, pero realmente en su historia y en sus principios actuales no tiene nada distinto más que pelear siendo un equipo pequeño. El Levante es un equipo de barrio que pelea contra el ‘grande’ de Valencia que siempre ha tenido el favor de los políticos, de los empresarios y el visto bueno de la élite valenciana. Es como remar contra corriente. Ahora vamos por delante de ellos en Liga y semifinales de Copa, así que no lo estaremos haciendo tan mal.

Al repasar los orígenes del club, desconocía que el conjunto granota viene de rana...

Sí, la rana es el emblema del club y la mascota. Los seguidores del Valencia llaman en tono despectivo la charca al campo del Levante y también utilizan como insulto lo de sapos.

¿Qué ambiente percibe en la afición cara a la vuelta de las semifinales?

La verdad que la gente está animada. Al no poder ir al campo, hablamos en un grupo de watsap que tenemos y la verdad es que el ánimo es positivo. Empezamos la Liga bastante mal y de hecho el entrenador estaba bastante cuestionado entre mí cuadrilla porque a veces es un poco alocado al ir al ataque ante el equipo que sea. Ahora los veo con confianza y estamos bastante bien, hemos tenido lesiones y hasta el tercer central, que parecía que no tenía nivel, cumple. Están en una buena dinámica y tienen en sus manos meterse en una final histórica. Es una pena poder llegar a una final y tener que jugar sin público porque gran parte de lo que son estos equipos es por su afición.

En el partido del viernes se comprobó que se puede competir de tú a tú. Es una oportunidad que no sabemos cuando va a volver a darse. El Athletic que nos la deje, que ya tiene otra final pendiente. Diría lo típico de que gane el mejor, pero espero que gane el Levante.

Es una oportunidad histórica para el Levante, el Athletic ya tiene otra final pendiente

¿En el Levante también preferían al Athletic en semifinales como dijo Marcelino?

Yo creo que sí. No se está insultando al equipo diciendo eso. Está claro que sobre el papel es el menos competitivo porque no tiene un Messi que resuelve el partido o jugadores por el estilo. Nosotros cuando tocó pensamos que a lo mejor había posibilidades. Luego puede pasar cualquier cosa, quizá le ganas a un Barça y pierdes contra el Athletic u otro equipo. Hemos sacado un buen resultado en la ida y eso te da la razón de que era un equipo más parejo.

¿La figura del entrenador Paco López es una de las claves del éxito del equipo?

Es un técnico de la casa y fue jugador del Levante. Cogió el equipo cuando estábamos fatal viniendo del filial y ahora mira donde estamos peleando por otras cosas. Se siente como uno de los tuyos, que es de la ‘terreta’, de la tierra. En el Athletic sabéis bien como influye cuando hay un entrenador o jugador de la casa y cómo se siente una mayor comunión con el equipo.

Es un entrenador con un carácter especial que le quita trascendencia al fútbol.

Creo que hace poco su mujer tuvo cáncer y cuando sufres cosas de esas al final como es lógico, relativizas. Ahora parece que cada partido es una guerra, desde los medios deportivos se vende todo a vida o muerte y es solo fútbol. Levanta pasiones, lo disfrutamos, cambia el estado de ánimo en un momento concreto, pero hay cosas más importantes. Está bien que dentro de todo el ruido, de personajes rollo Mourinho o entrenadores con un discurso casi bélico, decir las cosas de otro modo. Es lo que tienes que transmitir porque si no luego se traslada a la grada y se ven insultos, machismo y racismo alrededor del fútbol. Al final es un deporte y fin. Hace años también lo vivía así y desde que me he alejado un poco lo disfruto mucho mas.

Sin embargo, la tensión en los dos equipos por lo que hay en juego quedó patente con la expulsión de Iñigo Martínez al acabar el partido en Liga.

Esta casualidad de que se enfrenten justo antes del partido de vuelta, en una eliminatoria tan igualada, imagino que esa tensión se traslada al campo. Aunque el partido de Liga no cuente, si ganaba alguno llegas a la semifinal hundido de ánimo o por las nubes. Al menos para nosotros no se puede decir que salió mal que le expulsaran a uno.