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La UPV/EHU plantea a las empresas industriales que reutilicen el calor que generan

Un estudio de la UPV/EHU concluye que la mayoría de las empresas industriales vascas desecha casi todo el calor residual generado en sus procesos, «aunque podrían reutilizarlo para mejorar su eficiencia energética con inversiones que recuperarían en menos de 5 años». Hace falta ambición empresarial.

La factoría siderúrgica del grupo Sidenor en Basauri. (Marisol RAMIREZ | FOKU)
La factoría siderúrgica del grupo Sidenor en Basauri. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

El grupo de investigación universitario Enedi (Energetika Eraikuntzan-Energética en la Edificación) ha comprobado que, «para los flujos de calor residual superiores a 400 °C, más del 90% de las empresas estudiadas presentan periodos de retorno inferiores a cinco años para las inversiones que realicen destinadas a la recuperación de ese calor habitualmente desechado».

En el estudio, cuyas conclusiones se han difundido este miércoles, se explica que «muchos de los procesos industriales tradicionales generan calor que normalmente es evacuado a la atmósfera y que, sin embargo, podría reutilizarse».

Este es el caso de procesos productivos en sectores como fundición, siderurgia, papel o cemento, donde se pierde entre un 35% y un 50% del calor generado. «La reutilización de manera eficiente de ese calor residual industrial o su recuperación para ser empleado en otros procesos muestra un importante potencial para aumentar la eficiencia energética en la industria», ha señalado Enedi.

Diseño de estrategias

Para conseguir el diseño de estrategias que aprovechen este potencial se necesita disponer de datos sobre la cantidad y características de los flujos de este calor residual industrial. Enedi ha destacado que «esta información no siempre es fácil de conseguir y muchas empresas ni siquiera tienen un registro sistemático de los flujos de energía presentes en sus procesos productivos».

En este trabajo universitario se aplican cuatro métodos diferentes para determinar el potencial de recuperación de calor residual industrial en la CAV. Las estimaciones se basan en dos indicadores de referencia, como son el consumo de combustible (gasóleo y gas natural) y las emisiones de CO2, como ha indicado Pello Larrinaga, investigador del grupo Enedi.

Para un estudio energético de este tipo resulta imprescindible crear una base de datos de fácil manejo que sirva de herramienta de cálculo. Por ello, se ha elaborado una base propia que incluye, además de consumo y emisiones, datos sobre descripción de la actividad, número de personas empleadas, facturación, localización de la empresa y otra serie de referencias.

Bizkaia tiene mayor potencial

«Conocer la distribución e intensidad del potencial por zonas es muy útil para saber en qué áreas hay una gran concentración de calor residual industrial para diseñar estrategias o políticas de recuperación», como ha señalado Enedi.

En este trabajo se ha observado que Bizkaia es el territorio «con mayor potencial», ya que «tiene una industria más intensiva en energía». En Gipuzkoa hay muchas empresas relacionadas con la máquina-herramienta y la industria auxiliar del automóvil, sectores en los que no se han identificado datos de calor residual industrial relevantes. En Araba, las fuentes de calor residual se concentran «en áreas industriales muy concretas», ha precisado Larrinaga.

Sistema de almacenamiento

El investigador de la UPV/EHU ha comentado que «es muy importante conocer la temperatura de salida de ese calor residual para evaluar qué uso se le puede dar. Si sale a altas temperaturas, se le saca más partido o se recupera con mayor facilidad. En el estudio, el 36% del potencial de recuperación estimado se emite a más de 500 °C y el 7% concretamente a más de 1.000 °C».

Cuando sale a menos de 200 grados es más difícil darle continuidad, puesto que el rango de aplicaciones es mucho más acotado. «Hemos observado que en las empresas estudiadas el 37% del calor residual estimado se encuentra a temperaturas inferiores a 200 °C. Por ello, los materiales con los que trabajamos y los dispositivos de almacenamiento térmico que diseñamos están pensados para recuperar este tipo de calor», ha añadido Larrinaga.

Cuando dicha reutilización no se puede llevar a cabo de forma inmediata es necesario un sistema de almacenamiento que acumule ese calor hasta que pueda ser utilizado en otro momento.

El grupo Enedi ha comprobado que, para los flujos de calor residual superiores a 400 °C, más del 90% de las empresas estudiadas presentan periodos de retorno de la inversión inferiores a cinco años. En el caso de las industrias con temperaturas inferiores a 200 °C, la proporción disminuye hasta alrededor del 40%, «un valor todavía notable».

Ambición empresarial y políticas públicas

Las estimaciones del estudio muestran «una importante oportunidad de implementar soluciones para recuperar esta energía desperdiciada, especialmente en el sector siderúrgico y en la industria petroquímica».

En la mayoría de las ocasiones «requiere de una modificación en infraestructuras o en procesos productivos. Dicho de otra manera, las empresas tienen que tener ambición para realizar este tipo de inversiones. Por ello, el desarrollo de políticas públicas que fomenten estas medidas también sería beneficioso», ha expuesto Larrinaga.

Enedi ha puntualizado que «este estudio es simplemente una estimación; estamos seguros de que hay más calor residual de lo predicho. El siguiente paso es realizar una evaluación más exhaustiva que incluya información detallada de los procesos productivos, características de los flujos de residuos, sus caudales y temperaturas».

Larrinaga ha adelantado que «los trabajos futuros implicarán la validación de la metodología propuesta mediante la colaboración con empresas locales de diferentes sectores industriales».