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Alemania y Austria rechazan el plan de la CE para una inversión «verde» en nucleares y gas

El Gobierno de Austria y responsables del Partido Socialdemócrata alemán, núcleo de la coalición de Gobierno, han rechazado la propuesta de la Comisión Europea para declarar como «inversión verde» ciertos proyectos nucleares y de gas. Greenpeace y WWF advierten de que el plan es una «amenaza real».

Un ciclista pasa ante la central nuclear de Grohnde, en Alemania, una de las tres que se han cerrado con el fin de año.
Un ciclista pasa ante la central nuclear de Grohnde, en Alemania, una de las tres que se han cerrado con el fin de año. (Peter STEFFEN | AFP)

Alemania y Austria han expresado su oposición a la propuesta de la Comisión Europea de admitir como «inversiones verdes» determinados proyectos nucleares y de gas.

El borrador plantea dar la calificación de «verde» a los proyectos que sustituyan al carbón y emitan hasta 270 gramos de CO2 por kw/h, según el documento al que ha tenido acceso la agencia de noticias Bloomberg. Con esta calificación se podrían obtener licencias de construcción hasta 2030, siempre que exista un plan para cambiar a energía renovable o de bajas emisiones antes de finales de 2035.

Además, propone que se consideren sostenibles las inversiones en centrales nucleares con un permiso de construcción antes de 2045, siempre que existan planes para la gestión de los residuos radioactivos y el desmantelamientos de las plantas.

Bruselas sostiene que su plan es una «herramienta robusta y transparente, basada en la ciencia».

«Como estos planes se pongan en marcha tal y como están redactados, vamos a denunciarlos», ha avisado la ministra para Acción Climática de Austria, Leonore Gewessler, en su cuenta de Twitter.

Los partidarios de la medida defienden que las plantas de gas son más limpias que las de carbón y que la energía nuclear no emite gases de efecto invernadero, pero los críticos de la propuesta entienden que las emisiones no son lo suficientemente inocuas como para ser calificadas como tal.

Gewessler ha acusado a la Comisión Europea de hacer un «lavado de cara» y ha subrayado que «la energía nuclear es peligrosa y en modo alguno representa una solución en la lucha contra la crisis climática».

Antes del 12 de enero

También el líder adjunto de los Socialdemócratas en el Parlamento alemán, Matthias Miersch, ha declarado que «Alemania debería agotar todas las posibilidades a la hora de evitar la promoción de esta tecnología a nivel europeo» porque «la energía nuclear es insostenible y no tiene sentido, desde un punto de vista económico», dado el coste del almacenamiento de residuos y de la incapacidad para financiar nuevas plantas sin «enormes subsidios de por medio».

«El futuro solo debe pertenecer a las energías renovables, especialmente a nivel europeo», ha indicado Miersch, cuyo partido está en coalición con los Verdes y los liberaldemócratas. «Si añadimos estos posibles subsidios a la energía nuclear, el resultado sería una distorsión enorme de la competitividad», ha asegurado.

Los estados miembro de la UE y la Plataforma sobre Finanzas Sostenibles tienen hasta el 12 de enero para responder a la propuesta. Entonces la Comisión preparará una ley delegada que será enviada a los países y al Parlamento Europeo para su debate. 

Greenpeace y WWF

La organización ecologista Greenpeace, por su parte, ha advertido de que la pretensión de Bruselas es «una amenaza real para la transición energética de Europa».

«Promover estas formas de energía tóxica y costosa durante las próximas décadas es una amenaza real para la transición energética de Europa», ha expresado la directora de programas de la sección europea de Greenpeace, Magda Stoczkiewicz, en un comunicado.

Para Greenpeace, la medida es «una licencia para un lavado de imagen verde», ya que «las empresas contaminantes estarán encantadas de tener el sello de aprobación de la UE para atraer dinero y seguir destruyendo el planeta, quemando combustibles fósiles y residuos radioactivos».

También la ONG WWF ha emitido un comunicado en el que muestra su «preocupación» con la propuesta y con que la Comisión haya establecido el próximo 12 de enero como la fecha límite para que los países de la UE y los expertos de la Plataforma de Finanzas Sostenibles planteen sus observaciones a una medida que ha calificado de «compleja y controvertida».