La mayoría sindical vasca se ha concentrado este miércoles en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, así como en los centros de trabajo, para reclamar la derogación de la reforma laboral que se votará este jueves en el Congreso español y en defensa de un marco vasco de relaciones laborales.
En la víspera de esa votación, los sindicatos ELA, LAB, ESK, Steilas, Etxalde e Hiru han organizado movilizaciones en todo el territorio. En la cita de Bilbo, el responsable de negociación colectiva de ELA, Pello Igeregi, ha destacado que lo que se va a votar mañana «no es la reforma laboral que necesitan los trabajadores y trabajadoras de Euskal Herria, es una reforma que no va a modificar el despido fácil y barato». Además, ha criticado que «va a seguir limitando la negociación colectiva en Euskal Herria y por tanto va a seguir limitando la capacidad que tengamos aquí de mejorar las condiciones de los trabajadores».
Igeregi también ha censurado el hecho de que Ciudadanos vaya a ser «el elemento clave» para que la reforma laboral salga adelante. «Si un partido que hace propuestas salvajes de cara a los derechos laborales es clave para convalidar este decreto, significa que la reforma laboral no es un impedimento para llevar a cabo esas propuestas», ha explicado. Por ello, considera «clave» el voto en contra de EH Bildu y PNV «para que sigan teniendo libertad en el futuro para poner sobre la mesa la necesidad de cambios profundos en la reforma laboral» y les ha pedido que piensen en «lo importante que es para los trabajadores y trabajadoras de Euskal Herria».
Por su parte, la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, ha reivindicado que «hay que seguir presionando» para que la reforma laboral no salga adelante ya que, de hacerlo, «sería una victoria para la patronal y quien va a seguir perdiendo es la clase trabajadora». Además, ha criticado que todo ello cuente con el aval «de un Gobierno que se autoproclama progresista y de izquierdas, pero que cuando hablamos de recuperar derechos para los trabajadores y trabajadoras ha vendido a los mismos y no ha cumplido su palabra». «Es un fraude», ha sentenciado.
En este sentido, ha apostado por «seguir haciendo posible en Euskal Herria aquello que no es posible en Madrid, porque aquí existe una correlación de fuerzas más favorable para los trabajadores y trabajadoras». Por ello, ha destacado que «nos toca seguir alimentando la vía soberanista» para articular «un marco propio de relaciones laborales». «Si esta negociación nos ha dejado algo claro es cuáles son las limitaciones del autogobierno», ha explicado Aranburu.
«Cuestiones prioritarias»
La mayoría sindical vasca ha destacado que «urge adaptar dos cuestiones prioritarias especialmente graves». Por una lado, «la estatalización que ataca el marco de relaciones laborales vasco» y, por otro, «la posibilidad de seguir permitiendo despidos baratos y sencillos». Por ello, además de exigir la derogación de los citados puntos, han reclamado la derogación total de las reformas laborales de 2010 y 2012, al considerar que «son un instrumento para precarizar las condiciones laborales de las y los trabajadores».
Sobre el papel de los gobiernos de Lakua e Iruñea, los sindicatos han hecho un llamamiento para que ambas instituciones «para que dejen de ser meros espectadores» y den pasos en favor de un marco propio de relaciones laborales en Euskal Herria «que permita tomar decisiones sobre las condiciones laborales» de los trabajadores vascos.
Durante la pasada semana, los sindicatos vascos llevaron a cabo una ronda de contactos con EH Bildu, Podemos-Ahal Dugu y PNV en la que les trasladaron «una exigencia clara»: que este jueves voten no a la reforma laboral.
