Aritz Intxusta
Redactor de actualidad

Caixabank opta por deshacerse de la sede central de Caja Navarra

Tras la fusión por absorción de Caja Navarra por parte de Caixabank, que supuso su extinción como entidad bancaria, la entidad de matriz catalana decide desprenderse del emblemático edificio que la CAN tenía por sede en Carlos III.

Protesta celebrada en 2012 en Iruñea contra el desmantelamiento de CAN.
Protesta celebrada en 2012 en Iruñea contra el desmantelamiento de CAN. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

La sociedad inmobiliaria instrumental de Caixabank, Servihábitat, ha anunciado la próxima venta de las tres plantas más altas de la sede central de Caja Navarra, que hasta ahora había venido manteniendo como centro de operaciones el banco de matriz catalana.

Se avanza, según ‘Diario de Navarra’, que el precio del metro de esas oficinas que habrían sido objeto previamente de una reforma estará en los 1.200 euros. La venta, publicitada en una lona, aún no se ha abierto, según confirmaron desde Servihábitat al citado medio.

La emblemática sede de la entidad no fue ajena a los avatares que hicieron que la CAV acabara extinguiéndose. La sede fue vendida por partes en operaciones de sale and lease back a una serie de clientes VIP que, con el compromiso de la caja de mantener ahí sus negocios y pagarles un alquiler equivalente a un 6% de interés, durante un plazo determinado, a partir del cual la caja se lo recompraría.

Dicha operación fue censurada por el Banco de España, pues el precio pactado por estas oficinas era muy superior al real debido a la existencia de un compromiso de recompra que hacía que la plusvalía no fuera real. Los órganos responsables de la caja, entre ellos el presidido por Yolanda Barcina (que se encontraba entre esos clientes privilegiados en otra operación de lease con otras sedes de importancia) se negaron a computar la operación según los criterios del Banco de España. De este modo, se fingieron unos beneficios irreales en los últimos ejercicios.

Como es sabido, la ingeniería financiera de poco o nada sirvió y la entidad acabó desapareciendo por la quinta parte de lo que decía que valía en libros tras la lamentable aventura del SIP de Banca Cívica.