El próximo 23 de setiembre llegará a las salas de cine ‘Labordeta, un hombre sin más’, un largometraje documental que explora las diferentes vertientes del célebre cantautor, poeta, escritor, comunicador, profesor y político.

La hija de Labordeta, Paula, escribió el guion y lo ha codirigido junto con el director y productor vasco Gaizka Urresti, ganador del premio Goya en 2013 por su cortometraje ‘Abstenerse’. Según explican, «es un viaje por su vida, sus pasiones, sus miedos, sus sueños y todas sus banderas rotas, que repasa el legado que nos dejó y que, con el paso del tiempo, no hace sino crecer, porque de alguna forma representa valores y luchas que hoy están igual de vivas y de necesitadas de que una voz, su voz, nos las recuerden con pasión, hondura y verdad».

El documental incide en su vertiente de cantautor, recordando el simbolismo que legó su ‘Canto a la libertad’, sus viajes en el marco del icónico programa ‘Un país en la mochila’, su etapa como diputado en el Congreso y su perfil comprometido.

Sus luchas, sus sueños y su rebeldía valiente y honesta

Este acercamiento al universo de Labordeta se describe a partir de las miradas de tres generaciones de la familia y sigue el sendero de las propias reflexiones y consideraciones personales del propio protagonista, narrador activo a través del diario que escribió a lo largo de una década y que su compañera sentimental descubrió durante el rodaje.

Añaden que este largometraje documental quiere «descubre a través de recuerdos, vídeos, imágenes familiares inéditas y lugares cargados de simbolismo el lado más privado del que el imaginario colectivo recuerda como poeta, cantautor, escritor, comunicador, político y profesor; por su compromiso, sus luchas, sus sueños y su rebeldía valiente y honesta».

Entre las primeras secuencias que han sido reveladas, figura parte de su recordada intervención cuando intentó hablar con el por entonces ministro de Fomento del Gobierno de Aznar, Francisco Álvarez-Cascos, y la bancada del PP optó por burlarse de él.

Labordeta se dirigió a ellos diciendo: «¿No puede uno hablar aquí o qué? Coño, a ver si no puede uno hablar aquí. A la mierda, joder. Estoy hablando con el ministro y no con ustedes. Ustedes están habituados a hablar siempre porque aquí han controlado el poder toda la vida y ahora les fastidia que vengamos aquí a poder hablar las gentes que hemos estado torturados por la dictadura. Eso es lo que les jode a ustedes, coño, y es verdad, joder. ¡A la mierda!».