Maite Ubiria

La delegación vasca percibe un «cambio de actitud» en el Ministerio de Educación francés

La reunión que ha mantenido este miércoles una delegación integrada por representantes de la Oficina Pública del Euskara (EEP) y por cuatro de los seis electos vascos en París con consejeros del Ministerio de Educación, ha marcado «un cambio de actitud» y algunos avances sobre el sistema inmersivo.

Movilización de Arterketak Euskaraz, a finales del curso pasado en Donibane Garazi.
Movilización de Arterketak Euskaraz, a finales del curso pasado en Donibane Garazi. (Azterketak Euskaraz)

Cuatro de los seis parlamentarios y senadores elegidos en el departamento del que forma parte Euskal Herria y una delegación de la Oficina Pública del Euskara (EEP), encabezada por su presidente, Antton Curutcharry, han acudido esta tarde al encuentro de varios colaboradores directos del ministro de Educación francés, Pap Ndiaye.

En la agenda del encuentro, dos cuestiones mayores. La primera, el desarrollo de la enseñanza en sistema inmersivo.

Aunque este modelo, implementado cinco décadas atrás solo por Seaska, ha conocido avances en esta vuelta a las aulas, gracias a la apertura de clases en euskara en los colegios públicos de Ortzaize, Irisarri, Barkoxe o Urruña, sigue sin disponer de los efectivos indispensables y, lo que es más grave, sin contar con un marco legal claro.

EEP gestionará las demandas en pequeños centros

La reunión ha permitido dibujar un primer acuerdo en esta materia, aunque limitado a los centros más pequeños.

Según ha explicado a NAIZ Antton Curutcharry, si hasta ahora el criterio de la unanimidad a la hora de solicitar la apertura de la sección en euskara generaba «problemas y retrasos», como ocurrió en Larraine, a partir de ahora no será el Ministerio de Educación sino la propia EEP la que gestionará esas demandas, «siempre desde la búsqueda de acuerdos» con la comunidad educativa.

Esa gestión cercana debería agilizar, espera el presidente de EEP, el desarrollo de las líneas en euskara, también en el sistema público.

El segundo tema que ha marcado la reunión ha sido el conflicto suscitado a raíz de que las autoridades educativas, de forma particularmente ofensiva durante el mandato del exministro de Educación, Michel Blanquer, cuestionaran el derecho de los alumnos que estudian en inmersivo a realizar las pruebas de Brebet –examen que se realiza antes de pasar de la ikastola al colegio– y de Baxoa –examen similar a la Selectividad– en la lengua en que hacen sus estudios.

Respecto al Brebet, los interlocutores ministeriales han compartido, globalmente, los argumentos expuestos por los representantes vascos y transmitirán la información al ministro, aunque han adelantado el compromiso de que este comunique una decisión «en un plazo de tiempo razonable», lo que debería servir para «calmar el ambiente y no vivir situaciones de tensión como las que marcaron el curso pasado», considera Curutcharry.

La cuestión del examen que se hace antes del acceso a la universidad (Baxoa o Baccalaureat en francés) no ha sido abordada en profundidad, pero hay disposición para «abrir una línea de diálogo» sobre esa y otras cuestiones pendientes.

Curso de protestas

El curso pasado estuvo marcado, efectivamente, por una situación de bloqueo, en particular en lo que se refiere a la realización de los exámenes en euskara.

De hecho, la negativa de la inspección a atenerse a los criterios establecidos sobre esa materia, fijando de manera unilateral condiciones que, a juicio de Seaska, implican un «claro y grave retroceso» sobre los avances logrados, mediante la movilización, pero también mediante los acuerdos suscritos con Educación Nacional, obligaron a la federación de las ikastolas de Ipar Euskal Herria a presentar recurso en el Tribunal Administrativo de Pau.

Por su parte, bajo el paraguas de Azterketak Euskaraz, las familias, el alumnado y el cuerpo docente de Seaska se implicaban, a su vez, en una dinámica de protestas, con concentraciones y cadenas humanas y ya en la recta final de curso con ocupaciones, como la llevada a cabo a mediados de junio en la sede de la inspección académica en Baiona.

El colectivo difundía una nota en vísperas de la reunión de esta tarde en París en la que, en la línea de lo manifestado días antes por el presidente de Seaska, Peio Jorajuria, expresaba su confianza en que en este curso recién iniciado se puedan superar los obstáculos impuestos por París enseñanza en euskara.

Jorajuria: «Que los hechos acompañen a las buenas intenciones»

Contactado por NAIZ tras la reunión en París, Jorajuria se congratulaba del «cambio de actitud» que han percibido los electos vascos pero se declaraba a la espera de que «los hechos acompañen a las buenas palabras y a las declaraciones de intenciones».

Respecto al compromiso asumido por los representantes de Educación Nacional de que el ministro se pronuncie en «un plazo razonable» sobre el examen de Brebet, Jorajuria ha remarcado que «el plazo razonable se agotó el año pasado, estamos fuera de tiempo, y necesitamos respuestas inmediatas».

250 alumnos de Seaska deben pasar este año Brebet y 120 más están inscritos para examinarse de Baxoa.

«Dan sus clases y trabajan en euskara, pero todavía no saben si podrán examinarse en su lengua», ha expresado, con preocupación, el presidente de Seaska.