Desde 2013, el Programa Iberdrola-Museo BBAA se encarga del proceso de conservación o restauración, desde los análisis y estudios técnicos preliminares hasta la intervención final para aplicar tratamientos, de una selección de obras de arte de la colección del museo y de otras que participan en las exposiciones temporales. Tras la restauración, una selección de ellas permanecerán expuestas al público en las salas clásicas del museo.

Este lunes se han presentado las restauraciones llevadas a cabo en 2022, entre los que destacan la instalación ‘Cuadrado sólido n.º 2’ (1981) y las obras que integran la Donación Txomin Badiola. Badiola (Bilbo, 1957) es, junto con Ángel Bados, Juan Luis Moraza, María Luisa Fernández y Pello Irazu, uno de los representantes de la llamada Nueva Escultura Vasca. En los años 80, centró su trabajo en la escultura muy influido por Oteiza y participó en la creación de EAE (Euskal Artisten Elkartea), un colectivo que realizaba acciones de significado artístico político. En 1986 recibió el premio Gure Artea y al año siguiente, la beca Delfina Foundation, que le permitió instalarse en Londres y, posteriormente, en Nueva York.

A partir de ese momento, su obra se separó del formalismo de la escultura vasca de esos años, sumando materiales industriales, fotografía y videoinstalación con un carácter más narrativo. En la actualidad, es uno de los artistas vascos con mayor proyección internacional.

De él se han restaurado ‘Sin título’ (adquirido en 1979, cuando aún cursaba sus estudios de Bellas Artes en la Facultad del mismo nombre de la UPV/EHU) y la escultura ‘Cuadro sólido nº 2’ (1981), formada por diez tableros de madera de chopo, ocho de los cuales estaban pintados con pintura al aceite, que ha sido sustituida por pintura al agua, más respetuosa con el medio ambiente.

Junto a estas dos piezas, se han restaurado las esculturas ‘Serie negra nº 5’ (1981) y ‘Sin título’ (1979) donadas por el artista bilbaino junto a otras dos piezas de madera, ‘Arquitecturas’ (1981) y ‘Serie negra nº 8’ (1981), y 18 dibujos, donadas todas ellas por Badiola con motivo de la restauración de ‘Cuadro sólido nº 2’, según ha explicado este lunes el propio artista.

Supervivientes de una inundación

Txomin Badiola, presente en el acto, ha revelado que las 22 piezas donadas, todas ellas de la misma época que la adquirida por el museo hace ya más de cuarenta años, las tenía almacenadas en un local que sufrió una inundación a la que sobrevivieron. Ha explicado que estas piezas corresponden con un momento «muy importante» no solo en su trayectoria, cuando estaba en cuarto curso de carrera, sino también en la trayectoria del arte vasco, cuando artistas que estudiaron con él en la UPV/EHU, como Darío Urzaiz, Juan Luis Moraza y Luisa Fernández, entre otros, generaron un arte que era «reacción» a la tradición de la escultura vasca de la época.

«Era una tradición muy ligada al manejo de ciertos materiales y a un cierto carácter mítico, y nuestra generación lo que hace es reaccionar a esta situación y lo hace instalándose en un debate más serio, se podría decir; era un momento en que lo importante era que el arte hablara sobre sí mismo. Y en ese ambiente, podíamos convivir perfectamente artistas como Darío Urzaiz y yo, porque aunque trabajásemos sobre planteamientos diferentes, el fondo era el mismo», ha concluido.

Más obras recuperadas

De Hermen Anglada Camarasa (Barcelona, 1871-Puerto de Pollença, Mallorca, 1959) se ha restaurado ‘Desnudo bajo la parra’, de 1910, adquirida por la Diputación de Bizkaia en la primera Exposición Internacional de Pintura y Escultura de Bilbo de 1919, y que ya fue objeto en el Bellas Artes de una primera restauración en 1977.

Del también catalán Julio González (Barcelona, 1876-Arcueil, 1942) se han restaurado cinco dibujos de campesinas y otras figuras femeninas, que forman parte de la amplia colección de obra sobre papel que el museo bilbaino posee de este artista.

Del pintor guipuzcoano José Antonio Sistiaga (Donostia, 1932), se ha recuperado la luminosidad y viveza de la pintura de su colorista óleo ‘Acción Vital. Homenaje a nuestros antepasados’ (1970), adquirido por el Bellas Artes en 1979, en los primeros años de la transición, cuando el centro expositivo inició la compra de obras singulares de artistas vascos tanto consolidados como de los que iniciaban su carrera profesional.