Aunque había debutado un año antes, solo hace 17 meses que Mariana Cerro tiene ficha del primer equipo. No ha necesitado más tiempo para asentarse en el once titular y hacerse con el brazalete de capitana, por delante de jugadoras con más años y más experiencia. Un «orgullo» y una ilusión añadida que realmente no necesita porque «siempre afronto los partidos con la máxima ilusión y ganas de competir».

Hemos consumido el primer tercio de temporada y me cuesta destacar una idea para escribir un titular sobre el Athletic. ¿Me echa una mano?

Diría que es una fase de asentamiento. Partimos de ser un equipo que se está formando, aunque no me gusta tomar como excusa el hecho de que seamos jóvenes porque eso tiene sus contras pero también sus pros. Pero hemos cambiado de entrenador, de staff, la forma de trabajar... Nos vaos asentando y encontrándonos. Es cierto que en algunos partidos no hemos competido y no hemos sacado lo que teníamos que sacar.

¿Por qué? ¿Qué le ha faltado en esos partidos a un equipo que en otros sí ha demostrado que es capaz de competir?

Hemos sido un equipo de ir a la contra, muy vertical... Y este año, aunque seguimos siendo verticales, tenemos un estilo más combinativo, intentamos más sacar el balón... Y la confianza que puedes generar en los entrenamientos, luego para llevarlo a cabo no es solo el ponerte a hacerlo, sino también el creer que puedes hacerlo. Y quizá cuando hemos jugado fuera o contra rivales que sabes que vas a tener tú el balón o vas a tener que llevar la batuta, nos ha generado incertidumbre, ha faltado creernos que podíamos hacerlo.

Efectivamente, el estilo de juego ha cambiado. ¿Les gusta este nuevo Athletic?

Creo que el equipo se siente a gusto y que las características del equipo lo favorecen. Pero realmente creo que tenemos capacidad para jugar en distintos estilos, adaptarnos, y eso hace que puedas afrontar los partidos de forma diferente dependiendo de las circunstancias. Y esa capacidad que estamos adquiriendo de poder competir de distintas maneras nos va a ayudar mucho.

Llevamos tiempo justificando los apuros clasificatorios con la juventud del equipo, que es cierta y esta temporada aún más. Pero pese a la edad, empiezan a acumular una experiencia considerable y eso también se tiene que notar.

Ha habido un cambio generacional importante en dos o tres años. Y como te he dicho antes, eso tiene pros y contras. Pero es cierto que la maduración no solo viene de los años, también de la experiencia y si estamos acumulando minutos, se tiene que empezar a ver que hay jugadoras que, aunque sean jóvenes, están muy asentadas en Primera.

«Están» no, «estamos». Clara Pinedo y usted subieron al primer equipo en verano de 2022 y junto a Maddi Torre son las únicas futbolistas que han disputado todos los partidos como titulares.

Lo hablo mucho con Clara, que llegas al primer equipo y eres «la del b», no tienes esas responsabilidades, pero en muy poco tiempo empiezas a jugar más minutos y las tienes que adquirir. Porque el equipo también te lo exige de alguna manera y creo que este año estamos sabiendo adaptarnos porque también creemos que el equipo necesita de eso.

«Si se ponen mejores condiciones para llegar a un fin mejor, la autoexigencia tiene que crecer a ese mismo nivel»

¿En qué nota la experiencia que empiea a acumular? ¿Cómo afrontaba el trabajo y la competición la Mariana Cerro de 2022 y cómo lo hace la de hoy?

Diría que el año pasado los nervios por lo que pueda pasar eran mayores pero sabes que el equipo no te requiere tanto, no tienes la responsabilidad de ser líder en el campo, tener que pedir el balón, ajustar las líneas, comunicarte... Y este año no tienes esa incertidumbre porque te conoces mejor, sabes lo que puede pasar, te sientes más dentro... pero el equipo requiere más de tí. Y eso mismo te da mucha confianza porque estoy teniendo minutos, minutos de nivel, así que estoy superagradecida.

¿Ese paso adelante se lo han exigido los entrenadores o ha sido cosa suya?

En ocasiones me han necesitado ellos por la situación del equipo y creo que yo también he hecho méritos para poder formar parte de un once. Creo que es bidireccional, ellos te exigen y tú supongo que das el nivel para que sigan contando contigo.

¿Le ha sorprendido convertirse en una jugadora tan importante en tan poco tiempo?

Sí y no. Cuando llegé a Lezama el fútbol era un poco como un hobby. Pero soy bastante autoexigente en el trabajo y llegas al primer equipo y dices a ver si tengo unos minutos, luego a ver si soy titular y de repente ves que estás jugando todos los partidos. Por un lado no me lo esperaba y por otro digo jo, es que creo que he trabajado lo suficiente para merecerlo, no creo que sea un regalo.

No es solo una cuestión de minutos. Lleva el brazalete de capitana.

Bueno, es por circunstancias de lesiones y demás. Y luego creo que es un poco por mi carácter y personalidad, soy una persona bastante líder. Agradezco un montón esa confianza de las compañeras y los técnicos. Creo que si no lo fuera, sería la misma persona, jugaría de la misma manera y trabajaría igual pero poder representar al equipo es un orgullo.

Entiendo que lo que está viviendo colma sus expectativas, al menos a medio plazo. Renovó en primavera.

Me ofrecieron la renovación y viendo el proyecto que tenía el club, creo que es el mejor lugar en el que podía estar. Estoy cerca de casa, muy a gusto, muy a gusto con las compañeras, las condiciones que tenemos son muy buenas y el proyecto es muy ilusionante. Se ha renovado a muchas jugadoras y además se han hecho fichajes muy potentes. Por todo un poco, creo que es el mejor lugar para seguir creciendo.

Jugadoras renovadas y fichadas, todas hablan del proyecto, de la apuesta del club. ¿Trae consigo una exigencia? ¿Se la ha planteado el club o la han percibido?

Si hay unas mejoras, tiene que haber unas exigencias. A nivel personal, a nivel grupal y como club. Obviamente ha habido conversaciones sobre lo que queremos, lo que pretendemos... Tengo claro que la autoexigencia es imprescindible y si se ponen mejores condiciones para llegar a un fin mejor, la autoexigencia tiene crecer a ese nivel. Yo lo planteo en el día a día, sin pensar en mayo sino en cada partido pero todas sabemos que tenemos que dar un pasito más.

¿Hasta dónde? ¿Qué le pide a la temporada?

A nivel personal también me marco metas en el corto plazo, cada entrenamiento, cada partido, cada semana. Mirando más en general, quiero seguir aportando para ayudar a que el equipo sea mejor y seguir disfrutando jugando a fútbol. Y a nivel colectivo, tengo muchas expectativas, sabiendo que competimos contra equipos más potentes, creo que podemos estar más arriba. Y además nos ilusiona mucho la Copa, que el año pasado, aun habiendo disfrutado, nos dejó un sabor amargo al final.

Ya que se centra en el corto plazo, vayamos al futuro más próximo. El domingo les visita el Levante.

Un equipo muy complicado, que está obteniendo muy buenos resultados y que compite a un nivel increíble, no ahora, de tiempo atrás. Pero después de haber competido contra el Barcelona y haber visto que, aunque el resultado parece decir lo contrario, nos encontramos muy firmes defensivamente y hubo momentos que pudimos hacerles daño, nos veo con plena confianza en que vamos a competir y que además vamos a aprender. Siempre hay que sacar un aprendizaje, de lo bueno y de lo malo.

¿Qué aprendieron de ese partido contra el Barcelona?

Creímos que podíamos hacerle daño a un equipo que parece intocable. Es cierto que nos meten ese gol en la primera parte pero defensivamente estuvimos muy sólidas y no solo eso. Otros años nos había faltado el poder hacerles daño, era más un partido que estás noventa minutos achicando agua, y creo que en este partido vimos que contra el Barcelona también se puede hacer una jugada combinada, llegar al área, meterles miedo... Y de cara a jugar contra otros rivales, nos da esa confianza de saber que podemos competir y hacer daño a cualquiera.