
«A Greta la antisemita y a sus compañeros, portavoces de la propaganda de Hamas, les digo claramente: vuélvanse, porque no llegarán a Gaza». Así se ha pronunciado este domingo el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, que ha ordenado al Ejército que impida la llegada a la Franja del velero ‘Madleen’, que forma parte de la Flotilla de la Libertad. Su botadura se produjo un mes después del ataque con drones contra el ‘Conscience’, otro barco con ayuda humanitaria que pretendía superar el férreo bloqueo impuesto por Tel Aviv.
El ‘Madleen’ partió el pasado domingo de Sicilia. Este sábado, la activista alemana Yasemin Acar explicó a AFP que estaban navegando frente a las costas de Egipto, fronterizo con el enclave palestino, y que tenían previsto llegar a la Franja de Gaza la mañana del lunes.
Según explicó el periodista Andrea Legni, que viaja a bordo del velero, en las bodegas llevan «jugos de frutas, leche, arroz, conservas, barras de proteínas ofrecidas por cientos de ciudadanos de Catania». También transporta productos sanitarios para mujeres, equipos de desalinización de agua, material médico, muletas y prótesis para niños.
Los responsables de la Flotilla de la Libertad han destacado que su misión responder a un acto pacífico de resistencia civil: «Todos los voluntarios y la tripulación a bordo del ‘Madleen’ están formados en la no violencia. Navegan desarmados, unidos por la creencia compartida de que los palestinos merecen los mismos derechos, libertad y dignidad que todas las personas».
Por ello ha instado a los Estados del Mediterráneo a que «garanticen un paso seguro para ‘Madleen’ y todos los buques humanitarios; a los medios de comunicación, que informen sobre esta misión con exactitud e integridad; y a las personas de conciencia de todo el mundo, que rechacen el silencio y actúen en favor de Gaza. No nos disuadirán. No nos silenciarán».
Rescate de refugiados
Cabe señalar que el pasado jueves, durante la travesía hacia Gaza, el ‘Madleen’, bautizado con el nombre de la primera y única pescadora de Gaza, respondió a la señal de socorro de un buque en apuros. Una embarcación en la que viajaba entre 30 y 40 personas migrantes y que se «desinflaba rápidamente».
Mientras preparaban las tareas de rescate, se acercó un barco de la Guardia Costera libia, «el ‘Tareq Bin Zayed’, conocido por sus graves violaciones de los derechos humanos y su participación en anteriores retiradas ilegales de solicitantes de asilo». Para evitar ser capturados por las autoridades libias, cuatro personas saltaron y fueron rescatadas por el ‘Madleen’, que se puso en contacto con una ONG de búsqueda y rescate.
«Las personas rescatadas habían huido de la violencia y la persecución en Sudán, solo para enfrentarse a más violencia, detención y tortura en Libia. Deben ser llevados a un país seguro donde puedan solicitar asilo, un país que respete sus obligaciones internacionales, incluido el principio de no devolución», apuntó la Flotilla de la Libertad.
Rima Hassan, diputada al Parlamento Europeo a bordo del ‘Madleen’, denunció el papel de la Unión Europea «en la obstrucción de la circulación de solicitantes de asilo, en clara violación del derecho internacional, un enfoque que ha provocado la muerte de decenas de miles de personas y ha convertido el Mediterráneo en un cementerio».

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