«Ascender con el equipo de mi tierra es una forma de empujar para seguir adelante»

«Este es mi segundo ascenso a la élite con un equipo navarro. Los otros títulos están muy bien y ahí quedan, pero estos logros con los equipos de casa son especiales», indica María Asurmendi. Ella estaba presente en UNB Obenasa cuando en 2010 logró acceder a la Liga Femenina, en un club en el que también estaba otro referente del basket navarro como Naiara Díez, entre otras. Aquella experiencia duró hasta 2013, año en el que el conjunto iruindarra desapareció después de haber disputado los play-offs de la máxima categoría, con María Asurmendi aún en sus filas.

«Dio rabia en su momento porque el club había demostrado que, después de dar el salto a la élite, era capaz de mantenerse y estar ahí con las mejores. Pero la falta de apoyos a nivel económico lo hizo desaparecer. Dolió, pero este ascenso con Ardoi no supone una responsabilidad añadida, sino una ilusión», subraya.

Para usted, que debutó en la Liga Femenina en 2006 con Burgos, ¿es algo especial volver a la élite en 2024?

Sí que ha pasado mucho tiempo desde entonces (risas), pero verme que puedo regresar al máximo nivel indica que me encuentro muy bien y con mucha motivación.

¿Para seguir en activo con 38 años, la salud y la motivación son los puntos clave?

Pueden serlo. Encontrarte que físicamente estás bien y, como es mi caso, ver que puedo ascender con el equipo de mi tierra, es una forma de empujar para a seguir adelante. El tiempo pasa, pero hay que rendir, y con esos condicionantes a favor es más fácil.

En abril usted declaraba que buscaban «ascender para que Nafarroa tuviera representación en la élite». Misión cumplida.

Bueno, hay que entender esas declaraciones en su contexto, en el que ya podíamos tener la posibilidad de ascenso en nuestra mano. Nuestros objetivos reales eran estar en la parte alta de la Liga Challenge y llegar a los play-offs; a eso sí que podíamos aspirar, pero la realidad es que las cosas salieron de maravilla y conseguimos llegar a la última jornada con opciones para el ascenso en nuestras manos. Veíamos que no era algo imposible y conseguimos sobrellevar esa presión en la última jornada. Esas declaraciones se refieren a ese contexto en concreto.

Pero lo cierto es que usted estaba en Obenasa cuando desapareció. ¿Es un impulso especial para usted llegar a la élite con Ardoi?

También estaba cuando ascendió, porque este es mi segundo ascenso con un equipo de mi tierra. El resto de Copas o Ligas o Supercopas que he ganado –con Perfumerías Avenida y también Conquero– están ahí y están muy bien, pero poner a mi tierra en lo más alto es algo que me produce una ilusión especial, desde luego. No tiene nada que ver con lo demás.

Una puede idealizar un reto al principio de temporada, pero cuando luego ves que ese reto podía salir adelante, ves que el equipo no es que se reivindique ante nadie, pero sí supone una motivación hacer que Nafarroa vuelva a lo más alto.

¿Sentía usted una responsabilidad mayor para ascender?

No. Sentía una gran ilusión, pero ni la posibilidad de subir de categoría ni el hecho de que UNB Obenasa desapareciera podían suponer una responsabilidad añadida.

El año que UNB desapareció, venía de disputar los play-offs por el título.

¡Sí, cierto! Dio rabia que tuviera que desaparecer por esa falta de apoyos, porque en la cancha había conseguido ascender y mantenerse, a pesar del salto que suponía. Tanto es así, que había conseguido consolidarse en el aspecto deportivo.

Dice Juantxo Ferreira que deben «disfrutar» y «competir» en la Liga Femenina Endesa. Con todo, hay que ser conscientes de que seguramente les costará empezar a ganar.

Ciertamente, costará. De hecho, al club casi que lo ha pillado por sorpresa verse ahora como equipo de Liga Femenina Endesa, pero al mismo tiempo, siendo conscientes de que el salto es muy grande, todo esto es un proceso en el que primero habrá que saber sufrir. Buena parte de nuestra plantilla no ha jugado nunca en la élite y tocará tener paciencia.

En todo caso, confío en que al final podremos salvarnos porque el equipo irá aprendiendo a hacerse a la categoría y a competir en ella, por más que, como he dicho, hablamos de una competición para la que hay un salto muy grande porque la profesionalización es muy grande.

Por ahora, es duro decirlo, pero perdieron 86-46 ante Basket Zaragoza, 72-97 contra IDK y 50-83 con Gernika.

No es una pretemporada fácil, no (risas). También es cierto que, por un lado, nos enfrentamos a equipos que son casi de Euroliga –sin casi; Basket Zaragoza ha encarrilado su eliminatoria para poder acceder por segundo año consecutivo a la Euroliga– y a nosotras nos faltaban tres jugadoras muy importantes –Jewel Tunstull, Imani Tate y Julieta Mungo–. Eso dificulta poder ser competitivas en los partidos y también poder hacer nuestro juego, aparte de que las rivales son de las que van a estar en la parte alta de la Liga.

Habrá que ver en adelante. Por ejemplo, el fin de semana jugamos en Gasteiz –días 21 y 22– ante equipos –Ensino y Araski, respectivamente– más asequibles a nuestro nivel y con la idea de que ya vayan llegando las jugadoras que nos faltan. Eso sin duda nos hará más fuertes y nos ayudará a calibrar un poco mejor dónde estamos y cuánto nos queda.

Por otro lado, su debut liguero será contra Perfumerías Avenida.

¡No solo! Después de Perfumerías Avenida van Jairis, Gernika y Girona, todos ellos equipos que van a estar entre los primeros. Los partidos de «nuestra liga« vendrán un poco más tarde, pero el equipo tiene que ser consciente de que no puede estar esperando a que pasen esos primeros partidos como si no tuviera opciones de nada. Si en esas primeras semanas el juego es un desastre, sé por experiencia que la temporada pasa muy deprisa y para cuando te quieres dar cuenta, puede ser tarde.

Con todo lo que les queda por mejorar, ¿en qué destacan en lo positivo?

Destacamos en lo que precisamente debemos mejorar, que es en la fortaleza defensiva para poder realizar un ataque lo más dinámico posible, sin anclarnos al juego posicional a media pista, que es donde más vamos a sufrir. Que nos falten jugadoras que precisamente sean el ancla interior nos lastra, pero esperamos poder mejorar ahí, controlando también el rebote, para darle dinamismo a nuestro juego.

Otra característica de Osés Construcción Ardoi es que hay un buen puñado de jugadoras de Nafarroa.

Al club le interesa que los aficionados se sientan identificados con jugadoras de la tierra, muchas de las cuales debutan en la élite. Al final, es hacerles ver que esta ilusión es real y que trabajando juntos, identificando carencias y virtudes, esta apuesta difícil tendrá la respuesta que espera el público. Es un orgullo que el equipo de nuestra tierra haga esta apuesta.

¿Le está tocando a usted solventar las dudas de sus compañeras?

Un poco sí (sonríe). Hay mucha gente sin experiencia en una competición cada vez más profesionalizada y y de más nivel. Nuestra idea es salvar este primer año mientras adquirimos la experiencia para el futuro. El año pasado la salvación estuvo en 10 victorias, por lo que es un reto muy difícil el que nos ponemos. Es normal que las jugadoras tengan dudas y preguntas porque van a debutar en un a liga donde la profesionalización va a más, con todo lo que ello conlleva. Nosotras en muchos casos no tenemos esa experiencia, pero sí el orgullo de representar a Nafarroa.

¿Con todo, no es una pena tener que dejar Zizur Nagusia para jugar en Arrosadia?

Para mí, no (risas). Por un lado, la normativa de la competición no permitía jugar en Zizur: las gradas, las canastas, los marcadores... no estaban preparados para la Liga Femenina. Además, para mí Arrosadia ha sido la cancha de toda la vida y poder regresar a ella me hace ilusión. Y tampoco me da ningún miedo por la afición de Zizur, porque el club se está comprometiendo a facilitarles ir a Iruñea los días de partido con autobuses y demás. Creo que la afición de Zizur se mantendrá y al mismo tiempo, se enganchará a más gente que nos va a apoyar.