XANDRA ROMERO
SALUD

Los límites del patrón estético

Si por algo se caracterizó 2015 en cuestiones de modas relacionadas con el peso corporal fue por el fenómeno curvy. Un grupo de mujeres se rebeló contra el patrón estético de los últimos años reivindicando las modelos de tallas grandes. Lejos de ser una excepción, el fenómeno ha encendido la mecha de diversos blogs dedicados íntegramente a la defensa de esta nueva imagen, así como diversas marcas de productos de belleza y de ropa que llevan años usando en sus campañas la expresión «Mujeres reales», que hace alusión a cuerpos con algún kilo de más.

Sin embargo, como cabría esperar, este fenómeno ha causado cierta controversia. Lo cierto es que el propio tema del peso corporal es controvertido. Lo que quiero decir es que la mayoría tenemos, en parte, una imagen irreal de lo que es un cuerpo normal. No resulta exagerado afirmar que nos rodea un bombardeo de mensajes e imágenes corporales que glorifican y vinculan la autoestima a la delgadez. Esta imagen irreal de lo que es un cuerpo sano hace que aprendamos de manera implícita (y errónea) el ideal de delgadez o de juventud como sinónimos del éxito, pero nos distancia de una saludable idea de lo que es un cuerpo normativo.

Está claro que esta presión estética tiene que acabar (la de la extrema delgadez), sin embargo me pregunto si este fenómeno curvy no hace más que atacar desde el otro extremo, sin ser reflejo tampoco de lo que es un cuerpo real y, en ocasiones, sano, ya que la mayoría de las veces, las imágenes corresponden a mujeres con sobrepeso y/o obesidad.

Siendo así, no debemos olvidar que como enfermedades que son, el sobrepeso y la obesidad suponen no solo una condición patológica per se, sino que suman importantes riesgos sobre la salud, como las enfermedades cardiovasculares, que en 2012 fueron la causa principal de defunción; la diabetes y los trastornos del aparato locomotor, en especial la osteoartritis, entre otros.

Sin embargo, para entender lo difícil de establecer a través de valores de peso corporal el parámetro de cuerpo real o sano, tenemos el ejemplo de lo que la literatura científica llama “falsos delgados”, refiriéndose a personas que registran un IMC (índice de masa corporal) normal, pero que presentan niveles excesivos de grasa interna. Por ello, ser delgado no significa automáticamente no tener exceso de grasa, ni tampoco estar sano. Del mismo modo, existen obesos sanos fisiológicamente hablando, es decir, que el padecer un fenotipo (o imagen) de obesidad puede ir asociado, en ocasiones, a ser también metabólicamente sano y, por tanto, no presentar las frecuentes comorbilidades asociadas.

Aun con todo esto, vale la pena fijarse en el fenómeno curvy, que nace no solo para defender otro modelo estético, sino para reivindicar el hecho de que no se utilice dicha condición (la del peso) para infravalorar ni insultar a nadie, pues las personas no se definen por su diagnóstico.

Así que, por todo esto, es recomendable huir de estos dos extremos y recordar que un peso sano es aquel que nos confiere la máxima esperanza de vida , que no supone limitación física o emocional alguna, y que puede situarse en una horquilla de pesos significativamente variable.