GOTZON URIBE
MUSICA

Lianne La Havas

Han pasado cinco años desde que Lianne La Havas lanzara su último álbum, “Blood”. Ahora regresa con su tercer disco, al que le ha puesto su nombre artístico. La narrativa de este trabajo se enfoca en superar las dificultades y «en última instancia, encontrar esa luz que todo lo ilumina al final del túnel», dice la cantante inglesa. En los últimos cinco años ha experimentado un viaje al interior de sí misma, donde va descubriendo sus fortalezas y debilidades.

Un talento innato, una voz angelical, impecables habilidades como guitarrista y unas canciones que brillan por sí solas son la garantía de esta compositora londinense que dentro de dos semanas cumplirá 31 años. La voz es el mejor instrumento musical, la herramienta más expresiva que tiene un músico y Lianne La Havas flexiona la destreza de ese músculo en su nuevo disco, porque todo está unido por esa voz poderosa, expresiva y con un timbre conmovedor. A través de ella narra una historia profundamente personal de enamoramiento, desamor aparentemente inevitable, autoliberación y la desintegración general de una relación y su romance.

La Havas se muestra desafiante y aguda frente a las duras realidades de un amor desmoronado, cansada y quebrantada ante la verdad. Lianne trae algo nuevo con este álbum. Su énfasis en la instrumentación analógica –principalmente guitarra y batería– la distinguen de la nueva generación de artistas cercanos al trap y a la música urbana.

Las once canciones que componen el disco –nueve temas originales, un interludio más una versión de “Weird Fishes” de Radiohead– amplían el arco de una historia de amor, una que trajo un crecimiento y una confianza renovada. Este es su primer álbum completamente autoproducido junto a su banda. «Lo que juega un papel importante en el disco es la idea del ciclo de vida de las plantas y la naturaleza, equiparando este viaje con algo estacional que florece, prospera, desaparece y vuelve aún más fuerte», asegura.

Sus referencias musicales son tan variadas como Milton Nascimento, Joni Mitchell, Jaco Pastorious, Al Green y Destiny’s Child. En medio encontramos a artistas inspiradoras como India Arie, Jill Scott y Lauryn Hill, a través de las cuales ha completado un trabajo cargado de espontaneidad. Junto a ella han estado colaboradores de confianza como el compositor Matt Hales y los productores Beni Giles y Mura Masa.

Una guitarra de bossa nova traza las líneas de apertura en “Seven Times”, mientras la intérprete usa su voz tanto como sus letras para pintar sus propios cuadros y plasmar sus historias de forma veraz. Sus dos últimos lanzamientos sirvieron para mostrarnos unas habilidades vocales excepcionales. Libre de influencias externas, el álbum “Lianne La Havas” brilla como una afirmación de individualidad y autoestima imposible de encasillar. Desde los primeros segundos del disco hasta las últimas notas, puedes sentir cuán satisfactoria suenan estas nuevas canciones, demostrando con firmeza el propósito creativo: exuberante, vibrante y completamente suyo.

CD AIPAGARRIA

 

Rookie

“Rookie” • Bloodshoot, 2020 • Rock’n’roll

Rookie son seis amigos de Chicago que acaban de publicar su homónimo disco de debut con el rock’n’roll clásico como punta de lanza. Al igual que otras bandas de generación como Twin Peaks, Whitney o Post Animal, Rookie surgieron de una escena juvenil asentada en la cultura del “hazlo tú mismo”. En su álbum recrean el estilo más puramente clásico del rock, donde prevalecen por encima de todo las armonías cautivadoras, los toques de country cósmico y un espíritu underground. La suya es una versión modernizada de la banda sonora del eterno rock and roll estadounidense que tira de todos los rincones de su mapa sonoro. Es el brillo de los sonidos pop-rock de los 70 de Cheap Trick, la precisión de las canciones de Big Star o esa nebulosa boogie con sabor psicodélico de The Allman Brothers y Thin Lizzy.