TERESA MOLERES
SORBURUA

Bulbos en agua

Los bulbos contienen todas las reservas alimenticias necesarias para el futuro crecimiento de la planta. Solamente es imprescindible proporcionarles agua. Así que comenzad por escoger bulbos firmes, sanos y sin trazas de podredumbre. Pueden ser de narcisos, jacintos, crocus, scilles... Mejor de calibre grande para que las hojas y las flores sean más grandes y densas.

Entre los narcisos la especie escogida para cultivarlo en agua es el N.tazetta. Para que florezcan en Navidad se colocan tres, cinco o seis bulbos en una bandeja plana, llena de guijarros. El agua llega justo al nivel de la base del bulbo; añadir agua para que siempre mantenga este mismo nivel. El lugar debe ser claro, frío y aireado. Si hace mucho calor, los tallos se desarrollan demasiado; una vez acabada la floración, se desechan. Este cultivo se llama “a la manera china” y se utiliza especialmente con los narcisos, pero se puede aplicar con otros bulbos.

Los jacintos se cultivan en un florero apropiado con agua sin cloro; agua de lluvia o agua hervida es suficiente. Para acelerar su crecimiento se pueden comprar bulbos pre-enfriados, así se adelantan de ocho a diez semanas. Colocar el bulbo en un lugar fresco y oscuro o ponerle un capuchón con una hoja de aluminio para que no les entre luz. Tan pronto como las raíces alcancen la superficie del agua, añadir agua según se va consumiendo, dejando siempre una distancia de unos 2 mm entre el agua y la base del bulbo. Cuando comienzan a brotar las hojas verdes, quitarle el capuchón y llevarlo a su lugar definitivo con luz y menos frío. Después de dos semanas alcanzan su plenitud y durarán otras dos semanas florecidos. Finalmente, como en el caso de los narcisos, se desechan.

El cultivo de la Amarilis resulta muy bien en agua. Sin embargo, otra forma que podemos probar y está de moda consiste en rodear con una capa de cera del color que escojamos el bulbo de esta flor; se mantiene estable con un hilo de alambre colocado como peana en la cera y el mantenimiento es mínimo. Los amarilis florecen al cabo de una semana sin tierra y sin agua. Hay que evitar el sol directo y reorientar los bulbos para evitar que salgan a través, hacia un lado y se caigan.