Maite Ubiria

Las peñas celebran su día con buen humor pero con algunas preocupaciones sobre el futuro

El cielo un tanto plomizo con que se ha despertado Baiona no ha sido un obstáculo para que las peñas saquen todas sus galas para celebrar una jornada de las asociaciones en la que destaca su tradicional desafío humorístico.

Aunque las jornadas de jarana empiezan a pesar, el humor que no falte.
Aunque las jornadas de jarana empiezan a pesar, el humor que no falte. (Patxi BELTZAIZ)

Este viernes es la jornada dedicada a las peñas en Baiona y ello pone el foco en la asociación que preside Michaëlla Clapisson, quien tiene hoy por hoy la vista puesta en implicar a las nuevas generaciones en la organización de las actividades festivas.

«La labor para favorecer la transmisión no se limita al periodo festivo, las peñas han optado por abrirse a intercambios como el que propone Udazken'Art, cuando sus locales se convierten por unos días en salas de exposición de obras de arte», explica a NAIZ, para remarcar que, en lo que se refiere a los festejos, que ayer superaron su ecuador «en buen ambiente, porque había muchas ganas de fiestas», apunta Clapisson, este año quieren hacer un esfuerzo especial con los más jóvenes.

«Ya acudimos a las escuelas y también hemos alentado iniciativas como la de organizar, coincidiendo con la jornada dedicada a los niños, un concurso de carteles de fiestas, para contribuir a que los chavales y chavalas baionarras se sienta actores de la fiesta, porque la fiesta se hace y se siente cuando se tiene un papel activo en ella desde la más temprana edad».

Este sábado pondrán en marcha una nueva iniciativa, «Biharko Bestazaleak», a la que invitan a participar a jóvenes de 12 a 16 años de edad y a sus padres y madres, que pueden acompañarles si lo desean en ese «bautizo de fuego» con el universo de las peñas.

En estas fiestas, las peñas han reforzado su compromiso contra las violencias sexuales y sexistas colocando el logo «safe toki» ante sus locales, para dar a entender que están dispuestas a ofrecer la primera ayuda a personas que pudieran ser objeto de agresión.

También han hecho una campaña de sensibilización respecto a los códigos de la fiestas que, teme Clapisson, pueden perderse poco a poco. Han acudido a esos bares que lanzan decibelios al exterior para pedirles que, por respeto, «cuando pasen las txarangas y en general haya actuaciones ligadas a nuestra cultura, bajen al menos el volumen de la música».

Las peñas llevan desde hace años trabajando esa transmisión puertas adentro, pero también expresan a pie de calle «el gusto por hacer y sentir la fiesta, que es algo que se adquiere de pequeños».

Esta tarde la cita estaba cantada: en la Plaza del Mercado, pista libre para las acrobacias y todo tipo de peripecias en ese Triath'drole que enfrenta a las peñas.

Hacia el fin de semana de pago

Por lo demás, Baiona sigue sumando horas de fiesta y, cumplidos los ritos cotidianos de despertar al Rey Léon y de disfrutar del maratón de canto y danza que es Karrikaldi, sin ir más lejos, encara ya el fin de semana. En pleno tramo de pago de las fiestas, ya que de viernes a domingo quien no disponga de una pulsera pagada a diez euros no podrá entrar en el recinto festivo.