Kosovo, la ONU y la pugna geopolítica

Kosovo se ha quedado a las puertas de sortear el veto de Rusia a su bienvenida en la ONU al perder por un puñado de votos su entrada en la UNESCO. 92 países votaron a favor frente a 50 en contra, con lo que se quedó a cuatro escasos votos de lograr los dos tercios necesarios para ser admitido en la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Algunos de los países que reconocieron la independencia de Kosovo (111) optaron esta vez por la abstención.

EEUU asiste con voz pero sin voto a una nueva derrota en la ONU

Washington apostó desde un inicio por un Kosovo «independiente» que alberga la mayor base militar estadounidense, Camp Bondsteel, fuera de sus fronteras. Se alineó en 2011 con Israel para votar en contra de la entrada de Palestina en la UNESCO. Derrotado y humillado, dejó de financiar al organismo, lo que le dejó sin voto. Ahora paga las consecuencias.

Latinoamérica se alinea contra el vecino del norte

Tanto el eje bolivariano como los gobiernos progresistas, e incluso países como México, hicieron causa común y votaron en bloque, con la excepcional salvedad de El Salvador, contra Kosovo. Amenazada histórica y estructuralmente por EEUU, Latinoamérica, y más en concreto los sectores y gobiernos más comprometidos en un cambio de paradigma, no dudan en hacer suyas las tesis de las potencias rivales –militar y económicamente, que no ideológicas–, de EEUU. Léase Rusia y China.

Sí incongruente de la UE y tres excepciones

La UE, en bloque, apoya al Estado kosovar mientras recela de reconocer ese derecho a otras naciones europeas Pero hau excepciones. Además de España, Eslovaquia y Chipre –ambos de mayoría eslava–, votaron en contra de la entrada de Kosovo en la UNESCO. Eslovaquia se separó de la República Checa en 1993.

Kosovo, un protectorado occidental que vive al filo de un Estado fallido

Siete años después de declarar su independencia, Kosovo es el segundo Estado más pobre de Europa (con permiso de Moldavia) y sigue sometido a una situación de protectorado occidental de facto que le mantiene en una constante crisis política. Decenas de miles de kosovares se han sumado al éxodo hacia el centro-norte de Europa de estos últimos meses.

Serbia apela al frágil patrimonio ortodoxo

Serbia, que ha mejorado sus relaciones con Kosovo pese, o por, estar liderado por una alianza entre los herederos de Milosevic y los otrora panserbios, negó fundamento «jurídico, político y moral» a la aspiración de Kosovo y recordó que en ese caso Pristina gestionaría cuatro monasterios ortodoxos serbios patrimonio de la humanidad cuando decenas de ellos fueron atacados tras la guerra de 1999.

El Estado español intenta conjurar el fantasma kosovar

La independencia de Kosovo en 2008 ha sido interpretada como una luz roja por el Estado español con gobiernos del PSOE o del PP. Al punto de que le ha dejado desmarcado del posicionamiento casi unánime de la UE, y de su núcleo duro. A Madrid se la trae al pairo la problemática de los Balcanes. Le preocupa Catalunya y ¿Euskal Herria?

Las independizadas repúblicas bálticas mantienen su línea

Tras lograr la independencia en plena disolución de la URSS, las tres repúblicas bálticas votaron a favor de Kosovo. Lo hicieron por coherencia con su principio de defensa de la autodeterminación –que choca con la relegación como apátridas de 300.000 rusófonos por parte de Letonia– y con la evidente posición antirrusa, también de principio.