Aziz Pahad
Ex viceministro de Asuntos Exteriores de Sudáfrica
GAURKOA

Dinámica global actual: ¿orden y desorden?

En la historia reciente se han producido acontecimientos que han marcado época al impactar con fuerza en la política exterior, las relaciones internacionales, la paz y la seguridad, la estabilidad y el desarrollo; eventos que han amenazado la paz regional e internacional y la seguridad. Entre ellos incluiríamos: la revolución en las tecnologías de la información; el ritmo sin precedentes de la globalización, el colapso del sistema socialista en la Unión Soviética y en el Este de Europa y la emergencia de una superpotencia, como resultado de la ausencia de un equilibrio de poder y del desprecio al derecho internacional; y el dominio de la agenda neoliberal y el monopolio del capital financiero, con el resultado de una sostenida crisis financiera y económica internacional.

En 2015 se celebró el 70 aniversario de la derrota de Fascismo. Es también el 65º aniversario de la infame Nakba, cuando, tras la segunda guerra mundial, se estableció el Estado de Israel y alrededor de 700.000 palestinos se vieron obligados a abandonar sus tierras. Es también el 70º aniversario de la fundación de las Naciones Unidas. El Capítulo VII de la Carta de la ONU da al Consejo de Seguridad la facultad de «determinar la existencia de cualquier amenaza de violación de la paz o acto de agresión», y de emprender acciones militares y no militares con el fin de «restaurar la paz internacional y seguridad».

El propósito central de la creación de la ONU fue evitar la guerra. El Juicio de Nuremberg concluyó que iniciar o librar una guerra en contra de la integridad territorial, la independencia política o soberanía de un estado, o la violación de los tratados internacionales o acuerdos era un crimen que hace posibles todos los crímenes de guerra.

Es una realidad que después de 70 años, mientras la humanidad ha evitado otra guerra mundial, hemos experimentado innumerables guerras de agresión, desestabilizaciones y cambios de régimen que han violado flagrantemente la Carta de la ONU y el derecho internacional. Hasta la fecha ninguna gran potencia ha sido acusada o declarada culpable de crímenes de guerra. En 1961 el presidente Eisenhower advirtió a los estadounidenses sobre la concentración ilegítima de poder en lo que él llamó el «Complejo Militar Industrial», «cuya influencia total –económica, política y incluso espiritual– se siente en cada ciudad, en cada casa del estado, y en todas las oficinas del gobierno federal». Advirtió que «el potencial para un desastroso e inapropiado aumento de poder existe y persistirá».

También advirtió que: «La universidad libre, manantial histórico de ideas libres y descubrimientos científicos, ha experimentado una revolución en el modo de llevar a cabo la investigación. En parte porque los enormes costos involucrados en los contratos con el gobierno se convierten prácticamente en un sustituto de la curiosidad intelectual. En la actualidad, por cada pizarra hay cientos de nuevos equipos electrónicos. La perspectiva de la dominación de los estudiosos de la nación por la asignación de proyectos y el poder del dinero está siempre presente y ha de ser considerada grave». Hoy en día la advertencia profética del Presidente Eisenhower es aún más pertinente.

Después de los ataques militares contra los EEUU en septiembre de 2001, el militarización de la diplomacia, es decir, el masivo abuso del poder militar y del poder blando para lograr cambios de régimen tiende a enquistarse en el ejército y en las doctrinas de seguridad y política exterior de los EEUU. El documento de estrategia de Seguridad Nacional de 2001 de manera arrogante y en una clara violación del derecho internacional advirtió al mundo que «los EEUU utilizarán su hegemonía político, económico y militar para actuar contra cualquier organización terrorista, contra cualquier Estado que albergue una organización terrorista y contra cualquier persona que se declare que ayuda al terrorismo».

En un discurso de junio de 2002, el entonces presidente Bush dijo: «Los Estados Unidos deben estar preparados para librar una guerra contra el terror en al menos 60 países… Los americanos deben estar preparados para lanzar una acción preventiva internacional». Esta fue una clara advertencia de que los EEUU actuarían como un artífice de su propia ley, creando nuevas reglas de actuación. Hoy en día, a pesar de los cambios en la Presidencia y algunas diferencias en los enfoques tácticos, la política militar y exterior de los EEUU es impulsada por las mismas perspectivas de «excepcionalidad» y hegemonía de los Estados Unidos. El documento de estrategia de Seguridad Nacional de EEUU de 2015 establece: «Debemos reconocer que cualquier estrategia exitosa para asegurar la seguridad del pueblo estadounidense y avanzar en nuestros intereses de seguridad nacional debe comenzar con una verdad innegable: América debe liderar. Como estadounidenses tendremos siempre nuestras diferencias, pero lo que nos une es el consenso nacional de que el liderazgo global estadounidense sigue siendo indispensable. Nosotros aceptamos nuestro papel excepcional y la responsabilidad en un momento en que nuestra singular contribución es más necesaria…» Muchos de los actuales candidatos presidenciales están pidiendo «excepcionalismo» y el uso de los Estados Unidos del poder militar y del poder blando para mantener el status-quo.

En Irak, Afganistán, Siria, Yemen y Ucrania extremismo y el terrorismo son algunas de las desastrosas consecuencias de las políticas de Estados Unidos. ¿Por qué la opinión pública y los gobiernos están tan silenciosos en el ámbito internacional? La libertad para generar conocimiento para el bien público se encuentra ante un serio desafío.

Hoy el fenomenal crecimiento de la tecnología de la manipulación y la distorsión de la información ha llegado a nuevos niveles y los gobiernos manifiestan abiertamente sus intenciones. “El manual de guerra del Pentágono” de 2015 establece que operaciones psicológicas deben ser utilizadas para influir en el estado de ánimo de una población objetivo y que la formación de percepciones es un elemento estándar de la política de información. Ahí no se distingue entre medios de comunicación y redes sociales nacionales de Estados Unidos y extranjeras.

El expresidente Mbeki, en un libro publicado recientemente en Concerned Africans Forum (CAF) escribió: «El actual medio internacional se ha convertido en un espacio mucho más complejo. Sin embargo, no debemos permitir que esa complejidad nos disuada de intentar comprender la realidad de que las relaciones internacionales contemporáneas siguen siendo dominadas por el ejercicio del poder internacional entre los países del mundo… Lo que se demanda son voces alternativas y progresistas que sean capaces de ofrecer diferentes interpretaciones… de la rápida evolución de los acontecimientos y… también capaz de cuestionar la prevalencia de los supuestos y la lógica subyacente al ‘orden liberal’ occidental».

Como una alternativa a la percepción gestionada por la corriente principal de los medios de comunicación a nivel internacional y en Sudáfrica, y el dominio de Think Tanks eurocéntricos y el discurso de instituciones de investigación de geoestrategia política y económica, este seminario es un intento de proporcionar alternativas y voces progresistas. Esto exige que el simposio responda a preguntas como: ¿Ha habido un «dividendo de la paz» desde el fin de la Segunda Guerra Mundial? ¿La Guerra Fría terminó tras la caída del Muro de Berlín y el socialismo en la Unión Soviética y Europa? ¿Está emergiendo un nuevo mundo multipolar? ¿Cuáles son las alternativas al programa neoliberal? ¿Tienen los actores no estatales una impacto progresista fundamental sobre geoestrategia global y las realidades económicas?

© The thinker

Traducción: GARA