Fermin Munarriz
Periodista
IKUSMIRA

Mark, esto es serio

Como serpiente sigilosa y letal, la censura se cuela entre nosotros por las madrigueras de las redes sociales. De nuevo, de la mano de Facebook.

La fotografía de “la niña del napalm" es uno de los iconos universales del horror de la guerra. Kim Phuc tenía 9 años aquel 8 de junio de 1972, cuando aviones survietnamitas al mando de EEUU arrasaron su aldea con napalm, una gasolina gelatinosa que llega a provocar temperaturas de 1.200º. Kim huyó del infierno junto a otros niños mientras su ropa ardía y su piel se derretía, literalmente, en una escena dantesca captada por el fotógrafo Nick Ut. Es una de las imágenes más reproducidas de la historia de la humanidad.

Casi medio siglo después, Facebook ha cerrado la cuenta del escritor noruego Tom Egeland por insertar en ella la fotografía, alegando que se trata de un desnudo infantil. Un inmoral desnudo, habrá que deducir de la infecta argumentación del emporio de Mark Zuckerberg, a quien turba más la desnudez de una niña calcinada que la barbarie que lo provocó. ¿Alguien vio en la foto otra realidad que la guerra?

Por fortuna, entidades civiles y políticas noruegas, incluida la primera ministra, han plantado cara con firmeza al abuso de Facebook hasta obligarle a retractarse.

Paradójicamente, 1.600 millones de usuarios de la turbia red, que generan 3.400 millones de euros de beneficios a esa corporación, tienen en sus manos un teclado para impedir que el recorte de las libertades, la censura y la vileza se cuelen como serpiente sigilosa y letal en nuestras vidas. Lo ha advertido certeramente el diario nórdico "Aftenposten" en portada y a toda página: «Mark, esto es serio».