Ion SALGADO
Elkarrizketa
Antonio Turiel
Científico del CSIC

«Hay una burbuja en torno a los hidrocarburos de mala calidad»

Antonio Turiel, científico titular en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, impartió la semana pasada una conferencia sobre la crisis energética en el Museo Artium de Gasteiz y compareció el lunes ante el Parlamento autonómico. Advierte de que las fuentes de energía tradicionales se están agotando. y no se muestra optimista sobre el futuro de las fuentes de energía renovables.

Ha impartido una conferencia sobre el presente y el futuro de la energía y ha comparecido en el Parlamento de Gasteiz. La primera pregunta es obligada, ¿cuál es la situación actual?

Pues es bastante preocupante, porque la producción de petróleo, que es la principal fuente de energía, está cayendo. Desde 2005 la producción se está reduciendo, y se está viendo que los petróleos no convencionales tienen muchas limitaciones y que son muy caros. Por ejemplo, a Estados Unidos le ha salido el tiro por la culata con la apuesta que ha hecho por el petróleo de fracking, porque las empresas se están arruinando. Hay un desfase importante y han anunciado que venden activos y que van a reducir producción.

Por otro lado, estamos viendo que la producción de uranio también está a su máximo posible y que dentro de poco empezará a bajar. Lo mismo pasa con la producción de gas, que se estima que comenzará a caer a partir de 2020. Y la de carbón empezará a bajar sobre 2025. Esto dibuja un panorama en el que las cuatro fuentes de energía más importantes están entrando en fase de declinación.

¿Existe alguna alternativa a las fuentes de energía fósiles?

Las alternativas serían las renovables, pero tienen limitaciones. Se centran en la producción de electricidad, y no solo necesitamos electricidad, ya que, pese a que la electricidad es energía, no toda la energía es electricidad. En este momento en España la electricidad solo es el 20% de las energía que se consume.

Otro problema es que las renovables no pueden generar energía infinita. No es cuestión de poner más molinos, más placas solares o más presas, porque, en el caso de los molinos, unos interfieren con otros. En el caso de las placas solares, también hay un límite de aprovechamiento en función del espacio que ocupan, y, además la energía fotovoltaica tiene un rendimiento muy malo.

Si las renovables no son suficientes, ¿cuál es la solución?

La solución pasa por aceptar que va a haber menos energía. Nunca se puede descartar que en un futuro haya una innovación que genere más energía, pero no parece probable. Las tecnologías de las que estamos hablando hoy en día, como la fusión, los reactores nucleares de cuarta generación, los biocombustibles, las placas solares de alta eficiencia... son cosas que hace décadas que se está trabajando en ellas, y no parece que a corto plazo vaya haber un cambio radical. Creo que lo más sensato es reconocer que vamos a tener una menor disponibilidad de energía, y lo que hay que hacer es reorganizarnos.

¿Por qué el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, afirma que el gas puede ser un combustible de transición hacia fuentes de energía renovables?

Aquí hay bastante confusión. Respecto al fracking, un geólogo canadiense revisó los 63.000 pozos de fracking que había en Estados Unidos y su conclusión era que las empresas que se dedicaban a ese negocio habían perdido 13.000 millones de dólares en 2012.

También hay un informe publicado el pasado mes de julio por el Departamento de Energía de los Estados Unidos, que analiza la evolución financiera de las 127 empresas más grades dedicadas a la extracción de petróleo y gas. El informe muestra que, en el periodo que va desde 2013 a 2014, las empresas perdieron 110.000 millones de dólares. Llevan cuatro o cinco años perdiendo dinero, y, en parte, cubren el agujero vendiendo activos y endeudándose. Incluso han recurrido a créditos para arrojar dividendos.

Esto es muy grave. Es una huida hacia delante y demuestra que se ha creado una burbuja financiera en torno a los hidrocarburos de baja calidad. Como todas las burbujas, mientras no reviente hay que hacer una propaganda de que esto es fantástico, de que esto es un remedio y de que es la panacea. Y creo que puede acabar reventando en los próximo meses o un año como mucho, y cuando reviente va a hacer mucho daño, porque puede provocar una recesión económica a escala global.

¿Y a qué se debe la insistencia de Madrid?

Hay un problema de desinformación que puede afectar incluso a capas ministeriales, porque evidentemente hay un lobby muy fuerte que tiene intereses económicos. Hay que pensar que las empresas que venden el equipamiento y la tecnología sí que ganan dinero. La empresa que se tiene que encargar de comercializar el hidrocarburo es la que va a tener un problema.

Además, el problema es que ya no queda nada más y se recurre a los esquistos que se habían descubierto hace 30 años, y que no se explotaban porque había cosas mejores. El motivo principal es que estamos en las últimas y se busca cualquier cosa.

Algunos informes alertan de las fugas de metano provocadas por el fracking. ¿Es una amenaza medio ambiental?

Sí, porque en un periodo de cinco años el gas metano tiene una capacidad de efecto invernadero superior a otras sustancias. Tiene un impacto apreciable. El uso del fracking también puede contaminar los acuíferos, y se pueden desencadenar terremotos de cierta importancia en determinados lugares. Además, en algunos sitios, donde geológicamente las formaciones son más antiguas, el gas puede mezclarse con radón, que es un gas radioactivo y químicamente inerte. No creo que nadie quiera cocinar con un gas que emite cierta radiación.