La consejera de Economía y Hacienda, Lourdes Goicoechea, ha comparecido ante los medios para dar cuenta del anuncio y ha justificado la decisión por el hecho de que, si se hiciese efectivo el ingreso del 100% de los ingresos provenientes de la venta de futbolistas, el club no tendría dinero para hacer frente al pago de las fichas de la plantilla y técnicos, con lo que el 31 de julio descendería a Segunda B, «un daño mayor para las arcas forales, ya que no podría hacer frente a la deuda existente».
A ello se une el hecho de que la Liga de Fútbol Profesional (LFP), tras reunirse esta semana con representantes de la gestora rojilla, les comunicó que utilizará los 4,5 millones que le corresponden al club en calidad de primer plazo de la ayuda al descenso como garantía del pago de la cantidades que le faltan abonar a plantilla y técnicos, para que estos retiren las denuncias interpuestas.
Una vez desbloqueadas ambas situaciones, todo apunta a que hoy por la tarde, y tras su habitual reunión vespertina, la gestora anuncie el nombre del nuevo técnico de Osasuna para la próxima temporada que, casi con toda seguridad, será el del exjugador y extécnico rojillo Jan Urban, después de que el Alcorcón no haya permitido la salida de José Bordalás sin la necesidad de pagar una indemnización.

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