«Zentsura, putzura!», han gritado los payasos. Pirritx, Porrotx y Marimotots debían haber actuado el pasado día de San Saturnino en Iruñea. Pero el Ayuntamiento les vetó. Primero dijo que había irregularidades en la contratación, pero luego la concejal María García-Barberna hubo que desdecirse. El propio Consejo de Navarra (el principal consultor jurídico de Nafarroa) vio «improcedente» que se anulara la contratación. Se trataba de un caso de censura política, puro y duro. El alcalde, Enrique Maya, acabó reconociéndolo abiertamente, asegurando que mientras tenga la vara de mando no contratará jamás a estos payasos.

La reacción a este veto fue de enorme indignación. Madres y padres lanzaron duras críticas al alcalde por privarles de un espectáculo que había cosechado un lleno tras otro en el Baluarte desde que el Ayuntamiento empezó a traerlos con motivo de San Saturnino. En particular, destacó el testimonio de dos padres que narraron el apoyo que habían dado los payasos a su hijo Jare, enfermo de leucemia. La carta se puede leer aquí. 

Los propios payasos decidieron canalizar esta indignación y anunciaron una actuación a modo de desquite con una rueda de prensa en Katakak. Se anunció con el lema «Zentsura, putzura!» y se atrevieron a programarla en el segundo espacio con mayor aforo de Nafarroa (solo superado por el Navarra Arena). El resultado, las gradas del Anaitasuna llenas y también toda la cancha. Al final, todo ha acabado con miles de niños sonriendo.