Surne Bilbao Basket ya tiene su primer trofeo de élite para sus vitrinas.
Surne Bilbao Basket ya tiene su primer trofeo de élite para sus vitrinas. (Konstantinos TSAKALIDIS | AFP)
Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

Surne Bilbao Basket, campeón de la FIBA Europe Cup en el infierno del Palataki

En un estadio lleno desde dos horas antes del salto inicial, los hombres de negro han dominado hasta el descanso, y luego han sido capaces de volver a imponerse cuando el PAOK ha remontado. Un triple de Frey en el último minuto y los tiros libres han decantado el 149-154 final para los de Ponsarnau.

PAOK SALÓNICA 84 (149) - SURNE BILBAO BASKET 82 (154)

¡Bravo por Surne Bilbao Basket! ¡Bravo por saber sufrir en un ambiente terrible ante un rival sobreexcitado que ha puesto la piel de gallina a quien narra y a los más de 8.500 espectadores reunidos con una agresiva animosidad desde dos horas antes del arranque de la finalísima!

Los hombres de negro han llegado a ir con hasta 10 puntos de renta al descanso, pero han tenido que remontar a su vez, cuando el PAOK de Salónica ha conseguido remontar la eliminatoria ya en la recta final del encuentro del Palataki.

Pero entre Pantzar y Harald Frey han logrado decantar la final para las huestes bilbainas, sobre todo con un triplazo del noruego a falta de menos de un minuto, y el temple de los De Ridder y Dragic desde la línea de tiros libres.

Ha sido un día en el que Surne Bilbao Basket ha completado sus 12 pruebas de Hércules, porque hay que recordar que llegaba de la fase previa ante el Neptunas Klaipeda, superando con un triple sobre la bocina al Tofas Bursa y remontando 19 puntos al Dijon en un solo cuarto. Había que llevarse las manzanas doradas del Jardín de las Hespérides para completar esas 12 pruebas, teniendo que superar a un PAOK que ha sido un dragón que jamás se ha rendido, pero que ha caído ante el cuadro vizcaino, que eleva a sus vitrinas su primer título, menor, pero un título, logrado en la élite. Y eso nadie se lo va a quitar. Ni siquiera la experiencia del Palataki.

Salto en el tiempo

¡Para qué mentir! Volar a Salónica ha sido volar también en el tiempo. Sobre todo, era volver a las retransmisiones infernales de los años 80 y 90 del siglo pasado, cuando el niño, aunque asistía asustado a aquellas encerronas, deseaba la oportunidad de vivir aquellas atmósferas desde dentro. Bueno, pues este miércoles 23 de abril lo ha vivido con plenitud, más allá del resultado de la eliminatoria.

Lo vivido en Miribilla hace una semana fue espectacular, con un nivel de mentalización y sobreexcitación de los espectadores, arremangados como nunca en pos de lo que fue la victoria bilbaina por 72-65, muy pocas veces visto. Pero lo de esta semana ha sido un viaje en el tiempo. En parte por el sabor añejo y decadente del «Palataki» –Palacete en griego–, como se conoce al PAOK Sports Arena. Por la rivalidad que, por lo bajini, se pudo vivir con los aficionados bilbainos a lo largo del día, con los aficionados del Aris deseándole los siete males a su eterno rival, mientras insuflaban ánimos a los hombres de negro.

Hostil ambiente en la cancha de Salónica. (Konstantinos TSAKALIDIS | AFP)

El autobús con los jugadores, seguido por el de directivos y prensa, los aficionados entrarían más tarde, han llegado a las 18.30 hora de Salónica, las 17.30 en Euskal Herria. Y ya, amén de un tráfico mucho más denso de lo habitual, la cantidad de aficionados presentes en los aledaños del «Palataki» ha sido ingente, lo que ha esperado adentro, con las gradas casi a rebosar con más de una hora de arranque de la final, ha sido en parte intimidante, en parte confirmatorio. Esto es un infierno griego de verdad.

Faltan 25 minutos, después de minutos y minutos en los que la hinchada del PAOK se ha hartado de cantar a su son, con alguna breve incursión de la valiente hinchada de Surne Bilbao Basket, que se atreve a reafirmarse en su orgullosa inferioridad numérica. No han venido para estar callados, por más que los pitos ahoguen sus gritos. Mientras, los rollos de papel higiénico vuelan cuando el equipo local sale a hacer la penúltima rueda de calentamiento, en una atmósfera extrañamente viciada por el... humo del tabaco. Aquí, damas y caballeros, se fuma. Esto no es el 23 de abril de 2025, sino cualquier día del año 1988 o 1991, o parecido. Aquí el baloncesto irrita los sentidos desde mucho antes de que se lance el balón al aire. Es un día de sudor, de linimento, de vendajes compresivos y de coreografías a pleno pulmón, donde hasta los niños se quitan la camiseta. Entra Bilbao Basket y arrecian nuevos pitos.

No va más

Con la incursión a última hora de Rabaseda y Hlinason, Surne Bilbao Basket ha conseguido darle algo de experiencia a su plantilla para esta cita con su historia. No obstante, la hora de la verdad no conoce de pasaportes, sino del aquí y del ahora, que es cuando se lanza el balón al aire y al final gana uno, sea el que sea. Los hombres de negro han saltado con siete puntos de colchón, pero en vista de la encerrona preparada, no era un escudo al que agarrarse.

Y la primera canasta, triple de Harald Frey, y la segunda, dos tiros libres para Marvin Jones que el estadounidense ha hecho valer. Como ocurriera en Miribilla en buena parte del partido de ida, tanta sobreexcitación ambiental ha acogotado en principio a los locales.

Cinco puntos de Henderson y un tapón sobre Marvin Jones ha despertado a los jugadores y reimpulsado a los aficionados. Mientras, los árbitros también han iniciado su partido de zapa, pitándole la segunda falta a Jones en un bloqueo muy sospechoso, preludio de que Upson haya desaprovechado la opción de igualar el partido dejándose un tiro libre en la gatera.

El cambio de Syllla por Jones ha dejado al descubierto un agujero en la pintura que Upson ha aprovechado con mates para poner al personal en pie, pero entre AbdurRahkman y Rubén Domínguez han aguantado a raya a un PAOK siempre a contrarreloj. Sea como fuere, un parcial de 5-0 ha puesto a los helenos por primera vez por delante, pero siempre con ventajas exiguas, al punto de que cada intento de remontada local ha encontrado respuesta, como la canasta de De Ridder que ha cerrado el empate a 24 de los diez primeros minutos o los cuatro puntos de Hlinason.

Melwin Pantzar ha sido reconocido como mejor jugador. (Konstantinos TSAKALIDIS | AFP)

Y tanto que ha seguido cantando el Palataki, pero parcial de 0-6 para Bilbao Basket, con cinco puntos de Tomasz Gielo y minutos para Rabaseda, Hlinason y el propio ala-pívot polaco, con Pantzar y Abdur-Rahkman cumplimentando el quinteto de un Bilbao Basket con velocidad de crucero ante un rival que ha empezado a dejarse algunos tiros, incluyendo lanzamientos libres, en la gatera. Un segundo triple de Tomasz Gielo –«no concibo salir a ganar en Miribilla y defender el resultado fuera, sino que prefiero ganar los dos partidos», dijo– ha elevado el parcial a 1-9, obligando al técnico Massimo Cancellieri a pedir tiempo porque el partido se ha puesto 25-33; es decir, ¡15 puntos de renta en la eliminatoria para Bilbao Basket!

Reynolds ha querido tomar las riendas del cuadro tesalonicense, pero Bilbao Basket ha sabido aguantar el envite, en buena medida porque el «tam-tam» de la grada ha concentrado más y mejor a los de Ponsarnau, a pesar de los eventuales errores. Un triple de Zoran Dragic ha puesto el 29-38 y el PAOK ha empezado a dudar, aunque un triple y un robo de Papadakis ha devuelto la fe a los de Cancellieri, convertidos los tiros libres posteriores por Bartley.

Pero Bilbao Basket ha vuelto a la carga con un parcial de 0-7, incluyendo el tercer triple de Frey y una penetración de Pantzar para el 34-45. El dominio reboteador ha sido totalmente bilbaino y hasta ha empezado a escucharse a la afición bilbaina por encima del «tam-tam» local.

Y en ese frenesí final han llegado las últimas canastas de Pantzar, contrarrestando a un mate de Forrester, o la gran defensa de Rubén Domínguez sobre Reynolds para cerrar la primera mitad con 39-49 y con la hinchada helena apurando la merienda-cena, en silencio por primera vez desde las 18.00. ¡17 puntos de renta para los hombres de negro!

Vencer o morir

El PAOK de Salónica no se iba a rendir, obviamente, y ha saltado a la cancha con voluntad de vencer o morir, mientras que un cordón policial se ha interpuesto entre la afición bilbaina y la helena, por si acaso.

Y mientras, el cuadro heleno ha engarzado un parcial de 5-0, apretando su defensa más que nunca en un esfuerzo defensivo total, aunque un triple de Pantzar ha atemperado esos ímpetus, así como el trabajo defensivo bilbaino. En ese sentido, el desgaste de De Ridder y la sapiencia de Hlinason han sido vitales, había que sufrir. Bartley y Kreuser han guiado otro parcialito de 4-0 y Pantzar ha empezado a intentar decidir demasiado solo. Así las cosas, el PAOK se ha echado encima, igual que el público del Palataki, gritando todavía más fuerte. 

Y más que ha gritado cuando un mate de Henderson, superando a Domínguez en el uno contra uno, ha elevado el 55-54 al marcador, empezando así a remontar el 72-65 de Miribilla durante un instante, todavía con más de tres minutos y medio para acabar el tercer cuarto. Luego de un parcial de 16-5 el cuadro tesalonicense ha vuelto a la vida, obligando al tiempo muerto de Jaume Ponsarnau.

Un triple acrobático de Abdur-Rahkman ha parecido apaciguar el ímpetu local, pero Grandison ha aparecido al rescate con un par de canastas que han devuelto la ventaja en el marcador. Ponsarnau ha querido templar gaitas metiendo a Rabaseda, Gielo y Marvin Jones en la ecuación, cerrando así el cuarto con un parcial de 24-12, para un marcador de 63-61, suficiente para ser campeón para Bilbao Basket. Pero a falta de un cuarto.

Un «alley oop« para Marvin Jones han sido buenas noticias, pero el posterior parcialito de 4-0 local, más la cuarta falta de Abdur-Rahkman, ya no tanto. Ponsarnau se la ha jugado con el escolta norteamericano ante la falta de amenaza de Dragic y Rabaseda y entre «Mars Attacs» y De Ridder han ido aguantando los arreones helenos. Pero tanto ha ido el cántaro a la fuente, que un triple de Kreuser ha puesto el 74-67; es decir, ha igualado la eliminatoria, con cuatro minutos y medio largos por jugarse.

Tiempo muerto de Jaume Ponsarnau y dos bases a a cancha, pero Pantzar ha hecho falta en ataque y le ha dado al PAOK una primera oportunidad de adelantarse en el marcador global. Si no quieres caldo, ¡toma dos tazas! Ruido y furia y magia en el Palataki, debiendo pelear hasta la extenuación. Kreuser ha errado esta vez y Abdur-Rahkman ha arreglado sus pérdidas volando para recuperar la bola, aunque ha disparado al canto del tablero. Muchos nervios.

Con el público al borde del campo, le han sacado la quinta falta en un «dos más uno» de Katsivelis, «dos más uno» replicado por Fey a la siguiente jugada: 77-70 a falta de tres minutos y fallo de De Ridder en la bandeja a la contra. Los dos equipos en bonus de faltas, por lo que los tiros libres se iban a convertir en claves del triunfo de uno u otro.

Henderson la ha fallado debajo del aro y Pantzar ha regresado a la «línea de los suspiros» para volver a poner a Bilbao Basket por delante en la eliminatoria: 79-74. Por desgracia, Katsivelis ha tenido tres tiros en el siguiente viaje, pero el internacional heleno ha anotado dos, con lo que todo ha regresado al empate.

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Un empate que Frey ha roto a falta de un minuto con un triplazo, seguido de un rebote defensivo de Marvin Jones que además ha tenido dos tiros libres, aunque ha errado los dos a 41 segundos. Reynolds se la ha jugado a la media distancia pero ni él ni el palmeo de Kreuser han logrado convertir y Zoran Dragic se ha hecho con la bola para, este sí, darle casi la puntilla a la final. Casi, porque el esloveno ha metido una, ¡pero qué una! 81-78 a 14,5 segundos, a cuatro puntos de diferencia global. Tiempo muerto local y el típicamente gafe «¡Sí, se puede!» se ha escuchado perfectamente en un Palataki algo lóbrego por primera vez, aunque nunca en silencio.

Bartley, bien punteado por Rabaseda, ha fallado su triple y De Ridder, pese a los cien mil manotazos recibidos, ha apresado el balón con el alma. Henderson y Upson en el bando local, eliminados, y tiros libres para el belga, que no ha perdonado: 81-80 a 8,5 segundos.

¡Surne Bilbao Basket, campeón de la FIBA Eurocup! El Palataki ha dedicado una canción casi de despedida a los suyos, con el único deseo de que no hubiera altercados. Triplazo de Bartley y tiros libres que convierte Dragic para el 84-82 final. Es decir, para el 154-149 final. Un título quizá menor, pero un título de élite en todo caso, descansará en las vitrinas de Surne Bilbao Basket. Y lo ha hecho robando las manzanas doradas del Jardín de las Hespérides. Hércules ha completado sus 12 pruebas.

FICHA DEL PARTIDO

PAOK: Henderson (8), Upson (5), Bartley (17), Reynolds (12) y Kreuser (12) –quinteto inicial–, Katsivelis (9), Grandison (13), Forrester (5) y Papadakis (3).

BILBAO BASKET: Harald Frey (17), Abdur-Rahkman (10), Zoran Dragic (4), Thijs De Ridder (8) y Marvin Jones (6) –quinteto inicial–, Melwin Pantzar (17), Rubén Domínguez (3), Tomasz Gielo (5), Tryggvi hlinason (7), Xavi Rabaseda y Amar Sylla.

Parciales: 24-24, 15-25, 24-12, 21-21.

Árbitros: Rosso (Francia), Liszka (Polonia) y Gedvilas Lituania). Han eliminado a los locales Henderson y Upson y al bilbaino Abdur-Rahkman.

Incidencias: 8.500 espectadores en el PAOK Sports Arena de Salónica, con algo más de un centenar de aficionados bilbainos y un número inc ontable de aficionados helenos sin entrada. Cazalon y Kullamae han sido los descartados, mientras que Rabaseda y Hlinason han sido dados de alta.