Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

Los usos de La Bretxa generan fricciones entre EH Bildu y el Gobierno municipal de Donostia

La coalición soberanista, que respaldó al Ayuntamiento para recuperar el mercado como bien público, discrepa sobre la propuesta de abrir un restaurante en la primera planta o de ubicar dentro del edificio Pescadería a las baserritarras, que consideran que en el exterior tendrán mayor visibilidad.

Las baserritarras se iban a ubicar originalmente en la trasera del edificio Arkoak, y no en el interior de Pescadería.
Las baserritarras se iban a ubicar originalmente en la trasera del edificio Arkoak, y no en el interior de Pescadería. (I.I.)

El uso de algunos espacios del futuro mercado de La Bretxa viene siendo motivo de tira y afloja entre EH Bildu y el Gobierno Municipal de Donostia. La coalición soberanista ha ofrecido este jueves una rueda de prensa para lamentar que el proyecto oficial «prioriza la gestión privada y la actividad hostelera, dejando de lado las necesidades históricas del barrio y del sector primario».

En concreto, el caballo de batalla es la propuesta de Fomento de ubicar en la primera planta un restaurante-escuela, que tendría el mismo horario que el mercado –no ofrecería cenas– y que daría empleo a personas con dificultades de inserción laboral.

Este espacio cuenta con un hueco central, rodeado por una barandilla, que da sobre la calle principal del mercado, y en su día se apuntó que se destinaría a la promoción del producto local, con exposiciones, degustaciones y otros eventos.

La concejal Itziar Iturri ha recordado que EH Bildu apoyó a la coalición de gobierno en su apuesta por recuperar la gestión de La Bretxa de manos privadas, pero que «las condiciones fueron garantizar el carácter público y que los espacios generados se destinaran al barrio. Quedó claro, y así se acordó, que al ser la Parte Vieja una zona saturada, la hostelería no tendría cabida en este proyecto».

Cooperativa de consumo

«Para la primera planta del edificio Pescadería, hemos planteado actividades económicas sostenibles, vinculadas al primer sector, al mercado y al comercio local. Entre ellas, propusimos en marzo la creación de una cooperativa de consumo basada en los baserritarras, la filosofía kilómetro 0 y el comercio local», ha subrayado Iturri.

Por su parte, el portavoz Juan Karlos Izagirre ha considerado «sangrante que se planteen cosas así precisamente en el corazón de la Parte Vieja; y una vez más preguntamos: ¿no hay acaso zona más apropiada en la ciudad para este tipo de planteamientos, consensuados previamente con el vecindario, regenerando zonas degradadas y reactivando barrios que lo necesitan?». Un argumento que se ha venido aplicando también respecto a la construcción de la nueva sede del Basque Culinary Center en Gros, en vez de hacerlo en otro barrio.

La concejala de Fomento, Ane Oyarbide, ha defendido que este proyecto de restaurante-escuela «pondrá en valor la gastronomía local tradicional, así como el producto de los propios asentadores y baserritarras». Además, ha remarcado que ofrecerá «oportunidades de empleo y formación a perfiles con dificultad, siguiendo el modelo del albergue de Uba» y que con «un aula de formación y espacios polivalentes» en los que llevar a cabo cursos, charlas, talleres u otras actividades. 

La ubicación de las baserritarras

Otro de los puntos de fricción es la ubicación de las baserritarras, que actualmente se encuentran bajo una carpa de plástico. En su día se acordó colocar sus puestos en la trasera exterior del edificio Arkoak –el que da hacia el Boulevard–, donde se construiría una visera para proteger los puestos de las inclemencias climatológicas.    

Sin embargo, el Consistorio decidió hace unos meses que se instalen –contra la voluntad de las afectadas– en el interior del edificio Pescadería, junto con el resto de los puestos del mercado, ya que hay espacio para ellas. «Las y los baserritarras quieren estar en la plaza pública, visibles, no escondidas en un espacio cerrado», ha remarcado Izagirre.

También ha criticado que las nuevas medidas de movilidad han dificultado las tareas de carga y descarga, al tener cerrada la calle San Juan y tener que trabajar en las plazas que hay en la calle Aldamar, que «no cumple con las condiciones necesarias para poder realizar ese trabajo».

Izagirre ha exigido que las medidas se adapten teniendo en cuenta las necesidades cotidianas de las personas que trabajan día a día en la zona y que «no se priorice la comodidad de turistas y visitantes en detrimento de un sector estratégico».