Kazetaria / Periodista

Un día en Donostia buscando (y encontrando) a Nanni Moretti

El pluripremiado director de cine italiano ha estado grabando parte de su próxima peli en la capital gipuzcoana. Hemos podido ‘infiltrarnos’ en el set, bastante abierto por otro lado, en el Palacio Miramar.

El rodaje en Miramar, ante el ‘marco incomparable’ donostiarra, con Moretti en la tienda negra de la parte inferior del jardín.
El rodaje en Miramar, ante el ‘marco incomparable’ donostiarra, con Moretti en la tienda negra de la parte inferior del jardín. (A.R.)

Esperando al cercano Zinemaldia, en Donostia ya se habla mucho de cine. Se habla... y se rueda. La capital gipuzcoana ha sido durante dos semanas el escenario del rodaje de la nueva película del pluripremiado director italiano Nanni Moretti.

‘Succederá questa notte’ (‘Ocurrirá esta noche’) será estrenada en el Festival de Cannes de 2026 pero ya se han empezado a grabar algunas escenas, en el set del Palacio de Miramar.

Gracias a algunos contactos y siguiendo la pista de informaciones ‘reservadas’, hemos podido entrar de manera informal al set del film, como turistas de la gran pantalla.

Nanni Moretti como Woody Allen

Operación ‘Buscando a Nanni’, podríamos llamarla por tanto. Un Nanni que, sus aficionados ya lo saben, es una persona tremendamente discreta durante los rodajes. Por lo menos desde ‘El caimán (2006)’, su obra que habla genéricamente de Silvio Berlusconi, el hype cuando sale la noticia de una nueva peli es notable.

‘Nannimoretti’ irrumpe en esos casos como una auténtica marca, que se infla mediante rumores, anticipaciones que llegan casi al grado de spoiler pero sin en realidad explicar gran cosa. Una eficaz estrategia comunicativa, aunque donde se puede a veces encontrar un agujero.

Cada rodaje se infla mediante rumores, anticipaciones que llegan casi a ‘spoiler’ pero en realidad sin explicar gran cosa

 

Era un secreto a voces, de hecho, lo del director italiano rodando parte de su nuevo film en Donostia. De acuerdo, sí, pero ¿dónde en la capital guipuzcoana? ¿y cuándo? En estos casos hay que tirar de insider trading, como se diría en la Bolsa; aunque no hace falta tanto si eres italiano y tienes un colega que trabaja como figurante en el mundo del cine. «La semana que viene tengo que ir a Donostia, me han llamado para una peli de un director de tu país», me explica mi amigo, añadiéndome las coordenadas para juntarnos: Palacio de Miramar, desde las 8.45 de la mañana.   

Así que la operación ‘Buscando a Nanni’, que hubiera sido mucho más difícil en otras circunstancias, se va despejando, hasta convertirse casi en una alfombra roja. Solo hace falta ir y pasar un tanto desapercibidos, porque quizás más gente habrá sabido de la cita, que para Donostia es sin duda un honor, como el ‘Rifkin's Festival’ de Woody Allen (2020), ambientada en Zinemaldia.

Ocurre que aquello fue «Woody Allen haciendo el mismo filme de Woody Allen», cambiando simplemente el telón de fondo de la historia. Esto de Nanni Moretti, por contra, es parte de una producción más amplia, con un rodaje que seguirá en Turín y Roma. Como queda dicho, la película se llama ‘Succederá questa notte’ (‘Ocurrirá esta noche’) y está inspirada en algunos cuentos del escritor israelí Eshkol Nevo, ya fuente de inspiración del director italiano para ‘Tres pisos’, su obra de 2021.

Nanni Moretti, en Cannes en 2023. (Löic Venance | AFP)

Ojalá el resultado sea mejor que el de ’Tres pisos’, uno de los peores trabajos de Nanni según diversos críticos y también para mí, como convencido ‘morettiano’. Además insistir con el escritor israelí en este momento histórico, aunque Moretti siempre haya defendido a Palestina y atacado a Israel, parece bastante raro.

Sea como sea, este supondrá el largometraje número 15 en la carrera del ganador de la Palma de Oro en Cannes en 2001 con ‘La habitación del hijo’.

«Una especie de Almodóvar»

Palacio de Miramar, segunda semana de rodaje en Donostia. Pleno sol, perfecto para grabar. Abajo, al otro lado de la bahía, las traineras para la Bandera de la Concha que empiezan a llegar. Ambiente inmejorable. ‘Succederá questa notte’ allí arriba, las cámaras y todos los demás instrumentos colocados en la explanada, en frente del Palacio. Se puede entrar tranquilamente, pensaba encontrar más protecciones.

Mi amigo figurante está ya maquillado, su papel es curioso: el episodio que se está rodando es parte de una «peli dentro de una peli», con actores vestidos de época.
«Motore» y «Motor’» en italiano y en castellano; «Todos quietos», «Geldi denok», en castellano y en euskara para impedir el mínimo movimiento.

Se empieza a grabar, una mujer baja a saludar probablemente a una amiga, luego un hombre y una niña, se entiende lo justo. Y, desde un punto que podría parecer lejanísimo, un «¡Stop!». Es la voz de Nanni Moretti, que sale de una tienda enorme, negra, desde donde está viendo todo, controlando cada movimiento de cámara, cada matiz de los actores.

Camisa verde botella, pantalones de fustán de un verde aún más oscuro, el director romano sube la ligera cuesta de la explanada para corregir a los actores, guion en la mano, el ruido de la gravilla que se mueve con los pasos. «Tienes que estar más enfadada». Luego vuelve al ‘campamiento’ y sus colaboradores alzan la voz: «La hacemos de nuevo, todos a su sitio». Es el cinema, un reinicio continuo, el arte de juntar piezas que tomadas por separado no significan nada.

Oigo hablar italiano, la producción es italo-francesa: «Aó, questi so' venuti a vederse er film gratis». Más que italiano, puro acento romano, no hace falta quizás traducción. Unos trabajadores observan que la gente, unas 20 personas, ha llegado a la explanada del Miramar, pero no todos están realmente interesados en la grabación. Con el sol que pega, empieza a oler a crema solar.

«¿Italianos? Mama mia, ma che cossa!", bromea una señora rubia, haciendo el típico gesto con las dos manos con forma de cono. En su caso está allá claramente de turista. Otro, un hombre euskaldun que se ocupa de los atrezos, me pregunta: «Nor da, Mario Moretti?». Y yo: «Ez, Mario Moretti Brigatte Rosseko burua zen, hau zine zuzendaria da». Nanni, concretamente.

Moretti sufrió un infarto que nos dejó preocupados a todos sus admiradores y que ahora está allí, puro artesano del cine, lijando y cortando, y también alejándose un rato cuando se siente cansado

 

A las 13.00 llega el tiempo de comer, para estos italianos que no tienen los mismos horarios de los locales, por cierto. ¿Quién manda aquí? Se procede por turnos, los figurantes más tarde, con más tranquilidad. Mientras tanto el sol, al más puro estilo vasco en esta época, empieza a amortiguarse hasta que llegan las nubes, sobre las 16 o así. «¿Nanni Moretti es famoso?», «Yo no lo conocía», «Entonces ¿quién es, una especie de Almodóvar?». Así son los diálogos entre los trabajadores locales, los figurantes y parte de los italianos.   

El cansancio del artesano

Pobre Moretti, que hace algunos meses sufrió un infarto que nos dejó preocupados a todos sus admiradores y que ahora está allí, puro artesano del cine, lijando y cortando, y también alejándose un rato de la realidad cuando se siente cansado. «Nanni, Nanni, Nanni», vienen los colaboradores a por él, el responsable de la fotografía, de las luces, de todo, y él sentado en una silla portátil, en el punto más bajo de la explanada, al lado de su tienda negra.

Es la hora de acercarse, de animarle, él me parece extremadamente agotado, y nadie me controla, estamos en una pausa del rodaje, los actores han ido a maquillarse de nuevo, dentro del Palacio de Miramar donde les espera el equipo de peluqueros o simplemente unas sillas para descansar.

La idea loca que tengo es de alguna manera darle a Moretti un pastel vasco y hacer un mini-sketch recordando una de sus obras maestras, de 1984, donde el mismo Nanni interpreta a un hombre maniaco del control, con ideas extraña sobre el sentido y la filosofía de los diferentes postres: «Al Mont-Blanc no le puedes quitar la nata, se mantiene sobre un equilibrio delicado, no es una Sachertorte» [un pastel de chocolate típico de Austria]. Sacher, por cierto, es el nombre de la productora de Moretti. ¿Qué podría opinar de un euskal pastela?

«Ánimo Nanni, que aquí el sol se va muy rápido», me acerco y le digo simplemente, al final nada de sketch. «Grazie, me ne sono accorto». Me ha respondido, con una media sonrisa: «Gracias, me he dado cuenta».

Son las 16.30 más o menos, puede ser que la jornada siga todavía hasta el atardecer pero yo con eso ya me siento feliz. Misión ‘Buscando a Nanni’ cumplida. Para el resultado de lo que se rueda habrá que esperar a la gran pantalla.