TERESA MOLERES
SORBURUA

Finas hierbas

En la huerta, en el balcón o en el alféizar de una ventana, plantadas junto a otras verduras, podemos cultivar hierbas culinarias o aromáticas, y así las tendremos al alcance de la mano y de la cocina. En el huerto se combinan plantas de colores y aromas diferentes, y asociadas a otras de parecidas propiedades, como una hilera de eneldo de umbelas amarillas rodeando las filas de la plantación de coles, patatas, cebollas y lechugas. Otra fila con ruda R. officinale para que con su olor aleje limacos, ratoncitos y moscas. Tiene un follaje verde brillante con flores amarillas. Pinzar los tallos florales en primavera para mantenerla compacta. Recordar que para nosotros, humanos delicados, es tóxica y puede producir alergia al manipularla. Una hilera de tomillo al lado de berzas alejará a los pulgones.

Las finas hierbas tienen caprichos, como todas las plantas, y les gusta la luz y el sol, y el terreno bien drenado y ligero. Los riegos, mejor por la tarde. Hay que formar asociaciones entre ellas y otras verduras para alejar a sus enemigos, y pinzar los extremos de los brotes para alentar su ramificación. Por último, en el caso de las aromáticas frioleras, necesitarán protección en invierno. En cuanto a lo que no les gusta, mejor dicho detestan, son los cortes o podas antes del invierno, la tierra arcillosa y húmeda, y la proximidad de las malas hierbas, además del exceso de fertilizantes y los tratamientos fitosanitarios.

Contamos con hierbas finas no demasiado conocidas en nuestra cocina que, además de por sus propiedades culinarias, escogeremos por su carácter ornamental, como las salvias: una variedad con hojas violetas se utiliza para aromatizar la carne, y la del follaje tricolor se usa en infusión o en salsa por sus virtudes estimulantes. También tenemos el orégano de colores, con hojas de bordes amarillos y aromas a menta, pimienta y limón, apropiado para estimular el gusto de pizzas, parrilladas y pescados.

Además, está la angélica con inflorescencias grandes color vino, que es utilizada en pastelería una vez confitada. Agastache, con aromas de menta y regaliz, cuyas flores están muy ricas en ensalada. Y la albahaca o basilisco “Rubin”, de hojas color púrpura con ricos aromas a nuez moscada, anís y clavo, es perfecta para combinar con tomates.