GARA
BERLÍN

Muere Günter Grass, figura literaria de espíritu incómodo

El escritor alemán Günter Grass, fallecido ayer en la ciudad alemana de Lübeck, fue una de las figuras fundamentales de la literatura contemporánea europea, siendo autor de obras críticas de una marcada índole política. Como legado deja una extensa biblioteca, de la que se podrían destacar «El tambor de hojalata» y «El rodaballo».

Günter Grass deja una de las obras literarias más representativas y polémicas de la era contemporánea. El Nobel de Literatura murió ayer a los 87 años de edad en la cuidad alemana de Lübeck. Nacido en 1927 en Gdansk, se lanzó a la escritura después de haber recibido una sólida formación como escultor y dibujante. Sin embargo, no acabó sus estudios de bachillerato y se convirtió en un modelo de autodidacta: lector, amante de la Historia y con gran conocimiento de los autores alemanes de la época. No obstante, antes de dedicarse a la escritura trabajó en el campo como peón y en una mina de potasio como minero. A finales de los 40 se convierte en tallista de lápidas sepulcrales, pero posteriormente ingresa en la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf, donde aprende, sobre todo, escultura.

En Berlín se convirtió en alumno de Karl Hartung y comenzó a escribir poesía. En esa época, como decía el autor, sus dibujos y poemas se alimentaban de una misma tinta. Tuvo, además, una notable participación en el Grupo 47 de escritores alemanes.

Con su primera mujer Anna, bailarina, –se casó por segunda vez en 1979 con la organista Ute Grunert– se traslada a París, donde escribe en un par de años y en condiciones muy difíciles “El tambor de hojalata”, que, en 1959, lo hará famoso al convertirse en una de las cumbres de la literatura europea contemporánea.

Esta obra compone, junto con “Años de perro” y “El gato y el ratón” (1999) la denominada “Trilogía de Danzig”. A estas obras hay que añadir en narrativa “Anestesia local” (1969), “Del diario de un caracol” (1972), “El rodaballo” (1977), “Encuentro en Telgte” (1979), “Partos mentales” (1980), “La Ratesa” (1986), “Malos presagios” (1992), “Es cuento largo” (1995), “Mi siglo” (1999) y “A paso de cangrejo” (2002).

Testigo de su época en permanente lucha contra el silenciamiento del pasado, entre su producción de carácter ensayístico y autobiográfico destacan “Pelando la cebolla” (2006), “La caja de los deseos” (2008), “Grimms Wörter” (2010), “El burgués y su voz” (1974), “Escribir después de Auschwitz” (1990), “Obra ensayística completa” (recopilación 2004-2005) y “De Alemania a Alemania” (2009).

Política

La literatura política fue uno de los puntos fuertes de su obra y también la más polémica. En esa vertiente escribió textos como “Alemania, una unificación insensata” (1989), “Discurso de al pérdida” (1993) o “Sin voz” (2000), en defensa de las etnias gitanas europeas roma y sinti.

Una de las polémicas más sonadas de su vida llegó con la revelación realizada en la autobiografía “Pelando la cebolla”, donde reconoció que a los 17 años se alistó en una unidad de las SS. Tras la Segunda Guerra Mundial, no obstante, su compromiso político se afanaría en distanciarse del joven nazi que había sido.

Defensor de escritores perseguidos, como Salman Rushdie, pidió a las autoridades de su país que sancionaran al Gobierno de Irán por la condena a muerte del autor de “Los versos satánicos”.

Asimismo, criticó con dureza en 1997 el suministro alemán de armamento a Turquía y la denegación de asilo al pueblo kurdo.

En 2011 publicó “Grimm Wörter”, obra dedicada a los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm, sobre todo en su condición de lingüistas. El libro fue definido por Grass como «una declaración de amor al idioma».

A comienzos de abril de 2012 publicó el poema “Was gesagt werden musa” (“Lo que hay que decir”), en el que Grass acusaba a Israel de poner en peligro la frágil paz mundial con su potencial atómico, así como plantearse un ataque a Irán capaz de aniquilar a su población.

La reacción del Gobierno israelí fue declarar a Grass «persona non grata», acusarle de antisemitismo y recordar su confesión de que a los 17 años había servido en las Waffen-SS.

También escribió obras para teatro, entre las que destacan “Faltan veinte minutos para Buffalo” (1958) y “Los plebeyos ensayan la rebelión” (1966). En poesía, fue autor de libros como “Poemas” (recopilación, 1994), “Últimos bailes” (2003), “Lírico botín” (recopilación, 2006) y “Payaso de agosto” (2007). Otras obras destacadas son “Sacar la lengua” (1988), “Madera muerta” (1990), “Hallazgos para no lectores” (1997), “Acuarelas” (2001) y “Cinco decenios” (2001).