Joseba VIVANCO
Elkarrizketa
MARIO GARCIA
AUTOR DEL BLOG «PORTEROS VASCOS DE LEYENDA»

«Muchísimos pasaron de puntillas pero ayudaron a forjar al portero moderno»

Lleva muchos años dedicado a la enseñanza de porteros. Desde hace dos temporadas lo hace en el fútbol base del Romo-Arenas, y lo compagina con los arqueros del CD Galea de Preferente. Pero su pasión por los tres palos le llevó a crear en su día un blog sobre historias de guardametas vascos y tras recopilar datos sobre casi 400 de ellos, ahora le gustaría verlo plasmado en un libro.

La leyenda de los porteros vascos’’, le gustaría que se titulara el libro que ha preparado, en el que detalla nombres de decenas y decenas de ellos, conocidos o no, pero cada uno con su historia y trayectoria. Empezó por los ‘fáciles’ y poco a poco se sorprendió de la cantidad de porteros vascos que militaron en las grandes categorías.

¿Existe desconocimiento sobre la gran cantidad de porteros vascos que ha habido, al margen de los más conocidos o famosos?

Realmente creo que sí, porque a pesar de esos que son más o menos famosos, existen muchísimos otros que han pasado de puntillas por la historia y que han ayudado a forjar de una manera u otra las bases del portero moderno que ahora conocemos. Ha sido un trabajo arduo dar a conocer a todos ellos y me ha costado horrores en la inmensa mayoría de los casos recopilar su historia, ya que desgraciadamente la información es muy escasa.

¿Y cómo se las ha apañado?

Me han ayudado los libros que he ido comprando en este largo periplo, revistas antiguas, el ‘bendito’ Internet… También han aportado muchísimo, cómo no, muchos amigos y familiares de los propios guardametas que me han escrito en el blog y me han aportado gran cantidad de información de primera mano, valiosísima para mí. Lo cierto es que es muy gratificante cuando desde muchísimas partes del planeta estos amigos o familiares te dan las gracias o te corrigen algún dato erróneo, te mandan fotografías e interactúan contigo. También algún que otro guardameta se ha puesto en contacto y no perdí la ocasión de hacerle una entrevista; ha sido maravilloso poder hablar con ellos y debatir y recordar anécdotas... una pasada.

Historias las habrá de cada uno de ellos, historias llamativas más allá de las de los grandes porteros que todos conocemos...

Muchísimas historias y anécdotas que he podido recopilar a lo largo de estos años. Y como digo aparecían guardametas de los que yo, que soy un enamorado del mundo de los tres palos, no tenía noticia. He ido rellenando páginas sorpresa tras sorpresa, de anécdotas, unas curiosas, otras divertidas... Hay que tener en cuenta que no es como hoy, la mayoría llegaban ya en una edad avanzada a jugar, provenían de otros deportes o profesiones. Había pelotaris, dantzaris, ciclistas, carniceros, torneros, otros reconvertidos un día que falló al partido el titular y ya nunca abandonaron la portería.

¿Alguna o algunas de esas historias en particular?

Hay alguna más curiosa que otra, pero en general todas ellas tienen mucho interés. Una que me llamó mucho la atención fue la de Juanito Alonso, que ganó seis Copas de Europa con el Real Madrid, amén de otros títulos. Oregui y Ulacia, que eran como un ‘pack’, siempre juntos alternándose la portería de Las Palmas. El caso de Ignacio Eizaguirre, que provenía del Barakaldo y acabó jugando en México, donde le llamaban el “chavo gordo” porque estaba pasadísimo de kilos...

El padre de Gaizka Mendieta también fue portero. Todas las sagas de padres e hijos como los Emery –abuelo y padre del actual entrenador del Sevilla– o los Eizaguirre, de los que hay una anécdota muy divertida a cuenta de unas morcillas de su carnicería que llevó el padre, ya retirado, en el descanso de un partido al vestuario cuando su hijo apenas jugaba, y Pío, el portero titular, se empachó teniendo que salir a jugar su hijo Ignacio Eizaguirre y nunca más dejó los tres palos. O los Cedrún, antes y después del ‘Txopo’ y a los que Iribar relegó como a tantos otros al banquillo y que también tienen un familiar, hermano y tío, que también jugó de portero en el Barakaldo y del que muy poca gente conoce de su existencia, Serafín Cedrún. Un malogrado para el fútbol como Chillida a causa de una lesión y que luego se convirtió en un grandísimo artista dominador de muchas disciplinas. Y un sinfín de curiosidades poco conocidas para el gran público...

Y tras el blog, llega el libro para el que busca editorial...

Pues sí, llevaba mucho tiempo dándole vueltas y al final he conseguido terminarlo, a la espera de que alguna editorial se interese por él y lo publique. Están todos o casi todos, aunque no haya encontrado gran cosa sobre alguno de ellos. Estos pasan a englobar el capítulo de los ‘desaparecidos’. Son guardametas de los que únicamente he conseguido una simple fotografía o muy pocos datos que mostrar. El libro lo he dividido en varias secciones, los alaveses guipuzcoanos, navarros y vizcainos. En otra sección hablo de los ‘casi vascos’, porteros que a pesar de no nacer aquí jugaron muchísimos años entre nuestros equipos, como es el caso de Nito Bagur, que jugó en la Real Sociedad, o el apodado ‘el vasco’ Madinabeytia, que jugó en el Atlético de Madrid y sus apellidos de origen euskaldun le han aupado a las páginas del libro. Y ¡cómo no! un capítulo dedicado a las mujeres, aunque desgraciadamente si con los hombres tuve dificultades, con las féminas se multiplicó por mil y no son muchas las que aparecen.

Pero están presentes también...

Sí, he querido dar constancia de su trabajo en nuestro fútbol y del inmenso mérito que han tenido, enfrentándose a una sociedad mayormente machista en la época. Afortunadamente todo eso está cambiando y ya se las ve como lo que son, grandes deportistas, aunque lamentablemente aún no se les reconozca económicamente.

La pregunta obligada, ¿por qué tantos y tan buenos porteros vascos? No sé si hay otro lugar no ya en el Estado español sino fuera donde haya una cuna tan grande de guardametas...

Siempre ha habido grandes hipótesis, que creo que pueden ser acertadas. Una, el clima, casi siempre húmedo y con los campos embarrados que hacían porteros curtidos en mil batallas. Otra, la de que la inmensa mayoría jugaban a pelota o a pala en nuestros frontones lo que les daba un plus en reflejos, y otra, los entrenamientos en nuestras playas, que hacían guardametas de piernas fuertes y potentes para el salto así como para intuir los botes del balón, siempre irregular en la arena.

¿Y luego los ídolos?

Es verdad que también la gran afición a la portería va por rachas dependiendo del portero que jugase en ese momento. Por poner un ejemplo, Iribar, que fue mi inspiración para jugar en este puesto, lo fue también para muchísimos otros que como yo empezábamos a tirarnos por los suelos a los pies de los delanteros. Además, como estuvo en activo tantísimos años, alcanzando la categoría de mito, en su día hizo que muchísimos chavales quisiéramos ser porteros y entre tantos alguno siempre salía bueno. Luego fueron llegando muchos otros, como Arconada, Urruti y un largo etc.

¿Y cómo andamos ahora mismo de porteros vascos, la cantera sigue inagotable?

Grandes porteros siempre ha habido en los equipos vascos, lo que ocurre es que ahora, con la apertura de las fronteras, muchos equipos apuestan por extranjeros, unas veces por nombre o méritos, otras por dinero y fichajes televisivos. Se han ido introduciendo en nuestras ligas y dejan poco sitio a chavales con muchísima calidad que se quedan por el camino. Sin embargo, siempre habrá alguno con porvenir muy bueno como Kepa Arrizabalaga, al que auguran un gran porvenir en el futuro rojiblanco. Las nuevas técnicas de entrenamiento y la aparición cada día más numerosa de los entrenadores de porteros en todas las categorías seguro que contribuirá a que la figura del portero vasco siga siendo demandada.