Con confianza, con avales y con la buena noticia de la recuperación de Sergio Mora, el Alavés llega a tierras catalanas con un objetivo y una ilusión.

Ambos vienen de la mano. Porque si los alaveses prolongan su racha para celebrar el tercer triunfo consecutivo, regresarán a casa en lo más alto de la clasificación –a expensas de lo que haga Osasuna y, en su caso, la diferencia de goles–, después de que el Numancia no pudiera pasar ayer del empate. Una recompensa anecdótica a estas alturas del curso pero bienvenida en cualquier caso.

Tras permanecer toda la semana entre algodones, Mora se ha recuperado a tiempo para formar parte de la expedición. También se le espera en un once inicial que, salvo sorpresa, será el mismo que se impuso al Oviedo la semana pasada. Y del que José Bordalás espera una actuación similar, ante un rival del que no se fía pese a su mala situación clasificatoria. O precisamente por eso. «No ha sumado ningún punto todavía pero va a ser muy complicado», advierte el técnico blanquiazul, que recuerda que «los de arriba se dejaron muchos puntos en su campo la temporada pasada, así que hay que tener mucho cuidado». Bordalás destaca «la verticalidad» de una Llagostera, que también es peligrosa «en la estrategia a balón parado».

Un equipo que según su técnico Oriol Alsina, se toma el partido «como una final» y con el objetivo de «lograr el equilibrio» entre ataque y defensa, que hasta ahora ha funcionado mejor.