La Orquesta de Euskadi rindió homenaje al compositor bilbaino Luis de Pablo en su 85 cumpleaños, estrenando una de sus últimas creaciones orquestales, “Pensieri”, rapsodia para flauta y orquesta. El planteamiento rapsódico se justifica en que el flautista propone «pensamientos, en un diálogo multicolor con la orquesta, que comenta en mil maneras diferentes las vicisitudes del pensador», según De Pablo. El problema de este “dejar volar la mente” fue que al público, que no estamos dentro de la cabeza del compositor, sus ideas nos llegaron como una sucesión de momentos musicales bastante deslavazados, a la manera de un monólogo sin fin de la flauta, apenas contrastada por una orquesta que nunca brilla en todo su esplendor ya que es empleada de principio a fin de forma camerística. “Pensieri” es además una obra larga, de casi media hora, por lo que el escepticismo inicial se terminó transformando en cierto tedio, y eso que la partitura es de factura notablemente clásica y muy melódica en comparación con otras creaciones del autor. Es justo reconocer que pese a lo difícil que resultaba dejarse atrapar por “Pensieri”, entre aquel maremagnum de pensamientos y reflexiones surgieron también pasajes muy bellos y poéticos. El flautista Roberto Fabricciani se enfrentó al enorme reto de subrayar la intención expresiva de una obra como esta, y lo hizo con mimo, técnica y hermoso sonido.

La OSE y José Ramón Encinar apoyaron con seguridad el trabajo de Fabricciani, pero fue en la segunda parte donde dieron mejores muestras de su rendimiento. Al igual que ocurrió con la obertura de “La flauta mágica” de Mozart que abrió el concierto, la versión de “El sombrero de tres picos” que firmó Encinar no estuvo exenta de ciertas decisiones intrigantes, especialmente en cuanto al uso del tempo, probablemente en un intento por subrayar el contenido dramático y visual de este ballet/pantomima de Falla. Interrogantes al margen, la interpretación regaló innumerables muestra de calidad y fuerza, casi fiereza en las danzas respectivas de la Molinera y del Molinero.