Natxo MATXIN
CUARTOS

Los anfitriones, desafiados por una fuerza volcánica

Francia está obligada a realizar dos cambios por las sanciones de Kanté y Rami; entrarían Umtiti y Cabayé. La pletórica Islandia cuenta con todos.

FRANCIA - ISLANDIA

Quien no haya visto ningún partido de la Eurocopa podría parecerle que un cruce de cuartos entre Francia e Islandia es una perita en dulce para los anfitriones. Nada más lejos de la realidad. Los nórdicos se han ganado, a base de físico y buena colocación, su presencia en dicha eliminatoria y amenazan con volver a dar la campanada, después de dejar en la cuneta a Inglaterra.

Además, los de Deschamps, pese a que hasta ahora se han medido a rivales de poca envergadura, tampoco han demostrado estar demasiado sobrados de fútbol y sí depender mucho de la inspiración de sus estrellas. No cabe duda de que ello podría servirles, pero si la selección que ahora mismo despierta más simpatías entre los aficionados mantiene la seriedad que ha demostrado en los últimos partidos, los bleus no van a disponer de muchas oportunidades de lucirse sobre el césped.

Ni siquiera la amenaza de perderse una posible e histórica semifinal para la gran mayoría del once habitual islandés –están amenazados hasta nueve futbolistas– les va a restar intensidad, mentalizados de que lo importante es el grupo y no las individualidades, a diferencia de lo que ocurre con su rival. Los de Lagerback son conscientes de que esa tensión es lo que precisamente desarma a sus contrarios y les permite equilibrarse a ellos, pese a la desigualdad técnica.

Deschamps advierte

Mientras Islandia cuenta con todos sus efectivos, Francia deberá realizar dos cambios obligados por las sanciones de Rami y Kanté. Sus relevos podrían ser el reciente fichaje del Barcelona, el prometedor central Umtiti, y el pivote del Crystal Palace, Yohan Cabayé. Para que no se repitan sorpresas, el seleccionador francés advirtió de que la escuadra nórdica «sabe jugar con el balón en el suelo y no solo por el aire, no está en cuartos por casualidad», no vaya a ser que haya otra erupción volcánica.

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