Mikel INSAUSTI
MI AMIGO EL GIGANTE

Dios salve a la reina de los gigantes que se comen a sus súbditos más chiquitines

De entre los cuentos del gran escritor galés Roald Dahl “The BFG” es posiblemente el que mejor conecta con el placer de la lectura para niños y niñas, que se inician en el mundo de los relatos escuchándolos de sus padres o adultos cercanos antes de quedarse dormidos por las noches. Y al evocar ese poder tan ensoñador de la literatura infantil se resiste a su adaptación cinematográfica, mucho más compleja de lo que pudiera parecer. No es sencilla ni siquiera para un Steven Spielberg, y hasta el momento nadie se había atevido a su traslación a la pantalla con actores y actrices de carne y hueso, siendo recordada la versión en dibujos animados del británico Brian Cosgrove, titulada como la obra homónima “The BFG” (1989).

En la versión de Spielberg funciona muy bien, ante todo y sobre todo, la relación entre la actriz infantil Ruby Barnhill y su actual actor fetiche Mark Rylance, con una química enternecedora entre niña y adulto, entre la chiquitina y el gigante bonachón. Pero la mala noticia es que el que fuera Rey Midas de Hollywood ha perdido la magia que tenía en los 80, y no se trata de una impresión subjetiva, puesto que en esa época este cronista no era menor de edad. Quiero decir que el creador de “E.T.” (1982) ya no te saca el niño que llevas dentro.

La puesta en escena es una maravilla en la introducción, donde Spielberg ilustra a placer su pasión por la cultura “british”. Luego la fotografía de su estrecho colaborador Janusz Kaminski se vuelve fría, y el despliegue de efectos digitales para recrear la tierra de los gigantes no ayuda. Eso sí, se gana al público familiar con el humor de pedorreta que abunda en las secuencias palaciegas, y con Penelope Wilton haciendo una caricatura de la reina más propia de los tiempos de Monty Python. Pero es un título que no va a destacar en su filmografía.