Jon ORMAZABAL
Pelota

El peso del gerriko rojo

Irribarria, que se mide hoy a Urrutikoetxea en la revancha del Manomanista, reconoce que le exigen más.

La vida de Iker Irribarria dio un vuelco la pasada primavera, cuando pasó de promesa del futuro a ganarse el honor de jugar de rojo durante todo un año, tras calarse la txapela más importante del año. El de Arama reconoce que el título «pesa, al final todos te exigen algo más», pero no quiere perder la perspectiva y mantiene el discurso previo al 29 de mayo, recordando que «todavía somos unos críos y tenemos mucho que aprender. A ver si este verano aprendemos a base de jugar partidos duros».

Entre ellos están compromisos como el de esta tarde, en el que Gasteiz recupera la tradición de la revancha de esa final Manomanista que supuso ese gran punto de inflexión en su todavía recién estrenada carrera profesional. «Es un partido bonito pero para nosotros no sé si es lo mejor. El verano es muy duro y jugar un partido así es un riesgo, un mal golpe o cualquier cosa te puede fastidiar mucho. Pero es un compromiso más, saldremos a disfrutar y a dar lo mejor», señaló respecto al enfrentamiento de hoy ante Mikel Urrutikoetxea.

Y es que, los compromisos se le han multiplicado exponencialmente en su primer verano instalado en la elite, con el agravante de la desafortunada ausencia de Irujo. De hecho, aunque también tuvo una semana para tomarse unas merecidas vacaciones, la vuelta fue especialmente exigente, teniendo que afrontar cuatro partidos en otras tantas jornadas.

Tal es así que se presentará esta tarde al Ogeta sin apenas tiempo de preparar un envite tan exigente. «Nada, no tenemos tiempo y cuando tenemos un par de días también conviene descansar, porque el verano ha sido duro y luego lo será más. Creo que para eso lo mejor es andar en la cancha, tener partidos y eso por lo menos está asegurado».

Y es que, tras Gasteiz, está programado en Zarautz, donde formará con Merino II.

En verano también hay trabajo sucio

El verano es, habitualmente, tiempo de lucimiento para el pelotari, con muchos partidos y sin el corsé de la competición oficial, pero Olaizola y Untoria demostraron en Gasteiz que también el trabajo sucio puede ser necesario en algunas ocasiones. Fue precisamente esa labor menos brillante, la de pico y pala, la que les dio el pase (22-18) a la final de La Blanca de mañana en el Ogeta.

Nada más terminar el partido fue el propio Aimar Olaizola el que se preguntaba en voz alta «¿Cómo hemos podido ganar este partido?» para responderse a renglón seguido que a base de la buena paliza que se pegaron.

Y es que, Artola y Albisu fueron netamente superiores en el peloteo, lo que unido a un inicio titubeante de Untoria les dio la iniciativa en el marcador (7-11). No obstante, el buen papel del de Alegia en ataque se vio empañado por los 17 errores sumados junto a Albisu (10) y Aimar y Untoria lo aprovecharon.J.O