Iñaki TELLERIA
Champions League

Otro milagro era demasiado pedir

A la Juventus le bastó con aguantar bien atrás para echar de Europa al Barcelona de Luis Enrique, el primero en abandonar un barco a la deriva.

BARCELONA 0

JUVENTUS 0


¿Pagará el Alavés en la final de Copa los platos rotos de un Barcelona que camina sin rumbo? La Liga solo la ganará si la tira el Madrid –veremos el domingo– y ayer dijo adiós a la Champions. Es un equipo –quizás todo el club– que necesita una profunda reconversión. Luis Enrique fue el primero que vio que este proyecto se hundía y por eso saltó del barco.

Ayer planteó el partido como un equipo pequeño, a la heróica. Apostó por el ruido, la presión al árbitro –que esta vez no jugó a favor– y el teatro. Traicionó de nuevo a lo que venden como su estilo, que era justo lo que quería la Juve, el cuerpo a cuerpo.

Luis Enrique recuperó demasiado tarde, al final de su reinado, el esquema tradicional del Barcelona, el 4-3-3. Y fue tarde porque Busquets no es el de hace dos temporadas, Iniesta necesita vacaciones o ¿jubilación anticipada en un equipo tan gran- de y tan dependiente de urgencias? y Rakitic, que no termina de convencer al entrenador y así fue cambiado a las primeras de cambio, unos días está y otros no. Este dibujo, aun estando medio desdibujado, solía funcionar si los de atrás no la liaban demasiado y a poco que la liaran los de delante. La defensa cumplió su parte del trato, pero la delantera no. Los contundentes marcajes de la Juve, que nos remontan al circo romano y que no encontraron freno en el árbitro, terminaron desquiciando a unos jugadores que, faltos de forma, parecían buscar excusas para irse de un partido convertido en pelea de barrio. Qué mejor terreno para los italianos. Los gladiadores Bonucci y Chiellini se relamían y el césar Buffon disfrutaba a más no poder. No era para menos, al descanso con 0-0 y dos tarjetas para –¿quién? ¡No puede ser!– Iniesta y Neymar. El mundo al revés.

En la reanundación Luis Enrique, habitual en él, tiró de recurso fácil, se cargó a Rakitic y puso a Alcácer. ¡¡Oh!! se asombraron algunos, otro delantero. Pero era más carne para la picadora en un equipo plano que no levanta ni Messi. Ojo, a ver si no es el próximo en dejar la nave.