Al menos 225 personas murieron como consecuencia del terremoto de magnitud 7,1 que el martes sacudió la zona centro y sur de México y que ha dejado decenas de edificios destruidos en la capital.

El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, confirmó 94 fallecidos en Ciudad de México. Además, otras doce personas fallecieron en el estado de México (Edomex), 71 en Morelos, 43 en Puebla, cuatro en Guerrero y uno en Oaxaca.

Las autoridades no daban por cerrado el balance, en la medida en que aún se buscaba a posibles víctimas entre los escombros y no existía certeza de que algunos datos no estuvieran duplicados.

Entre los dramas vividos en Ciudad de México, al menos 22 alumnos del colegio Enrique Rebsamen, murieron al derrumbarse el centro, donde personal de emergencias y de los servicios de rescate buscaban ayer todavía a otros 30 niños y doce adultos con la ayuda de perros y decenas de voluntarios.

«Siguen sacando niños, pero no sabemos nada de mi hija», relataba agotada y con los ojos rojos Adriana D'Fargo sobre el paradero de su hija de siete años. Formaba parte de un gran grupo de familiares que esperaban impotentes durante muchas horas noticias de sus hijos, mientras excavadoras retiraban los escombros a la vista de unos 200 vecinos, algunos de ellos repartiendo pan y café.

En la capital, 45 edificios se derrumbaron y muchos más sufrieron daños. Al menos 30 inmuebles presentaban daños graves, 209 escuelas fueron afectadas y al menos 500 deberán ser revisados.

Las zonas céntricas y más afectadas de la ciudad aún no tenían luz pero mucha gente permanecía en las calles tratando de ayudar en los rescates o en improvisados centros de acopio o simplemente caminando.

El terremoto ocurrió el mismo día, pero 32 años después, del trágico seísmo de 1985, en el que murieron 20.000 personas, según cifras oficiales y 45.000, según organizaciones civiles.

Precisamente, los mexicanos llevaron a cabo un simulacro recordando aquella tragedia dos horas antes de que la tierra temblara. En aquella ocasión, el terremoto, de magnitud 8,1, ocurrió a las 7.17 de la mañana, cuando la mayoría de los ciudadanos se preparaban para ir a trabajar o a los centros escolares Asoló la capital, que el martes revivió el pánico y la conmoción sufridas entonces.

Un contexto tectónico y hasta terrestre «endemoniado»

El Servicio Sismológico Nacional (SSN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica la grave frecuencia sísmica de México por estar situado en un contexto tectónico complicado, con la interacción de cinco placas tectónicas (Cocos, Norteamérica, Pacífico, Rivera y el Caribe). Las placas son segmentos de la corteza terrestre, que dividen como un rompecabezas, cuya interacción al desplazarse sobre un manto semilíquido y viscoso es una de las causas de terremotos.

Un informe técnico del SSN señaló que en la región del epicentro del terremoto del martes la Placa de Cocos se hunde por debajo de la Placa de Norteamérica. La repetición de la fecha de este con el devastador terremoto de 1985 es «una simple coincidencia», según su portavoz.

Por otro lado, la devastación en Ciudad de México se explica por que el terreno sobre el que se asienta está formado por cenizas volcánicas poco consolidadas, con líquido entre sus poros, con lo que actúa como una esponja (fenómeno de licuefacción).GARA